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Arte español en el ADN americano

Obras del Wadsworth Atheneum Museum, el Prado, el Lázaro Galiano, el Museo de América y el Bellas Artes de Bilbao ilustran la contribución de la Monarquía española a la formación de Estados Unidos
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Obras del Wadsworth Atheneum Museum, el Prado, el Lázaro Galiano, el Museo de América y el Bellas Artes de Bilbao ilustran la contribución de la Monarquía española a la formación de Estados Unidos
La exposición «La memoria recobrada», que permanecerá hasta el 2 de julio en la Torre Iberdrola en Bilbao, sigue la huellas de la contribución de la Monarquía española a la independencia de los Estados Unidos, a través de obras de arte provenientes del Wadsworth Atheneum Museum of Art, el Prado, el Lázaro Galiano, el Museo de América y el Bellas Artes de Bilbao, además de fundaciones y colecciones particulares.
José Manuel Guerrero Acosta, comisario de la muestra, explicó durante su inauguración que, en el marco del plan de reformas de Carlos III, salieron hacia América dinero, armas, paños, medicinas y miles de soldados. Un retrato de Carlos III, con un paisaje cacereño al fondo, de la colección Iberdrola, abre la muestra, junto a una réplica del pendón real y los retratos de los fundadores de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. La España que contribuyó a la independencia de los Estados Unidos queda retratada en la exposición a través de varias obras de arte, entre ellas, dos cuadros del Museo del Prado, «El jardín botánico», de Luis Paret, y un paisaje con perspectivas arquitectónicas y alegorías de las artes, de Charles Flipart. Estas obras dan fe de las mejores urbanísticas emprendidas entonces en Madrid y de los avances culturales, mientras que retratos de damas de la aristocracia de entonces, como el realizado por Agustín Esteve a doña María de la O Piscatori, marquesa de San Andrés, nos muestra como vestía entonces la aristocracia española.
La muestra entra a continuación en América y distintos objetos y gráficas nos muestran la importancia de los caminos reales establecidos en el sur de los Estados Unidos durante el siglo XVII y que, de alguna manera, siguen activos hoy día, como el Anza Trail, abierto por Juan Bautista de Anza. Distintos mapas nos ayudan también a seguir los pasos del geógrafo, ingeniero, militar, escritor y general José de Urrutia, quien trabajó durante más de tres años en la expedición de Nicolás Lavfora que se adentró por territorios inexplorados hasta entonces. La muestra evidencia que la Monarquía hispánica poseía en el siglo XVIII inmensos territorios.
A través de cuadros, principalmente, aunque también trajes de la época, mapas y libros la exposición pretende explicar el contexto internacional en el que se firmó, en 1776, la Declaración de Independencia de las trece colonias americanas. Hay que recordar que Francia entró en Guerra contra Inglaterra en 1778 y un año más tarde lo hizo España y, ya en 1780, Holanda. La ayuda decisiva de la monarquía española a la independencia de Estados Unidos tuvo como principal impulsor al conde de Aranda, embajador en París, pero la figura fundamental de los suministros que viajaron de España a América fue el bilbaíno Diego María de Gardoqui, quien recibió el encargo real de gestionar los envíos confidencialmente. Además, fue el primer representante oficial ante los Estados Unidos.
La exposición tiene dos últimas salas dedicadas a la presencia de los primeros inmigrantes vascos a Estados Unidos, muchos de ellos como pastores, pero también como pioneros de negocios que hicieron fortuna.