Robert Indiana, el artista que hizo del amor una obra de arte

Autor de la icónica escultura “Love”, que marcó su trayectoria, murió a los 89 años

Quienes le conocieron aseguran que Indiana era un hombre de carácter, a veces difícil, pero amoroso en el fondo. Cierto es que tuvo el honor y la desgracia para sí de llevar a lo más alto una obra, su escultura “Love”, cuatro letras que han dado la vuelta al mundo y que eclipsaron su trabajo anterior y posterior. La obra de Indiana se reducía a una sola palabra, lo que no deja de ser una injusticia para este creador criado a los pechos del pop art. Falleció el sábado a los 89 años en el que era su hogar desde 1978, Vinalhaven, en las afueras de Maine. Sin hacer ruido y en soledad. En la que había decidido vivir los últimos años de su vida, lejos de amigos, del mundo del arte e incluso de sus obras. Poco amigo de las reuniones se mostró siempre esquivo con los medios, a los que daba largas para conceder una entrevista o incluso llegó a no asistir a presentaciones en las que él era el invitado estrella. No obstante, su país le hizo justicia al final de su vida y en 2013 el Museo Whitney le dedicó una importante y representativa retrospectiva en la que la escultura volvía a estar en el centro, a pesar de que se titulaba “Robert Indiana: más allá del amor”. Barbara Haskell, comisaría de la muestra, aseguraba entonces que la exposición revelaba a “un artista cuyo trabajo, lejos de ser descaradamente optimista aborda los problemas más fundamentales que enfrenta la humanidad: amor, muerte, pecado y perdón al tiempo que otorga un nuevo significado a las ambigüedades del sueño americano y a la difícil situación de el individuo en una sociedad pluralista”.

Nacido Robert Clark, pasó su adolescencia en Indianápolis y rechazó una beca artística para unirse a la Fuerza Aérea del Ejército. Más tarde asistió a la Escuela del Instituto de Arte de Chicago antes de mudarse a la ciudad de Nueva York, donde cambió su apellido por "Indiana"en 1958 para dejar constancia de los fuertes lazos que le unían a su ciudad de nacimiento.