Aurora, la obsesión erótica de Pla
Los dietarios inéditos de Josep Pla, uno de los grandes hitos de la temporada
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Los dietarios inéditos de Josep Pla, uno de los grandes hitos editoriales de la temporada.
Es una de las voces más solidas de la literatura catalana y española de todos los tiempos. Controvertido y criticado, el volumen de su producción como escritor hace de Josep Pla (1897-1981) un autor de peso incluso cuando redactaba las entradas de sus diarios personales. Eso es lo que encontrará el lector que se acerque a las páginas de «La vida lenta. Notas para tres diarios (1956, 1957 y 1964)», que publica la próxima semana Destino bajo el cuidado del especialista Xavier Pla. A continuación se reproducen algunas de las entradas de este volumen, que sirven para conocer la filosofía del Josep Pla de aquellos años y datos interesantes sobre su vida íntima.
Sobre la vida lenta
1 de enero de 1956
«Esta noche, cuando volvía a casa (a las dos) a pie, con una tramontana fortísima en contra, pensaba que, a veces, la vida parece más larga que la eternidad».
Sobre las aspiraciones de un soltero
15 de enero de 1956
«Estoy bien en esta casa, y aquí trabajo. Tengo a mano algunos libros, tendría que casarme con una mujer joven de cuerpo bonito y no moverme nunca más de esta casa. Pero ¡estoy tan viejo y tan gastado!».
Sobre Franco
15 de mayo de 1956
«Me invade una gran depresión, más fuerte cada día: la sensación de que no hay nada que hacer. El asco físico que me da Franco me deprime».
Sobre Camilo José Cela
24 de abril de 1956
«Leo “Moros, Judíos y Cristianos”, de Cela. Es un libro colosal que hace vomitar a cada paso. Lo alterno con “Idilios”, de Teócrito, que he traído de Atenas. ¡Qué contraste! Decepción con los “Papeles de Son Armadans”. Día delicioso».
23 de febrero de 1957
«Leo que a Cela lo han nombrado para la Academia. ¡Lo que faltaba!».
Sobre Paul Léautaud
27 de octubre de 1956
«Leo a Léautaud en la cama y su interés me fatiga. Este “Journal” es limitado y pobre, limitado a la cosa literaria, con los naturales chispazos pornográficos, pero no lo puedo dejar. Es imposible. ¡Qué asco me da todo! Horrible. La gente siempre ha sido igual –horrible».
Sobre la censura
28 de enero de 1956
«Paso el día trabajando para Destino –el artículo sobre el algodón, que a lo mejor no pasa la censura. Trabajar pensando en la posibilidad de que la censura lo desmonte todo es una tortura típica del país. En todos los regímenes, desde hace casi cuarenta años, he trabajado con esta limitación. Todavía aguanto. ¡Qué cabronada!».
Sobre Dionisio Ridruejo y Jaume Vicens Vives
25 de agosto de 1956
«Llega Vicens Vives a las ocho y nos vamos a Tamariu a buscar a Ridruejo. Cenamos en Can Miquel con Vicens y señora. Larga conversación política, hasta la una. Muy interesante, pero Vicens flojea. La relativa capacidad del catalán para la política. Ridruejo ha estado muy brillante, pero su capacidad cerebral llega a asustarme. Puede que sea el mayor defecto de Dionisio. (...) La capacidad mental de Ridruejo es enorme y me recuerda a cuando yo era joven. La afirmación que hace de que los tres políticos de la Restauración han sido Cánovas, Canalejas y Cambó es exacta».
Sobre el oficio de escritor
14 de enero de 1956
«Me quedo en casa todo el día. Trabajo en las “Memorias” de Truman, para Destino. Llegará un momento en que la fatiga de escribir para los diarios sea insurmontable. Cuando veo que fuera hace tan buen tiempo y yo estoy amarrado como un prisionero a esta mesa de la chimenea, me desespero».
