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Cuando París fue la Meca del cine en español

La Academia de Cine presentó a los proyectos ganadores de la II Edición de las Ayudas a la Investigación Cinematográfica “Luis García Berlanga”

Carlos Gardel (izq.) en "Melodía de arrabal", de 1933 La Razón

Según la nota de sabiduría manoseada, sabemos mucho más del espacio que del fondo marino, pese a tenerlo infinitamente más cerca. Algo así ocurre con la historia del cine, de cuyo desarrollo en términos “hollywoodienses” tenemos instalados más resortes teóricos que del patrio. A fin de aportar luz sobre la historiografía del cine español y, de paso, ayudar en términos económicos a unos investigadores para los que apenas hay fondos en lo público, la Academia de Cine comenzó a conceder, el año pasado, las ayudas “Luis García Berlanga”. La experiencia, bien recibida entre los profesionales de nuestra industria, ha encontrado este año una nueva edición y la semana pasada en la sede de la Academia de Madrid se presentaron los tres proyectos ganadores.

Uno de esos proyectos, galardonados todos con 12.000 euros y el seguimiento de la institución más importante de nuestro cine, es el de Felipe Cabrerizo y Santiago Aguilar, “¡Al Hollywood parisino! La producción hispana de Paramount en Europa durante la transición al sonoro”. Detrás del rimbombante título, una premisa tremendamente interesante: investigar el cine en español que se hizo en París justo antes de la proclamación de la II República en España, período fílmico e historiográfico del cual muchos de aquellos actores acabarían formando parte ya en plena gloria del cine con sonido. “Para rodar versiones multilingües de los grandes éxitos del estudio, Paramount trajo a París la tecnología más puntera y por ahí pasan todas las compañías de teatro españolas, que luego van a conformar el gran elenco del cine español de la II República. No solo se genera aquí el “star system”, también se adquiere el conocimiento de cómo se rueda en sonoro y el doblaje se va perfeccionando”, explicó Cabrerizo. Y añadió: “Se rodaba las 24h del día, como si se tratara de una fábrica. Si hay una escena en español por la mañana, por la tarde habrá una en italiano o en rumano. Aspiraban a hacer los clones de las películas en menos de dos semanas. En español se hicieron una veintena, aproximadamente, pero la mayoría están desaparecidas y solo conservamos dos, de Carlos Gardel con Imperio Argentina”.

Los responsables de los proyectos seleccionados por la Academia de CinePALOMA ALBERTI

Además del proyecto de Cabrerizo y Aguilar, otros dos han sido elegidos por la Academia: “Desvestir el cine español. Radiografía de la modernidad a través de la pantalla: estéticas, delirios y otras máscaras”, de Manuela Partearroyo, y la realización del Informe MIA de 2022 (centrado en poner cifras a la desigualdad de género en el sector de la animación). Sobre el primero, Parterroyo explicó: “Se trata de un tributo al ejercicio del figurinismo, porque a veces se entiende como algo secundario o accesorio para el gran público. Quería trasladar hasta qué punto los buenos actores o directores ayudan a entonar la película y su historia. El personaje ya está hablando solo con su vestir, con qué y con cómo”, añadió, antes de citar entre sus referencias para la realización a Goya y su relación con los Carnavales como el inicio de todo.

“Queremos analizar desde una perspectiva de género y cuantitativa la animación española, que es un sector todavía muy masculinizado. Es importante conocer el contexto real para poder cambiarlo”, defendieron las investigadoras Sara Álvarez Sarrat y Mª Susana García Rams, que generarán “una metodología exportable para ayudar a otras investigadoras de otros lugares que quieran hacer estudios específicos de género” gracias a la selección de un comité, el de la Academia, formado por Maite Ruiz de Austri, Concepción Cascajosa, Asier Aranzubia Cob, Eulàlia Iglesias y Mariano Barroso.