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Mujeres, canciones pop mientras el mundo colapsa

El trío presenta en Madrid «Siento muerte», un trabajo melódico de pop «garagero» y uno de los mejores de la banda
Álex Sardá

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Llevan ya más de una década pero algunos piensan que apenas van por su segundo disco. Y es que desde que Mujeres publicaron su primer disco en castellano, «Un sentimiento importante», han experimentado un renacimiento. El segundo en la lengua de Cervantes ha sido «Siento muerte», lanzado en el convulso año de la pandemia y que presentan en Madrid en el ciclo Vibra Mahou Madrid Brillante. Y es que en Mujeres, aparte de tener un nombre muy poco SEO (es decir, difícil de buscar en Google), se daba la contradicción de llamarse en español pero cantar en inglés y es como si todas las piezas hayan encajado al cambiar el idioma. Hasta las portadas de sus discos y el arte de su merchandising brilla más. «Cambiamos al castellano en un momento extremo del grupo, que no sabíamos si dejarlo o no. Se fue el guitarra y no sabíamos. Necesitábamos un aliciente, y teníamos miedo. Pero ha salido mejor de lo que esperábamos. Con lo difícil que es hoy ganar público, estamos muy contentos», dice Arnau Sanz, el batería.
«Siento muerte» no era un título pandémico, sino que alude al final colectivo inevitable, a las señales que el planeta nos lanza de que vamos mal. «Sí, pero cada canción tiene un toque de broma. Están concebidas como diez golpes de afecto. Esa idea de un mundo que colapsa pero en el que hay momentos de felicidad, esos rayos de optimismo en los que parece todo no va tan mal. La vida te da esos momentos de alegría», explica Arnau. Mujeres juegan con la iconografía y el estilo del “garage” pop, los sentimientos tremendos. «Es la tragedia de esas letras. El amor visto desde la tristeza, casi de una forma exagerada. Cuando cantábamos en inglés hacíamos letras muy exageradas, lo que pasa es que casi nadie las entendía. Yo mismo hacía los coros y a veces no sabía qué estaba cantando», ríe el batería, que es, además, autor de cómic y acaba de publicar «Un fantasma» (Astiberri). «Sí, eso me permite compaginar el trabajo con el grupo, pero antes he trabajado en una heladería y en el aeropuerto de Barcelona, y de otras cosas con horarios imposibles. Allí donde voy aprovecho y hago firmas del cómic». Los interesados en Madrid, ya saben.
El lado bueno de la pandemia
La banda ha ido destilando su estilo, que bebe del pop de los 60 pero acelerado, de modo que las armonías vocales galopen sobre temas que exigen seguirlos con el cuerpo. «Un concierto nuestro es ver gente apretada, sudando, empujándose y bailando», reconoce Arnau, al que esta situación sanitaria deja un sabor agridulce. «Por un lado, nos gusta que la gente venga a vernos a nosotros porque tiene ganas de hacerlo, no porque circunstancialmente alguien te lleva a pasarlo bien. Además, tocar de noche, y a veces de madrugada te cansa. Y hemos tenido experiencias muy bonitas en contra de lo que pueda parecer. En el primer concierto, con todo el mundo sentado, escuchábamos a la gente cantar y el aplauso que nos dieron nunca lo habíamos vivido. Incluso hemos llegado a hacer un acústico, algo a lo que no nos habíamos atrevido», explica. O sea, que no es todo tan negro. «Igual que nuestras canciones, en realidad, que cuentan que estamos fastidiados pero que hay algo de esperanza en el horizonte».
Dónde: Teatro La Latina. Madrid.
Cuándo: domingo, 12:30 horas.
Cuánto: desde 10 euros.

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