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A Merkel siempre le quedará Wagner

La canciller alemana asiste a la tradicional inauguración del Festival de Bayreuth, en esta ocasión sin la compañía de su esposo, Joachim Sauer
larazon

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Treinta y seis agrados. Y subiendo. Atorrante, sobre todo si tienes que vestirte de largo y asistir a una inauguración de campanillas. Es lo que le ha sucedido a Angela Merkel, que cada año acude a la inauguración del Festival de Bayreuth. En esta ocasión lo ha hecho sin su esposo, Joachim Sauer, aunque sí acompañada del Primer ministro de Baviera, Markus Soeder, y de la esposa de éste, Karin. "Esta vez tengo que cuidar tanto de mi esposa como de la canciller", ha dicho en tono desenfadado el mandatario a los reporteros en la alfombra roja.
El calor fue el tema recurrente. El bochorno y las medidas de seguridad. Todos hablaban de los termómetros a punto de estallar y de la ausencia del esposo de Merkel. ¿dónde estaba? Tampoco faltaron las alusiones a la falta de aire acondicionado en el interior del teatro. Ni lo hay, ni se le espera. Así lo anunció el director de orquesta Christian Thielemann. Y en un día como el de hoy más de uno y más de dos lo habrían agradecido.
El festival arrancó con una nueva producción de "Tannhäuser", dirigida por Valery Gergiev, que debutaba en el Festival y que contó con la voz del tenor español Javier Rodríguez-Norton en el que también ha sido su debut en el teatro de la Verde Colina, un clásico de los encuentros de música clásica.
Merkel, fue, también un año más, centro de los disparos fotográficos. Eligió un dos piezas en color verde pistacho iridiscente que combinó con unos zapatos en crema a juego con una cartera de mano del mismo tono verde. Y su sucinto collar de perlas, el único adorno que se permitió. Hubo posado y alfombra roja mientras el sol derretía el maquillaje. Es lo que tienen las olas de calor tropicales, que no respetan a nadie.