cultura
Justicia para «América»: culpables los tres detenidos por el robo de la obra
El inodoro «América» fue creado por el reconocido y polémico artista italiano Maurizio Cattelan como una crítica irónica al capitalismo
El título puede parecer provocador, pero no tanto como la historia que hay detrás de la obra «América» de Maurizio Cattelan: su robo y la reciente resolución judicial para los tres hombres responsables del mismo. La huella digital también ha hecho su entrada en la historia, ya que la investigación reveló que los pillaron gracias a los circuitos de cámaras del palacio y, como ya es habitual en muchos delitos modernos, por los mensajes de sus propios teléfonos. Dos son culpables del hurto y otro de vender el oro. Las penas se conocerán a partir del mes de mayo. La historia tiene todos los componentes para convertirse en noticia y no suena ajena a casi nada de lo que ocurre en el mundo actual. El inodoro «América» fue creado por el reconocido y polémico artista italiano Maurizio Cattelan como una crítica irónica al capitalismo y la ostentación. La pieza, completamente funcional y elaborada con hasta 98 kilos de oro macizo de 18 quilates, se exhibió por primera vez en el Museo Guggenheim de Nueva York en el año 2016. Más de 100.000 visitantes tuvieron la oportunidad de usarla, convirtiéndola en una de las obras de arte contemporáneo más interactivas y comentadas de los últimos años.
La obra iba mucho más allá de su apariencia excéntrica y era una crítica mordaz a la vida de los estadounidenses. Cattelan es conocido por eso: por su humor irreverente y su enfoque crítico del arte. Con «América» hacía una reflexión sobre los excesos de la riqueza y utilizaba la ironía al convertir un objeto cotidiano y básico en un símbolo de lujo extremo, resaltando cómo el dinero puede transformar incluso lo más banal en una demostración de estatus.
La interactividad de «América» también jugaba un papel importante en su mensaje. Al permitir que los visitantes del Museo Guggenheim de Nueva York usaran el inodoro, Maurizio Cattelan desafiaba la idea de que el arte es intocable y exclusivo. La posibilidad de experimentar la obra de manera tan personal establecía un contraste entre el lujo del material y la función elemental del objeto, reforzando su mencionada ironía. La decisión de exponer la pieza «América» en lugares emblemáticos como en el Blenheim Palace del Reino Unido también tenía que ver con esa crítica. Instalar un inodoro de oro en un sitio histórico vinculado a la aristocracia británica reforzaba la crítica a las jerarquías sociales y económicas que han perpetuado la desigualdad a lo largo del paso de los siglos. Lo que no se podía saber entonces es que la pieza sería robada del palacio, y que ahora sabemos que lo hicieron para ser vendida al peso por unos 31.500 euros el kilo.
He desarrollado una afición personal a seguirle el rastro a las obras de Cattelan y todos los giros de guion que se van produciendo con ellas. No podemos negarle al artista que sabe qué elementos darle al público para que sus obras se cuenten por sí solas. Conoce muy bien el mundo en el que vivimos y a sus habitantes.
La última noticia de la condena a los ladrones nos trae un poquito de esperanza en la justicia y una moraleja: que solamente los necios confunden valor con precio.