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Fallece Bob Rafelson, el director de “El cartero llama dos veces”

Era una de las figuras más destacadas del Nuevo Hollywood y fue el productor de películas tan emblemáticas como “The Last Picture Show”, de Peter Bogdanovich, y “Easy Rider”
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La Razón
  • Sofía Campos

    Sofía Campos

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Venía de antes, pero todos lo enmarcaron en una de las generaciones más brillantes que ha dado el cine: el Nuevo Hollywood, una era en que los estudios se vieron abrumados por el talento de unos jóvenes rebeldes y con unos estilos cinematográficos frescos que ayudaron a renovar a la meca del cine. Esas personas eran Martin Scorsese, Brian De Palma, Francis Ford Coppola y Steven Spielberg, entre otros. Bob Rafelson fue una de las figuras más influyentes de la década de los setenta y llegó a estar nominado a dos premios Oscar por “Mi vida es mi vida”. El pasado sábado, en su casa de Aspen, fallecía a los 89 años, como informó su esposa, Gabrielle Taurek Rafelson, informa Ap.
Su nombre se hizo muy popular al ser uno de los responsables, junto con el difunto Bert Schneider, de la creación conjunta del grupo ficticio de música pop y la serie de televisión denominada “The Monkees”, que le valió un Emmy a la mejor serie de comedia en 1967. Pero su primer gran éxito en la pantalla grande llegó en 1971. Rafelson dirigió y coescribió entonces “Mi vida es mi vida”, un filme sobre un pianista de clase alta que anhela una vida más obrera. Una película que le valió a Rafelson dos nominaciones al Oscar: mejor película y guión. También realizaría otra película importante: “El rey de Marvin Gardens”, sobre un deprimido presentador de un programa de radio nocturno. Las dos películas estaban protagonizadas por Jack Nicholson y suponían una reflexión muy crítica sobre el sueño americano, que ya daba signos de hacer aguas.
Durante su vida también cultivó otra faceta en la que tuvo un notable éxito y produjo dos clásicos del Nuevo Hollywood: “The Last Picture Show” de Peter Bogdanovich, uno de los mejores filmes de este realizador y una obra canónica de ese periodo del cine, y “Easy Rider”, del problemático Dennis Hopper, un filme que marcó a toda una generación y que supuso un éxito sin paliativos. En esta película participaba también Jack Nicholson y aunque nadie discute el éxito y su fama ha llegado hasta hoy, l realidad es que fue una constante fuente de problemas.
Para Francisc Ford Coppola fue “uno de los artistas cinematográficos más importantes de su época” y entre sus amyores admiradores están los incombustibles Quentin Tarantino y Wes Anderson. Y es que Rafelson ya venía de una familia vinculada al cine. Nació en Nueva York y era pariente del guionista de “El cantante de jazz”, Samson Raphaelson. En Dartmouth se hizo amigo del legendario guionista Buck Henry. Desarrolló un interés por el cine japonés y las películas de Yasujiro Ozu, especialmente “Tokyo Story”, mientras servía en el Ejército de los Estados Unidos en Japón.

El apoyo de Jack Nicholson

Se inició en el negocio del entretenimiento en la televisión, igual que Steven Spielberg, escribiendo para programas como “The Witness” y “The Greatest Show on Earth”. Pero “The Monkees” fue su primer gran éxito. La idea de The Monkees, reconoció, es anterior a The Beatles y la comedia musical “A Hard Day’s Night”, pero cuando se estrenó en la NBC en 1966, arrasó. Estuvo al aire durante dos años y le permitió a Rafelson abordar la dirección de largometrajes como “Cabeza”, que sería la primera de muchas colaboraciones con Nicholson. “Puede que se haya pensado que comenzó su carrera conmigo”, declaró Nicholson a “Esquire” en 2019, “pero creo que fue él quien inició la mía”.
Pero si existe un trabajo por el que será recordado es “El cartero siempre llama dos veces” (1981). Una película que estaba basada en la novela homónima de 1934, escrita por James M. Cain. Ya contaba con una adaptación famosa, datada en 1946, con la impresionante Lana Turner en el papel protagonista. La versión de Bob Rafelson contó con guión de David Mamet y tenía en los papeles principales a Jessica Lange y Jack Nicholson.
Lo extraño es que Rafelson estaba más orgulloso de la película que dirigió en 1990, “Las montañas de la luna”, una película biográfica que contaba la historia de dos exploradores, Sir Richard Burton y John Hanning Speke, mientras buscaban el nacimiento del Nilo. Las propias aventuras de Rafelson en lugares como Marruecos, India, el sureste de Asia, México y Guatemala influyeron en su trabajo. “Nada amaba más que desaparecer en rincones extraños del mundo”, dijo Taurek Rafelson. Rafelson dejó Hollywood hace dos décadas para concentrarse en criar y educar a sus hijos.