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Fabio Snaider: «‘‘El principito’’ y la ‘‘Biblia’’ son nuestros ‘‘best-sellers’’»

Empezó como un hobby y ha terminado haciendo de los libros usados su forma de vida. Oferta: 5 x 10 euros

Fabio Snaider: «‘‘El principito’’ y la ‘‘Biblia’’ son nuestros ‘‘best-sellers’’»
Fabio Snaider: «‘‘El principito’’ y la ‘‘Biblia’’ son nuestros ‘‘best-sellers’’»larazon

Empezó como un hobby y ha terminado haciendo de los libros usados su forma de vida. Oferta: 5 x 10 euros

¡Oferta, oferta! ¡Libros a dos euros! Sí, han leído bien. Esto es lo que ofrece Tik Books. Uno por 2,90 y cinco por diez euros. Así no hay excusa que valga para no perderse entre páginas. O, simplemente, para acercarse a una de estas tiendas de libros usados que abogan por el producto, por la lectura y la compra como vivencia y por la larga vida del papel. Y si hay que apoyarse en su éxito para comprobarlo, se puede afirmar que le quedan muchos años por delante al formato físico. La culpa es suya: de Fabio Snaider –y de su socio–.

–La primera es fácil: ¿qué se puede hacer con dos euros?

–Comprar un libro.

–Así de fácil. ¿De dónde surge?

–Esto vino hace ya tres años y pico junto a mi socio. Él había heredado 500 libros y decidimos ponerlos a la venta en internet. Después empezamos a darles salida fácil y planteamos comprar más, luego, poner una tienda...

–Pues han cambiado las cifras...

–Sí, hoy tenemos 400.000 libros, más o menos: 200.000 a la venta «on-line» y otros tantos repartidos entre los locales –cinco en Madrid–.

–¿Y dónde se mete tanto libro?

–Los guardamos en las tiendas en vez de tenerlos centralizados en una nave, aunque algún día tendremos una.

–Y en su día esto fue un hobby.

–En principio nos gustó el tema como entretenimiento, yo soy publicista y mi socio se dedicaba a los seguros, pero empezó a marchar la cosa.

–Y despegó cuando media España se fustigaba por la crisis.

–Sí, pero tuvimos que usar nuestros ahorros para comprar el material. Suerte que al final se convirtió en un negocio serio con mucho resultado, a pesar del momento.

–Desde la experiencia del librero, un indispensable.

–Es increíble cómo se venden «El Principito» – el de cabecera de Tik Books y uno que no pasa de moda–, y la «Biblia», independientemente de que haya menos gente en las iglesias siempre se vende.

–¿Y un autor a dos euros?

–Gabriel García Márquez es la referencia del público español, pero yo me identifico con Jorge Luis Borges y sus cuentos por ser argentino y seguirlo desde pequeño. También recomendaría uno muy especial para mí: «El túnel», de Ernesto Sábato.

–Hábleme de esa red/familia que han creado en Tik Books.

–Tenemos clientes de todas las edades, desde niños de seis años hasta nuestro cliente más mayor, que sepamos, que tiene 97. Una vez a la semana se pasa por la plaza de Santo Domingo y se compra cinco libros. Se arman unas tertulias terribles a su alrededor. Sabe más que todos los que estamos ahí. Son increíbles las vivencias que tiene la gente en una tienda de libros usados, va más allá del producto. Hay gente que recorre los cinco locales en una mañana, no compra porque no encontró nada que le gustara, pero se lo pasó fenomenal y nos lo hace saber. No sólo es el hecho de comprar un libro, sino de disfrutar el momento. Igual que hay gente que ve un partido de fútbol, aquí la gente viene a tocar y revisar cosas.

–Van camino de convertirse en un sitio de peregrinación...

–La verdad es que la gente nos cuenta sus historias... Un día vino un ingeniero de Caminos con su hija, quería encontrar el volumen de un gran libro que usó en su tiempo para regalárselo. Nos pidió un ejemplar y cuando vio el libro era exactamente el suyo. Llegó a nuestras manos vete a saber cómo y se puso a llorar en la librería. Hicimos una fiesta, se lo regalamos.

–¿Por qué no montan tertulias?

–Sí, pero al surgir como un hobby no teníamos un plan de negocio muy marcado en el que trazar un camino. Necesitamos espacio y la gente nos lo pide. Seguramente planificaremos algo con autores para organizar algún tipo de actos más amenos.

–Viendo su éxito, quién diría que el papel cotiza a la baja...

–Es por la crisis, no porque sea la época de la tecnología o «e-book». El libro va a convivir mucho tiempo con lo digital. La gente no se acostumbra, sigue queriendo el libro de siempre. Los precios han hecho que nuestro proyecto haya crecido porque no es fácil comprar libros a 20 o 25 euros.

–Habrá que ver a los niños digitales de hoy, que sólo ven pantallas.

–Es complicado cambiar la mente. El año que viene mi hijo de siete años no tendrá libros de papel...

–Lo notará su espalda...

–(Risas) Exactamente. Pero creo que tiene un gran futuro el libro y no sólo como lectura, sino como objeto. Tiene un gran valor. La gente que se muda de casa nos trae libros y nos dice que pueden tirar cualquier cosa menos esto.

–Y como usted vea una caja de libros en el contenedor se la sube a casa, seguro.

–Inmediatamente.

–Desarrolle su lema: «La lectura es la puerta a la cultura».

–Tiene que ver un poco con el inicio. Los dos socios somos amantes de los libros y la gente se está perdiendo mucho si deja de leer. Con la velocidad con la que vamos sólo se leen titulares. En un libro se desarrolla mucho la imaginación y tiene que ver con la cultura y la experiencia de compra. Independientemente de que es un negocio, decimos que la gente se tiene que divertir y pasarlo bien. Es la puerta a la cultura porque sostenemos que un buen libro va más allá de ver una película u otra actividad.

–¿Sabe que una «tablet» activa la mente cinco veces más?

–Pero hay que ver cuáles son la neuronas que se tocan en un lado y otro.

–Eso sí.

–Lo importante es tocar papel, y eso pasa en estas tiendas.