
La estrategia del PP
Feijóo recurre a la economía para escapar de «la pinza» entre PSOE y Vox
Génova dice que Sánchez no puede «penetrar» en la clase media y que Santiago Abascal «no es creíble en la gestión»

Tiene más que claro el Partido Popular que, bien por casualidad, bien por causalidad, existe «una pinza» entre el PSOE y Vox. La teoría es que ambas formaciones trabajan para conseguir un mismo objetivo: debilitar a Alberto Núñez Feijóo. «Van a por nosotros», ejemplifica un barón de peso en conversación con LA RAZÓN. «El partido de Santiago Abascal se ha querellado contra Alfonso Fernández Mañueco por los incendios de Castilla y León, pero no lo ha hecho contra Óscar Puente por el caos de los trenes, ni contra Sara Aagesen por el apagón», añade otra persona del círculo más próximo al presidente popular.
Para torear las embestidas que recibe desde los dos flancos, el presidente de la formación conservadora recurre a una muleta: la economía. Y eso que Pedro Sánchez no hace otra cosa que presumir de la marcha del país: «Va como una moto», dijo hace tiempo. «Como un cohete», elevó la apuesta más tarde. Pero su rival refuta el triunfalismo gubernamental y, en los últimos días, no deja de repetir un salmo: «En España tiene que merecer la pena trabajar». Y con Sánchez, denunció la semana pasada, «da rabia».
Al hilo del último enredo del Gobierno por las cuotas para los autónomos –unos 3,4 millones de trabajadores–, el PP ha visto la ocasión perfecta para armar un relato bastante menos halagüeño al oficial y, sobre todo, lanzar una propuesta programática con la que seducir a la clase media. Con la convicción de que «el PSOE no puede penetrar» ahí cuando lleva desde junio de 2018 al frente del país y, en este tiempo, ha sido incapaz de arreglar problemas estructurales como la vivienda y, además, la calidad de algunos servicios públicos no ha hecho sino empeorar. El caso más paradigmático: el tren. A su vez, Vox tampoco puede levantar la bandera de «la gestión porque no es creíble».
Como avanzó este diario, ahora la prioridad del PP es «el rescate emocional de la clase media». Con mensajes mucho más directos. Sin circunloquios. Y con propuestas liberales, que apuestan por reducir el peso del Estado en detrimento de las empresas. Ayer, Núñez Feijóo recibió una fuerte ovación de los asistentes al Congreso Nacional de la Empresa Familia después de pronunciar un discurso que se centró única y exclusivamente en la economía. Allí habló de un «problema de desafección» de la sociedad con la vida laboral. Por seis razones: «La presión fiscal que asfixia el país, la sensación de que pagamos más y recibimos menos, la impunidad que se fomenta desde el Gobierno, la desconfianza del emprendedor, la burocracia y el intervencionismo».
Aunque la corrupción lo contamina todo y el PP no piensa dejar de practicar una oposición diaria y sin cuartel a Sánchez con todo el arsenal de armas (políticas, judiciales y sociales) a su alcance, la cúpula de la formación considera que es de vital importancia armar un buen programa de país que genere esperanza e ilusión. Exactamente las dos características que más se echan en falta a día de hoy de una clase política que genera más hastío que otra cosa, por la consecución interminable de escándalos y un ruido que ensordece cualquier intento de conversación en la vida pública. De ahí que la agenda programática se haya convertido en eje principal.
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