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"El Espartaco Negro", el primer héroe negro que luchó contra Napoleón y fue símbolo de resistencia frente al imperialismo

Subhir Hazareesingh narra en su nuevo libro la historia de la revolución de esclavos haitiana a través de la vida de Toussaint Louverture, luchador y referente de los revolucionarios afrodescendientes

Retrato del general Toussaint Louverture
Retrato del general Toussaint LouvertureArchivo

El último libro de Subhir Hazareesingh, “El Espartaco Negro”, relata “la épica vida” de Toussaint Louverture, a través de él, el autor nos cuenta la historia de la Revolución haitiana. El escritor es miembro de la Academia Británica y tutor de Política en el Balliol College de Oxford. Ya ha escrito sobre la historia francesa con anterioridad con libros como “How the French Think” o “The Legend of Napoleon”. Con este último, ganó el “Prix du Mémorial d’Ajaccio” y el “Prix de la Fonda-tion Napoléon”. Este abril, el historiador ha publicado “El Espartaco Negro” y con él ya ha ganado el “Premio de Historia Wolfson”. Un libro que admite haber realizado tras escribir mucho “sobre la historia francesa, pero no tanto sobre la historia colonial francesa”. Después de estudiarla, el tema enseguida le pareció “muy importante”, fue “una buena manera de intentar redescubrir la historia y también contársela a la gente”, “hasta recientemente (Louverture) no era muy conocido”.

Carácter visionario

En 1791, se llevó a cabo la primera y única revolución de esclavos en la historia que triunfó, concretamente la rebelión de la colonia francesa de Saint-Domingue. Consiguieron encontrar la libertad que estaban buscando gracias a Touissaint Louverture, el apodado “Espartaco Negro” por algunos, “el George Washington negro” o “el Bonaparte del Caribe” por otros. Louverture nació en la esclavitud, sus propios padres eran esclavos africanos. Destaca por sus ganas de liberarse de ella y construir una humanidad mejor e igualitaria, tal y como él mismo escribió en uno de sus informes: “Nací esclavo, pero la naturaleza me dio el alma de un hombre libre”. Desde sus inicios, el que llegaría a ser general francés, fue instruido en la religión cristiana y mostró una gran admiración por la nación francesa y la ciencia, apoyando las ideas de la Ilustración.

Era visionario, “de carácter fuerte y valiente”. Para Hazareesingh, Touissant fue un “líder revolucionario”, un hombre que “Intentó hacer lo mejor para si mismo y para su gente”, protegiéndolos de la esclavitud, siendo ese su “objetivo principal”. Para lograr sus objetivos políticos y sociales, siempre utilizó la diplomacia, buscando el beneficio de todos. La igualdad entre razas era lo más importante para el general: “cree que la gente negra no es diferente a los demás” asegurando que “pueden demonstrar ser iguales, demostrando su competencia” tanto administrativa como militar. Llego a ser “la única persona, en ese periodo, realmente comprometida en los principios revolucionarios de la igualdad y la libertad”.

Louverture era un hombre que también destacaba por esconder información sobre sí mismo, “era un político” dice el autor, “no podía ser completamente honesto con cuáles eran sus verdaderos objetivos, tuvo que jugar con los franceses, con los británicos, con los españoles, americanos… trató de hacer ver a todos que era su mejor amigo”. Pero a pesar de la privacidad del “Espartaco Negro”, admite haber tenido “mucha suerte” en el proceso de creación: “normalmente cuando escribes sobre la historia de la esclavitud no te dan acceso a las voces de los esclavos” pero en el caso de Louverture, al ser general, administrador y gobernador francés, fue diferente, “excepcional” añade. “Louverture dejó muchísima correspondencia, tenemos cartas, reportes… que he utilizado para escribir”.

Aunque Louverture consiguió dejar de ser esclavo en 1776, jamás abandonó a su familia debido a que ellos seguían siéndolo. No tan solo no se fue, sino que consiguió que el dueño de la plantación, de quien había sido cochero, mejorara la condición de los esclavos y que diera a su familia trabajos más dignos. El primero en denominarle como “Espartaco Negro” fue el gobernador republicano Laveaux, quien le recibió “con honores” en 1796 considerándole “el salvador de la autoridad legítima”, afirma el libro.

La revolución de los esclavos

“La Revolución Francesa y la Carta de Derechos del Ciudadano fueron claves para que llegara a la colonia un intenso debate sobre los derechos de los esclavos y los derechos raciales”, asegura en el libro. Empiezan las revueltas de los esclavos y colonos blancos deciden irse a Estados Unidos, a otras islas del Caribe y a Francia. En 1791, la revuelta comienza después de que los rebeldes incendiaran las plantaciones de Santo Domingo. El “Espartaco Negro” estaba detrás de la operación, pero nunca dio su nombre, “llegando incluso a utilizar seudónimos”. Los colonos franceses no ceden y envían 6.000 soldados para luchar contra ellos. En 1793, los rebeldes negocian con los españoles que apoyaron su levantamiento 3 años atrás. Este mismo año, “las autoridades republicanas de la colonia de Saint-Domingue” abolen la esclavitud.

Louverture se unió a la causa republicana francesa. Su objetivo principal fue liberar a Saint- Domingue (Haití) de los invasores españoles y británicos. En 1795, consigue expulsar a los españoles y desde 1799 a 1802 consiguió el control de toda la isla, derrotando a británicos y monárquicos franceses. Este éxito se debió a “el espíritu fraternal y cohesionado de sus tropas”. En 1804 Haití recibió su nombre y comenzaron a ser independientes.

Después de años de libertad, las plantaciones de la isla no tenían suficientes trabajadores, estos recibían salario, pero “su trato se asemejaba al de los tiempos de esclavitud”, muchos se marcharon. Esto hizo que Louverture tuviera que adquirir esclavos de otras colonias, liberarlos y “forzarles a trabajar bajo las condiciones instauradas”. “Diría que se sitió forzado a hacerlo por las circunstancias” dice el autor. “Seguía en un mundo en el que la esclavitud era la norma y una de sus prioridades a corto tiempo era asegurarse de que el sistema agricultor continuara siendo productivo y para hacer eso, necesitaba trabajadores. La única manera rápida de hacer eso, para él, fue reclutarlos de fuera”. Sin que continuara la producción del azúcar, del algodón… “la revolución fallaría”, añade.

El poder de Napoleón fue un problema, debido a que, según el autor, “no pudo tolerar que alguien más tomara estas decisiones”. Después de que quisiera acabar con el gobierno de el “Espartaco Negro”, Louverture luchó para evitarlo, pero fue detenido y acabó falleciendo en una prisión francesa en 1803. Aún así, terminó con “un desastre para los franceses”, dice el historiador, porque tras su muerte los esclavos vencieron y en 1804 Haití recibió su nombre y comenzaron a ser independientes.

El autor tiene claro el mensaje que quiere generar a todos aquellos que lean el libro: “siempre tenemos que ser optimistas y seguros, aunque vivamos en un mundo donde cosas terribles suceden a la gente debido al racismo … aún hay esperanza y aún hay personas que trabajan para un futuro mejor”. Louverture era alguien que representaba “el optimismo”. Sudhir Hazareesingh asegura que “El Espartaco Negro” no va a ser su único libro sobre la historia de la esclavitud: “ahora mismo estoy trabajando en un libro sobre la esclavitud en el mundo Atlántico” añade antes de completar que esta lacra estaba “en todos lados, en Norte América, en el Caribe, en las Colonias españolas…”.