Crítica de “Resident Evil: Bienvenidos a Racoon City”: regreso a Zombieland ★★★

Dirección y guion: Johannes Roberts. Intérpretes: Kaya Scodelario, Robbie Amell, Hannah John-Kamen, Neal McDonough. Alemania-Canadá, 2021. Duración: 107 minutos. Terror.

Seis películas después, con Paul W.S. Anderson y su musa Milla Jovovich en el maletero de la memoria, la saga “Resident Evil” vuelve a los orígenes, que son las del cine de zombis metalero, alimentado con las vísceras sobrantes de la serie B de los noventa. Es reconfortante ver una película de terror que funciona a un nivel tan primario como el cine directo a vídeo de principios de aquella década, en una operación nostálgica que nunca se avergüenza de lo previsible de su argumento para mezclar ingredientes muy básicos -un ‘mad doctor’ con pinta de Mengele, una gran corporación farmacéutica que tira la piedra y esconde la mano, unos cuantos muertos vivientes de la vieja escuela- que Johannes Roberts (“A 47 metros”) cocina con esmero. El George A. Romero de “The Crazies”, el Carpenter de “Asalto a la comisaría del distrito 13″ y alguna secuencia brillante -el ataque de los zombis en la oscuridad intermitente- hacen de esta precuela una película mucho más disfrutable de lo esperado.

Sin pretensiones, es humilde y muestra respeto por sus maestros.

Juega con un material de partida que está agotado en sí mismo.