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Cine

Crítica de 'El cautivo': Seré tu amante cautivo ★★★

Dirección, guion y música: Alejandro Amenábar. Intérpretes: Julio Peña, Alessandro Borghi, Miguel Rellán, Luna Berroa, José Manuel Poga, Roberto Álamo, Luis Callejo, Albert Salazar. Fotografía: Alex Catalán. España, 2025. Duración: 133 minutos. Drama.

'El Cautivo' de Amenábar, 'Eddintong' y 'Sigue mi voz', desde hoy en los cines
Julio Peña convertido en Miguel de Cervantes, en 'El Cautivo', de AmenábarEuropa Press

Fuera o no fuera homosexual, bi o mediopensionista, Cervantes escribió una de las obras cumbres de la historia y, en ese y tantísimos otros sentidos, bueno, en todos, qué más da con quién se fuera a la cama el insigne novelista. O al hammam. Dicho esto, el inteligente Amenábar ha decidido que su Cervantes, durante los cinco nebulosos años que pasó cautivo en Argel (en ello, por otra parte, tampoco se ponen de acuerdo los historiadores y eruditos del tema) sí tuviese una relación con otro hombre, y ahí anda la polémica entre unos cuantos aunque, en el fondo, lo más relevante para quien esto escribe es que la película contiene la mayor, la más intensa historia de amor de su, por otro lado, no tan larga y un tanto tibia en esos menesteres filmografía. La historia, a grandes rasgos, es conocida por la mayoría, quiero imaginar: 1575: un joven, y muy atractivo en este caso, soldado manco llamado Miguel es capturado en alta mar por corsarios árabes y llevado a Argel como rehén. Una ciudad llena de vida, al rojo vivo, y que mira hacia otro lado ante los placeres «prohibidos» de la carne. Consciente de que allí le espera una muerte segura y terrible si la familia del autor no paga pronto su rescate, Miguel encontrará refugio en su pasión por contar historias. Y he aquí un punto fuerte de la película, el que refleje cómo la literatura, la creación artística, al cabo, es capaz, como la música, de amansar a las fieras, de provocar debates, de hacernos libres aunque estemos privados de libertad. En este caso la fiera es Hasán, el temido Bajá, otro apuesto y culto personaje. Y que le pide al objeto de su deseo cada día que, como a los compañeros de prisión, le lea un relato cual la Sherezade de «Las mil y una noches». Pronto entre ambos se establece una ambigua amistad mientras los conflictos crecen entre el resto de los presos, un sacerdote observa con asco (¿solo asco?) las dudosas andanzas de Miguel, ansioso por fugarse, en palacio y pasa lo que tenía que pasar y que de spoiler no tiene nada porque de esto se enteró ya hace tiempo media España. Técnicamente muy cuidada, marca de la casa, en especial, la fotografía, y con alguna escena un tanto chirriante («¿Estoy en el cielo?» , se pregunta Cervantes rodeado de guapos mancebos), Amenábar lo ha vuelto a conseguir: que todos hablen, para bien o para mal, de su cinta. Ahora solo nos hace falta leer «El Quijote», pero de verdad.

  • Lo mejor: Que posee una buena factura técnica y la mayor parte de su reparto
  • Lo peor: El ritmo narrativo es en ocasiones irregular y quizá demasiado lento