Crítica de "El maestro que prometió el mar": educar la memoria ★★

Dirección: Patricia Font. Guion: Albert Val. Intérpretes: Enric Auquer, Laia Costa, Luisa Gavasa, Ramón Agirre. España, 2023, 105 min. Género: Drama.

Hay temas que blindan cualquier opinión sobre la forma cinematográfica en que se presentan al público. Es imposible discutir sobre la pertinencia de recuperar la memoria de los cadáveres de la Guerra Civil que yacen en las fosas comunes, de reavivar sus dramas, de hacer que ese pasado sobreviva al tiempo y siga proyectándose en el presente. En ese sentido, la historia del maestro catalán Antoni Benaiges (Enric Auquer), que aterriza en el pueblo burgalés de Bañuelos de Bureba un año antes de que estalle la guerra, dispuesto a divulgar las enseñanzas de la escuela libre con la pasión y el entusiasmo de un John Keating de la educación laica republicana, es triste, hermosa y conmovedora, tanto como las fotos que, en los créditos finales, certifican su paso por el mundo, antes de ser ejecutado por los nacionales. El problema de “El maestro que prometió el mar”, pues, no es el qué sino el cómo: esa manida predilección por el cliché, tan presente en la construcción de arquetipos -¡ese malvado, casi caricaturesco cura fascista!- como en la estética de sus imágenes -el tono amarillento de la fotografía-; esa tendencia a explicar en los diálogos lo que no se sabe contar visualmente y, sobre todo, la opacidad del personaje de Laia Costa, la nieta que investiga la historia de su bisabuelo, mero instrumento de guion que impide que las conexiones entre presente y pasado coagulen emocionalmente, más allá de una tesis didáctica.

Lo mejor: La pertinencia del tema y la entregada interpretación de Enric Auquer.

Lo peor: Que no sepa superar las limitaciones de su didactismo.