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Cine

Estreno

Crítica de “Donde caben dos”: la revolución de los deseos ★★★☆☆

Un fotograma de "Donde caben dos"
Un fotograma de "Donde caben dos"ImdbImdb

Dirección: Paco Caballero. Guion: Paco Caballero, Daniel González y Eric Navarro. Intérpretes: Miki Esparbé, Anna Castillo, María León, Ana Milán, Ricardo Gómez, Álvaro Cervantes. España, 2021. Duración: 100 minutos. Comedia.

Tomando como centro de operaciones un club de intercambio de parejas que se ofrece como parque temático de la diversidad sexual -aquí no hay distinciones entre lo gay y lo hetero, entre el sadomasoquismo y la orgía entendida como revolución de los deseos-, “Donde caben dos” pretende erigirse en comedia poliamorosa que, desde su propia estructura coral, evoca las antiguas películas de ‘sketches’, solo que adaptada a los tiempos del sexo fluido típicamente prepandémico, algo así como un cuento moral para la era de Tinder. No estamos tan lejos de, por ejemplo, “Barcelona, nit d’estiu” o la serie “Citas”, con las que comparte co-guionistas, Daniel González y Eric Navarro.

La ligereza con que se unen las historias -imposible enumerarlas aquí: me quedo con la feliz idea de un glory-hole que funciona como confesionario o la de los maridos cuya estrategia de “swingers” domésticos se vuelve en su contra- es encomiable, aunque la película pierde fuelle a medida que las tramas se resuelven y nos alejamos del club. No es fácil eludir los clichés, incluso cuando se pretende ser transgresor, y la película, que utiliza la pandemónica voz en off de la maestra de ceremonias (Ana Milán) del local para vender las bondades del “todes con todes”, resulta al final un poco paternalista. Por un lado, no hay que tomarse demasiado al pie de la letra el mundo que nos vende “Donde caben dos”, pero, por otro, intenta sentar cátedra, a su modesta manera, sobre el estado de las cosas en las relaciones interpersonales de la clase media española.

Lo mejor

Un eficacísimo plantel de actores, que defienden con soltura esta comedia sexual de una noche de verano.

Lo peor

Que haya moraleja, aunque sea aparentemente transgresora.