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Doctor Gachet: caso resuelto
El destino del misterioso cuadro de Van Gogh, uno de los más famosos de su carrera, que compró un multimillonario japonés y que se creía perdido, podría encontrarse en Suiza

Van Gogh fue el desencadenante de la venta de obras de arte en subasta a precios obscenos. Todavía recuerdo cuando, siendo todavía un adolescente, escuché la noticia de que Christie´s había cerrado la venta de sus célebres “Girasoles” en 24’75 millones de dólares. Corría el año 1987 y el mundo del arte no estaba aún preparado para asimilar cantidades tan mareantes. Tres años después, en mayo de 1990, el magnate del papel japonés, Ryoei Saito, dejó al mercado del arte ojiplático en 72 horas que ya forman parte de la historia: la compra, en Christie´s, del “Retrato del Doctor Gachet”, de Van Gogh, por 82’5 millones de dólares, lo convertía en la obra de arte más cara de la historia. ¿Quién podía pagar tan desorbitada suma por una obra de arte? -nos preguntábamos en aquellos ingenuos y felices tiempos-. Pues bien, no contento con ello, y como si tuviera el dinero por castigo, Saito volvió a la carga dos días después para adquirir el “Bal au Moulin de la Galette”, de Renoir, por 78,1 millones de dólares. Gastarse 160 millones de dólares en arte, en el plazo de tres días, era en sí misma la performance más grande y excéntrica jamás realizada.
Sin embargo, el manufacturero japonés se arrepintió bien pronto de esta adquisición: el gobierno japonés le cobró a Saito por su adquisición 24 millones en impuestos. La cólera del coleccionista fue tan desproporcionada como la de su enajenación compradora: comunicó que, ante el insoportable gravamen que tendrían que soportar sus hijos por heredar tal obra, había decidido incinerarse con ella tras su muerte. Tan luctuoso hecho sucedió en 1996, cuando Saito falleció súbitamente de un infarto. Entonces, aquellas palabras del multimillonario -tomadas a abroma por el mundo del arte- comenzaron a ser recibidas con preocupación desde el momento en que los años transcurrían y el “Retrato del Doctor Gachet” permanecía en estado desconocido. ¿Se habría atrevido Saito a cumplir amenaza y, como si de un faraón se tratase, pasar al otro mundo con sus más valiosas posesiones?
Tras once años desaparecido, el mundo del arte comenzó a respirar con algo de alivio cuando el "Wall Street Journal" publicó el paradero del cuadro: se encontraba en Austria, en posesión del inversor Wolfgang Flöttl, quien había adquirido el Van Gogh en venta privada y -por lo que se ve- extremadamente secreta-. El rastro se le volvió a perder cuando Flötll volvió a vender la obra por una cantidad próxima a los 100 millones de dólares. Pero ¿quién era su nuevo propietario? Según ha desvelado hace unos días "The New York Times", el “Retrato del Doctor Gachet” se encuentra en Suiza. A tenor de las últimas estimaciones realizadas sobre su valor, la pintura tendría hoy un precio de mercado superior a los 170 millones de dólares.
Pero, claro está, pese a haberse trazado la vida del cuadro durante las últimas dos décadas, hay aspectos del “caso Doctor Gachet” que siguen siendo desconcertantes: en rigor, desde que la obra fuera adquirida, en 1990, por Saito, no se le ha vuelto a ver -en ninguna de las grandes exposiciones que se han celebrado, desde entonces, sobre Van Gogh, se ha podido disponer de ella-. Además, una pieza con tanto valor y mitología sería capaz de romper todos los records de venta en el caso de que una de las grandes casas subastadoras la incluyera en una de sus elitistas veladas: ¿por qué entonces sus últimas transacciones se han realizado por venta privada y con cero publicidad? Algo huele mal en torno al Doctor Gachet.
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