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Arte

Vuelve a ARCO el cuadro que Antonio López compró de su mujer en la primera edición

El pintor, que ha adquirido cuadros de María Moreno «a veces a cambio de obras mías», asegura que «me encanta que la gente vea de nuevo esta pintura»

«Entrada de casa» (1980), obra de María Moreno
«Entrada de casa» (1980), obra de María MorenoGalería Leandro NavarroGalería Leandro Navarro

En 1982, la Galería Leandro Navarro llevó a la primera edición de ARCO un óleo de la pintora María Moreno titulado «Entrada de casa», un paisaje de1980 que destila esa apariencia de sencillez que suelen tener las grandes obras. Lo había adquirido a través de su representante en París, Claude Bernard, y Antonio López, marido de la artista, quedó sobrecogido al verlo allí expuesto, al lado de otras composiciones, y, en un gesto lastrado de admiración profesional, pero a la vez impregnado por evidentes acentos íntimos, lo adquirió para su propia colección. «Lo conocía. Ella lo vendió para una galería francesa. Pero ese cuadro siempre me gustó. En realidad, toda su pintura me ha producido siempre una honda emoción porque desprende una enorme calidad. Ella tenía eso, un don, un talento para el arte, eso que resulta tan difícil de explicar en unas pocas palabras», comenta Antonio López a este diario.

Ahora esta misma tela regresa a ARCO, que abre sus puertas mañana, para conmemorar una fecha tan redonda como su cuarenta aniversario y, al mismo tiempo, reivindicar a las mujeres que integraron el movimiento realista de las que María Moreno formó parte, al igual que Isabel Quintanilla, Amalia Avia y Carmen Laffon. «Me encanta que el público pueda ver de nuevo este lienzo. A lo largo de su vida, ella hizo unos cuadros excepcionales. Por eso me parece que es bonito y muy justo que vuelva y se exhiba. Existe bastante gente que desea reencontrarse con esta pintura. Es muy positivo que esto ocurra. Me parece muy sensato que estas pintoras vuelvan a estar presentes en ARCO. Y en un lugar que es tan prestigioso como la galería Leandro Navarro. Si lo piensa, en el fondo, es natural que haya sucedido, porque todas ellas eran unas pintoras grandísimas, de una enorme calidad, y a lo largo de su carrera hicieron una pintura extraordinaria», asegura Antonio López.

Una obra de colección

El artista reconoce que esta no es la única tela que a lo largo de estos años ha comprado de su pareja. Sobre este lienzo en particular reconoce que «me gustó verlo ahí expuesto y como surgió la posibilidad de comprarlo, pues lo hice. Queríamos adquirir pintura de ella, porque casi todo se había vendido y María no estaba bien. Hemos encontrado algunas cosas de las que hizo. No recuerdo el número exacto, quizá son unos doce o trece cuadros. Proceden de diferentes lugares y según los hemos localizado, nos los hemos quedado. En algún caso, a cambio de una obra mía».

Antonio López no es hombre de premuras, que le guste apretar al tiempo. Sabe que los días respondan a sus propias cadencias y está habituado a la virtud de la paciencia. Quizá por eso asegura con una insólita seguridad, con un convencimiento sin fisuras, que «ya llegará el momento en que María Moreno sea mucho más reconocida por el público general». Y añade: «Ella tuvo un enorme éxito, conectó con el mundo de la pintura y también está reconocida dentro de la esfera del arte. Vendió sus cuadros y tuvo exposiciones. No hay que arreglar nada y, desde luego, si hay que hacerlo no se puede hacer en una sola semana. Hay pintores que son famosos y otros, que no lo son tanto, pero estoy convencido de que a ella le llegará también ese reconocimiento mayor». Ese instante parece que ya ha llegado. Íñigo Navarro, que ahora conduce la galería de su padre, admite que se está «resurgiendo un enorme interés por su obra. Los grandes amantes del realismo saben que no tendrán completa su colección si no poseen un cuadro de ella o de estos artistas».

Reivindicación

Pero no es la única. Íñigo Navarro también afirma que «algunas carreras se han revalorizado muchísimo en los últimos años. Es el caso de Carmen Laffon, que se ha expuesto en España, se le han dedicado exposiciones antológicas y su obra ha sido incorporada a los grandes museos nacionales. Ya ha hecho un recorrido institucional. Por otro lado, Isabel Quintanilla también ha tenido un importante recorrido en Alemania, donde una galería la tenía en exclusividad. Su obra hoy está en las pinacotecas de este país».

El galerista hace un inciso antes de asegurar que «también se mantiene viva la obra de Amalia Avia, de la que se está organizando en estos momentos una exposición fantástica en Alcalá 31. Se prepara con una enorme ilusión y expectación. Ojalá sirva para revitalizar todavía más su obra, que necesita apoyo. En el caso de María Moreno, su obra siempre ha sido más escasa, porque produjo menor cantidad que las anteriores pintoras, pero disfrutó de una exposición en París que supuso su reconocimiento».

Para Íñigo Navarro el público ahora puede reencontrarse con la talla pictórica de esta artista: «A todos les va a sorprender su enorme calidad. No resulta nada fácil ver su obra. Creo que requiere un reconocimiento por parte de las instituciones, algo que sería justo». Subraya que «María Moreno es una de las grandes artistas del realismo contemporáneo. Fue una de las iniciadoras de este movimiento, el que se conoce en la facultad de San Fernando. De ahí surgió un grupo muy compacto». Pero también admite que «estos artistas han quedado algo silenciados» y que por eso es «positivo que se les reivindique»: «Tienen un peso tremendo y la gente debe ver sus obras. En el caso particular de María Moreno, ella formó un mundo íntimo, cercano, como representa esta “Entrada de casa”, este acceso a su vivienda que alude a un lugar familiar con tantas implicaciones y resonancias».