Sobre Palermo
20 de marzo de 1956
«Palermo es una mezcla de pobreza y miseria, como toda Italia, pero me encuentro más a gusto que en Nápoles, hasta la raza tiene más vitalidad. Se pone a llover a media tarde».
Sobre el dinero
23 de enero de 1956
«Paso todo el día en la cama en una soledad deliciosa, completa. Es una pena que para llevar una vida de soledad absoluta haga falta tener tanto dinero».
Sobre el alcohol
22 de enero de 1956
«Fiesta mayor en Regencós: recuerdo cuando iba a merendar allí de joven. Ya me emborrachaba. El alcohol me ha hecho mucho daño –y, por lo menos, de joven filtraba el alcohol. Pero era fatal: el alcohol excita la sociabilidad a los solitarios, nos da lo que nos falta».
Sobre J.V. Foix
15 de marzo de 1964
«Visita a Foix en Sarrià, en su casa. Incapaz de comprender la literatura de ese viejo amigo tan simpático».
Sobre el whisky
27 de enero de 1956
«Paso el día en la cama: me levanto a las ocho de la tarde. Día agradabilísimo. La intoxicación de whisky es más soportable que la del mejor vino del país».
Sobre Ignasi Agustí
5 de diciembre de 1956
«Destino. Josep, tarde. Después, larga conversación con Vergés y Teixidor sobre la Dirección. Agustí es la peste negra».
Sobre el franquismo
1 de abril de 1964
«Hoy hace exactamente 25 años que terminó la guerra: 25 años de paz –es decir, de miseria, de policía, de indignidad».
Sobre ser un autor conocido
24 de noviembre de 1956
«Después nos trasladamos al puerto de Sóller en autocar y empiezo a conocer gente –muchos son admiradores de los artículos de Destino».
Sobre restricciones eléctricas
17 de enero de 1957
«La masía. Segundo día de restricciones. Es inaguantable. Volvemos a encender el quinqué. Todo esto me da un asco horrible. Sé perfectamente que vamos de cabeza al desastre, pero no tengo ni fuerza ni juventud para decirlo en voz alta e ir a la cárcel. Horrible».
Sobre el tiro al plato
26 de diciemre de 1957
«Sospecho que este deporte llamado tiro al plato, que ahora se practica en nuestros pagos, proviene de la costumbre que tienen algunos pasajeros de los barcos de disparar a las gaviotas que los siguen, hambrientas. Es difícil darle a una gaviota, pero aun así, ignominiosamente, las matan. Las gaviotas son el plato. Cuando le dan a una, cae aleteando nerviosamente al agua y entonces se produce el espectáculo de ver a todo el enjambre arremolinarse alrededor del desecho. Cuando constatan que no se trata de una expulsión de basura del barco, se acercan, hambrientas, y vuelven a servir de plato. Los sportmen que se dedican a estas actividades suelen instalarse en popa y cada tiro que disparan vale 100 liras italianas».
Sobre Brindisi y el barroco
28 de marzo de 1956
«Brindisi. Paso casi todo el día con los trámites de embarque para El Pireo. Dormido bien en el Albergo Bologna, Via Cavour, aunque el hotel es un poco sórdido. El dueño parece un pederasta. Largo paseo por la ciudad. El siniestro barroco ha destruido todo vestigio medieval. La catedral es un espanto de frialdad y banalidad. La ópera italiana más apolillada. La ciudad es pacífica y simpática».
Sobre Grecia
13 de abril de 1956
«Los griegos son los andaluces de los Balcanes».
15 de abril de 1956
«Escribo en mar, en la travesía del Pireo a Nápoles en el Samsoun. Buena travesía. Mistralón de buen tiempo. Pero, a medida que avanzamos hacia el norte, aumenta la nubosidad y el mar es menos azul. ¡Ah, el cielo de Atenas y la luz de Grecia! ¿Podré volver a verla algún día?»