Así se restaura "Susana y los viejos", de Rubens, un desnudo de escándalo
Ha sido restaurada gracias a la iniciativa propuesta por la Fundación Callia y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
“Susana y los viejos” (c. 1610) es una de las obras más representativas de Rubens (1577 – 1640) y de las diez más relevantes que guarda en su haber la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Se trata de un cuadro que reúne alguna de las mayores características del pintor, como la vitalidad, la expresión enérgica del movimiento, el cromatismo y la riqueza policroma que hicieron de él el artista que hoy conocemos; un artista cuyo nombre ha vuelto a hacerse eco a través de un proceso de minuciosa limpieza y reintegración de la capa pictórica. La restauración de la pintura se ha llevado a cabo gracias a las generosas donaciones de los invitados a la gala de entrega de los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo, organizada por la Fundación Callia y celebrada el pasado mes de febrero en el Teatro Real de Madrid. En palabras de su presidenta, Carmen Reviriego, “estamos muy felices de poder contribuir a la restauración de una obra maestra, parte de nuestro patrimonio, que hasta el momento no era posible admirar en todo su esplendor”.
“Creo que el arte es una herramienta fundamental para transmitir los valores de nuestra civilización de generación en generación. También lo es para reafirmarnos en nuestra cultura. Apoyando el arte, pienso que ayudo a que el mundo gire de una manera más hermosa”, continúa Reviriego. Los premios del mecenazgo han sido concebidos para impulsar el mercado del arte y, como ella misma cuenta: “Lo que para nosotros es fundamental es que los mecenas que han apoyado esta restauración era la primera vez que donaban. Eran nuevos mecenas y eso es muy importante porque significa un cambio cultural. Significa que esas personas se comprometen con el arte, que es la misión de Fundación Callia”.
La obra, restaurada por Silvia Viana y Judith Gasca, ambas Premio Nacional de Restauración, fue la primera que adquirió la Academia en 1778. El encargo vino de Carlos III y se invirtió en el cuadro un total de 60.000 reales, con la finalidad de influir en la formación de los jóvenes artistas del momento. “Como es un cuadro en el que aún estamos trabajando, hemos descubierto una serie de datos, como el nombre de quien elaboró el marco, que es un marco excepcional, y que serán publicados una vez haya concluido la investigación”, señala el director de la Academia, Fernando de Terán Troyano.
Los trabajos de restauración han durado varios meses y, debido al estado de fragilidad en el que se encontraba la pieza, tuvo que ser intervenida en la misma sala de exposición. De esta manera, los visitantes del museo tuvieron ocasión de ser testigos del proceso que comenzó con una serie de análisis previos, realizados a partir de placas digitales en rayos X. Gracias a este sistema se obtuvo constancia de la degradación del color por oxidación. “Podía ser contaminación por la calefacción del siglo XIX y la de nuestro tiempo también. Hay varios tipos de contaminación superpuestas entre sí”, indica Troyano. A medida que se avanzaba en el proceso, comenzaron a percibirse detalles antes ocultos como el ropaje de los viejos y se devolvió la calidad del cromatismo, característica principal de las obras maestras de Rubens.
Rubens pintó este cuadro durante su etapa italiana, antes de cumplir los treinta años de edad y, para ello, se inspiró en el capítulo XIII del libro del profeta Daniel. Se trata del tema de la casta Susana, en el cual el marido abandona el domicilio durante una temporada, de manera que ella, pensando que está sola, se prepara para ducharse desnuda cuando, de pronto, es asaltada. “Se trata de una violación en grupo”, remarca Troyano. Al resistirse a esta situación, la acusan de adulterio, pero Daniel, testigo del momento, declara que no es así. “El tema que recoge Rubens ha sido tratado por casi todos los pintores del norte, como Rembrandt y Van Dyc, o los italianos, Tiziano y Tintoretto, entre otros. Es común porque se trata de una de las pocas excusas que tenían dentro de la temática bíblica para representar el desnudo femenino”, continúa Troyano.
“Rubens fue el artista más internacional de su tiempo porque, además de ser artista, fue diplomático y viajó mucho. Esta iniciativa va de eso, va de internacionalizar. Con ella buscamos modernizar la sociedad española en el compromiso social con el arte”, comenta Reviriego que, además, añade: “Rubens tuvo una gran cantidad de mecenas importantes y hoy hacen falta mecenas. Lo que hemos pretendido con este gesto es animar y transmitir a la sociedad española esa necesidad de que se apoye el arte. Estamos por debajo de nuestros referentes anglosajones y sí, es necesario el mecenazgo español”.