El sufrimiento y revindicación artística de Frida Kahlo en 5 obras
La pintora mexicana retrata en la mayoría de su obra pictórica los tormentos que le acompañaron desde que sufrió un grave accidente con 18 años
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“Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola. Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco”. Así pensaba Frida Kahlo, mujer poderosa, de talento único, cuya obra artística continúa causando sensación allá donde se presenta. Ahora está siendo el turno de Madrid, donde, y tras algunas muestras inmersivas, se ofrece por fin al espectador una serie de obras originales de Kahlo. En la Fundación Casa de México, se ubica hasta el 30 de noviembre “Frida Kahlo: alas para volar”, exhibición que contiene una selección de 31 obras originales y 91 fotografías de la artista más conocida e icónica del mundo.
Con esto, parece ser un año de celebraciones y reivindicaciones alrededor del nombre de Kahlo, quizá por la celebración este año del 115 aniversario de su nacimiento. Frida nació un 6 de julio de 1907 en Coyoacán, en Ciudad de México, y su vida estuvo marcada por el sufrimiento de un grave accidente cuando era joven, lo que la mantuvo postrada en cama durante largos periodos. Su vida fue totalmente alejada de lo convencional, su amor fue más apasionado que el que jamás se haya conocido, y su pintura más expresiva y simbólica que la de muchos otros artistas de su época. De esta manera, sus pinturas giran en torno a su carisma, a su biografía, así como a sus ideales, sus tormentos y su fuerte pensamiento feminista y reivindicativo, lo cual se puede observar en las siguientes obras.
1. “Autorretrato en la frontera entre México y Estados Unidos” (1932)
En este óleo sobre metal, Frida se colocó en una frontera imaginaria, con vestido rosa y guantes largos, representando la realidad de ambos países. Por un lado, refleja a México como un lugar con estrecha relación de la naturaleza, las flores y la creación humana, mientras que Estados Unidos se muestra industrializado, con el gris como color predominante. Para cuando creó esta pintura, Frida estaba harta de vivir en EE UU, llegando a escribir en algunas cartas que “es espantoso ver a estos ricos que celebran fiestas de día y de noche, mientras miles y más miles de personas mueren de hambre”.
2. “Las dos Fridas” (1939)
Se trata de una de las pinturas más icónicas y representativas de la obra de Kahlo. En esta obra, se retrata de manera que parece un espejo, donde muestra la dualidad de su persona: la Frida casada y la soltera, que conviven en un mismo tiempo y espacio. En cuanto a la que aún estaba con Rivera, se muestra con un vestido tehuano de colores, signo reivindicativo de México y al amor por su marido, mientras que la soltera aparece con un vestido de encaje blanco, al estilo europeo. Sus corazones, totalmente expuestos, destacando las rojas arterias que conectan a ambas Fridas, como una forma de representar que, independiente del estado civil, lo importante es encontrarse a una misma emocional y físicamente.
3. “Autorretrato con collar de espinas y colibrí” (1940)
En esta obra, Kahlo se retrata mirando hacia el frente, con una corona de espinas en el cuello, un colibrí en el pecho y otros dos animales a los lados. Entre ellos, el mono que le regaló Diego Rivera, su esposo, como mascota. Pues bien, en esta pintura la artista simboliza sus tormentos, principalmente tras su separación de Rivera, pues mientras su mirada parece serena la corona de espinas parece retorcerle de dolor. Un sufrimiento que acepta, y que se une al que representa el colibrí muerto: es el icono de su separación amorosa, de un amor ya marchito, que también se simboliza en el mono, pues es considerado representativo del mal y podría aludir a la relación tóxica entre Rivera y Kahlo.
4. “La columna rota” (1944)
Cuando tenía 37 años, Frida continuaba sufriendo los estragos del accidente que tuvo cuando tan solo tenía 18 años. Su columna vertebral se fracturó en tres partes, así como dos costillas, clavículas y pelvis. Fue atravesada, además, por un pasamanos por la cadera izquierda, atravesándola hasta salir por la vagina. Así describía Kahlo la brutal forma en que había perdido la virginidad. Y todo este sufrimiento lo representó en su pintura. Lo único que le curaba era el arte, y en esta pintura en particular refleja claramente lo que pasaba en su cuerpo. En el autorretrato, la artista llora, pero aguanta con estoicismo y alzando su belleza por encima de todo, por encima de los clavos y corsés que mantienen su cuerpo en pie.
5. “El venado herido” (1946)
Recordando el traumático y doloroso accidente que sufrió cuando era joven, por el cual tuvo que someterse a decenas de operaciones, en esta obra Frida representa el dolor que tuvo que afrontar. En esta obra, se refleja a un animal herido con el rostro de la artista, con varias lanzas clavadas, y a pesar de ello mirada serena y aparentemente calmada. Al fondo, un cielo azul, que podría funcionar como alusión a la esperanza que Frida jamás perdió sobre su mejoría. De esta manera, si bien el motivo principal del cuadro se encuentra entre una arboleda oscura, que reflejaría el tormento que la artista seguía sufriendo en su cabeza, el fondo claro y azul simboliza el optimismo inherente a Kahlo.