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Así se contratan los derechos de un libro en la Feria de Fráncfort

Elena Ramírez, editora de Seix Barral, cuenta cómo se contratan las obras de los escritores
RONALD WITTEKEFE

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Lo primero que hay que tener en cuenta es que no hay una sola manera de adquirir los derechos de una obra, sino varias». Elena Ramírez, editora de Seix Barral, lleva varios días en la Feria del Libro de Fráncfort, la que concentra el mayor volumen de negocio del sector. Los pabellones están repletos de agentes literarios, escritores y editores que intercambian opiniones. «La feria posibilita diversos tipos de contacto. Aquí puedes reunirte con novelistas o representantes», prosigue. Lo normal es una reunión con un agente literario que «te cuenta un libro y tú le dices que te lo mande o si te interesa o no. Hoy vengo de ver a una editora que es una colega. Hace un par de años le recomendé un libro que vendió mucho. Ahora repite cita conmigo. Esto es crucial, porque a veces nos aconsejamos y nos alertamos sobre la presencia de un título que, en ocasiones, ni siquiera nosotras representamos. Estos son advertencias entre colegas. Son cruciales porque aquí no hay nadie que te esté vendiendo un libro. Son simples recomendaciones».
Estos días, en los pabellones de la Feria del Libros de Fráncfort se habla español. Docenas de autores de nuestro país dan charlas o participan en actos. «Que alguien te llame la atención sobre una obra o te ofrezca un libro puede darse en el marco de la feria, pero también en los diferentes encuentros sociales que hay a su alrededor, tomando una copa por la noche o por la tarde, en un cóctel».
Elena Ramírez describe cómo se ha reunido con otra editora, han hablado delos libros que llevan y han puesto el énfasis sobre un novelista que les interesa. «Lo que favorece la Feria, además de estas citas, es lo que aprendes conversando con otras personas de la industria. Por ejemplo, cómo solucionan el suministro papel en otros países, cómo aguantan su sobrecoste y se desenvuelven con las imprentas. Por un ejemplo, sabemos que algunos sellos independientes se alían para comprar papel y ahorrar. Ves cosas de las que no tendrías una buena visión solo a través de revistas especializadas. Aquí te das cuenta de los riesgos de si subes un euro el precio de un libro y averiguas hasta cuándo los compradores están dispuestos a asumir ese coste. Es una manera de intercambiar información». Elena Ramírez, que va de un acto a otro con prisas, que tiene llamadas de teléfono y la saludan en los pabellones, intercala una pausa, y, con humor, dice «por supuesto también intervienen las filias y las fobias, con quien te llevas bien o con no».
Entre la nómina de autores que ella lleva hay autores veteranos, como Antonio Muñoz Molina, y otros jóvenes, como Jesús Carrasco. Admite que en esta edición de Fráncfort «existe una mayor predisposición hacia los autores españoles al ser España un país invitados. Durante el año pasado, los editores alemanes han publicado escritores españoles. Sabían que iban a estar invitados y vendrían a hacer promoción. Antes de este evento se compraron títulos de Isaac Rosa y Jesús Carrasco. Ahora hay más interés en ellos que en un año normal. Esta Feria es una plataforma que da visibilidad».

Una cuestión crucial

Elena Ramírez es consciente de las dificultades que existen. Subraya el bajo índice de traducciones en algunos países. «Es una cuestión vital para un país: las ayudas a la traducción. Y que éstas sean fáciles de pedir, tramitar y conceder. Son esenciales». Otro asunto que remarca es que durante mucho tiempo ha tenido más penetración la literatura latinoamericana que la española, aunque «ahora la gente tiene ganas de contratar obras de escritores españoles». Y comenta el éxito de Carlos Ruiz Zafón o María Dueñas, representantes de literatura comercial de calidad, «la perla dorada que tantos buscan». Los editores, además, deben estar pendientes de las nuevas tendencias literarias. «Ahora hay una que está vendiendo y que todavía no tiene nombre. Se trata de mujeres asesinas que se vengan de los hombres. En este empoderamiento femenino, en la novela policiaca o erótica, lo que hay es una venganza de la mujer sobre los hombres. Se ve incluso en las distopías, donde solo sobreviven mujeres y fallecen todos los hombres. Podría llamarse «Women’s Revenge».
LOS AUTORES ESPAÑOLES MÁS VENDIDOS EN FRÁNCFORT: IRENE VALLEJO, ILDEFONSO FALCONES Y DOLORES REDONDO
Otros escritores que destacan son Marta Sanz, Luz Gabás, Elísabet Benavent y dos jóvenes autoras que se publicarán en unos meses: Ana Martínez y Alana S. Portero, que una editora ya ha definido su novela como “el libro español de la Feria”
La Feria del Libro de Fráncfort termina este domingo y entregará su relevo como país invitado a Eslovenia. Esta edición ha logrado despertar un especial interés por los autores españoles que todos esperan que evolucione en una tendencia ascendente que apuntale la literatura española en el extranjero. La impresión general es que existe una enorme expectación por el ensayo escrito en nuestra lengua, como es el caso de Irene Vallejo que, con «El infinito en un junco», se ha convertido en una estrella casi multinacional. Su libro atrae lectores en todas las lenguas al que es traducido. El alemán incluido. A su zaga, destacan otras dos autoras, como Marta Sanz y Sara Mesa, que han alentado la curiosidad de los editores y se están situando bien. Pero, sin duda, Almudena Grandes, que ha recibido un homenaje en esta edición, está entre las novelistas principales y su obra póstuma, «Todo va a mejorar» (Tusquets), se ha vendido ya a Italia y Polonia. Otro autor de este mismo sello, como Fernando Aramburu, se ha vendido a catorce lenguas y en Alemania es ya un éxito. Leonardo Padura, de esta misma casa, ha entrado en el mercado de Francia, Portugal y Alemania con su título «Personas decentes», de reciente aparición en España, mientras «Mira a esa chica», de Cristina Araújo, y «Vengo de ese miedo», de Miguel Ángel Orestes, se han convertido en libros «calientes» en esta edición.
Otros escritores que están vendiéndose bien los derechos y que retienen el interés de sellos extranjeros son Ildefonso Falcones (Grijalbo), la ilustradora María Hesse, Elísabet Benavent, un auténtico fenómeno de ventas, y Borja Vilaseca. Otra escritora que ahora está acaparando la atención es Luz Gabás, que hace menos de una semana ha ganado el Premio Planeta, lo que enseguida ha alentado la curiosidad de muchos editores y empieza a funcionar. Un título que está removiendo las aguas de la edición es «Esperando el diluvio», el nuevo libro de Dolores Redondo, una autora que está catapultándose en el exterior, tiene la fama bien asentada y es una apuesta segura. En esta edición ya se han reunido ocho editores para hablar de los derechos de esta novela, todavía sin publicar y que saldrá en noviembre.
Pero no existen solo autores consagrados. También hay dos nombres de autoras que todavía no disfrutan de tanto nombre y que han concentrado muchas miradas. Entre esta nómina destaca Ana Martínez, una autora nueva que se publica en marzo y que está atrayendo el interés de varias editoriales. Pero parece que uno de los fenómenos, lo que una editora ya ha catalogado como «El libro español de la feria» es Alana S. Portero, que con su novela «La mala costumbre», que se editará en unos cuantos meses, se ha adentrado ya en el mercado francés, el griego y, sobre todo, el americano, uno de los más difíciles que hay.