De Pérez Reverte a Houellebecq, los 5 títulos más polémicos de la Feria

Durante la primera quincena de junio los rincones secretos del Retiro se engalanan. El pulmón verde de la capital se pone bonito, se llena de vida, de impulso y de costumbre y, embebido de palabras, ideas y frases se dispone para recibir a las ingentes cantidades de paseantes, amantes, curiosos y ruidosos lectores tanto madrileños como foráneos que se agolpan en las casetas numeradas que acogen el comienzo de uno de los proyectos culturales más destacados del año. La Feria del Libro celebra en esta ocasión su 78º edición y una vez más vuelven a ser muchas y muy variadas las propuestas que se presentarán a lo largo de la ansiada cita. Con el objetivo de hacer un repaso por las emociones, las pasiones y las demencias que han protagonizado las historias más interesantes de este año, desde LA RAZÓN proponemos una lista con los cinco libros más polémicos que han salpicado de controversia y agitación los debates sociales de 2019. Hay intrigas políticas, feminismo rural, sexo, bizarría castiza, misoginia, autodestrucción y transexualidad deportiva. Estos son los cinco motivos por los que ha merecido la pena abrir un libro este año, con independencia de que más de uno haya podido o no arrepentirse después:

Houellebecq vuelve a llenarse de barro y obsesión en esta novela en la que el sexo actúa como catástrofe y la cultura como origen indirecto de la decadencia de Europa. A través de un personaje que funciona como parodia sí mismo, el autor francés construye una historia con la figura de Florent-Claude Labrouste, un cuarentón descarriado que se medica con un antidepresivo que libera serotonina y cuya ingesta propicia tres efectos adversos absolutamente desmoralizantes para cualquier portador de testosterona: náuseas, desaparición de la libido e impotencia. Raro sería que la publicación de un libro en el que prácticamente la decena de mujeres que figuran en él solo destaquen por su habilidad para practicar sexo oral, se describa de forma innecesariamente detallada un vídeo pedófilo o se relate que la única forma que el autor tiene de relacionarse destructivamente con el sexo “ni siquiera sean capaces de arreglarlo dos putillas tailandesas de dieciseis años”, no abriera una ofensa en el corazón del movimiento feminista y en el corazón de cualquiera que no utilice la entrepierna para pensar. Sea como fuere, este retrato de brillantez occidental ha afianzado la simpatía de los amantes de Houllebecq y despertado las antipatías de los éticamente correctos.

Cambiar el colchón de la Moncloa, batallar hasta la extenuación con la figura de Susana Díaz, convertirse en amigo íntimo de Felipe VI, encogerte de emoción por haber ganado unas primaria en las que todo parecía perdido o llegar a sentirse un intruso en su propia casa. Esas son algunas de las anécdotas personales y profesionales que el presidente Pedro Sánchez confiesa en este diario de renuncias en donde convierte la escritura en una tabla de salvación para desquitarse de todas sus frustraciones, necesidades y miedos políticos. Sin duda, uno de los episodios más cómicos y que más comentarios juguetones suscitó fue el que figura en el capítulo tres, “Regreso a Ferraz”, en donde el político socialista atribuyó -no sabemos muy bien si fruto de la prisas o del despiste- la famosa frase con la que el poeta granadino Fray Luis de León acostumbraba empezar sus clases y que mantuvo en el primer día de reincorporación a las aulas tras haber sido encarcelado por la Inquisición durante cuatro años; “como decíamos ayer” a San Juan de la Cruz. El patinazo absolutamente perdonable suscitó las críticas de los más “ofendiditos” y plagó las redes sociales de comentarios contra el dirigente socialista.

A través de un fascinante paseo por la memoria, la escritora cordobesa María Sánchez se traslada al terreno de las emociones rurales para, apoyándose en una defensa explícita del feminismo, recorrer la historia de sus antepasadas (madre, abuela y bisabuela incluidas) y desgranar el problema de la despoblación en España. Si bien este libro no ha suscitado una polémica como tal, sí que ha servido para abrir un interesante debate a través de una mezcla de estilos narrativos que bailan entre el ensayo, la memoria familiar y el manifiesto y que muestran la cara más poética y comprometida de toda esa vida que sucede más allá de la ciudades. “¿Sobrevivir escribiendo será una manera ciega de ser útil a la especie?”, se pregunta la autora en esta invocación al campo y a la mentalidad rural. Una atractiva propuesta literaria que sin duda induce a un replanteamiento profundo de los roles femeninos dentro de las áreas rurales y que invita a rencontrarse con la semilla de los recuerdos y de esa infancia que huele a romero y a cambio.

Las mujeres, abrazan. Los hombres, ¿pelean? A grandes rasgos, es esta diferencia en la que se centra “Un hombre de verdad”, la obra de Thomas Page McBee que tanto debate ha suscitado entre parte de su público. ¿Cuán difícil es aceptar las palabras de quien cuenta su propia historia? El escritor nació mujer pero siempre se supo hombre, de tal manera que, a pesar de que su interior era masculino, a los 30 años pudo cambiarse de sexo. En la obra, Page McBee relata la aventura que tuvo que vivir para llegar a comprender la masculinidad y las formas de actuar del hombre: fue el primer transexual en combatir en Madison Square Garden. Sí, transexual y boxeador. Una idea que no cuadra para mucha gente pero que para él fue la manera de encontrarse a sí mismo. Fueron las numerosas peleas de las que tuvo que escapar por las calles de Brooklyn -donde reside- las que le llevaron a preguntarse ¿por qué los hombres se pelean? ¿la masculinidad está ligada directamente con los puños? ¿qué significa ser hombre?

Arturo Pérez Reverte se consolida como fenómeno de masas con este libro en el que sin vocación de historiador ni de Ministro de Cultura, plantea sus impresiones más personales y subjetivas sobre la Historia de España, al mismo tiempo que ofrece una revisión de los comportamientos actuales de los españoles en relación con los episodios nacionales del pasado. Sin ningún tipo de afán didáctico y a través de un uso prolongado de la ironía y el sarcasmo, el propio escritor ha llegado a calificar el libro como “personal, irónico, poco ortodoxo y subjetivo”. Calificativos que sin duda dan una pista bastante certera del fondo y la forma de la publicación. Se trata de un repaso ligero y ameno por algunos de acontecimientos históricos más reseñables de la Historia de España que van desde la conquista de América hasta la Transición y que Reverte proyecta de una manera completamente subjetiva. ¿Los españoles somos un producto directo de nuestros errores? Pasen y lean para descubrirlo.