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Batallas culturales

Grokipedia: cuando la crispación nos lleva a Matrix

La Wikipedia no es perfecta, pero la idea de todo el conocimiento manejado por un ordenador suena bastante terrorífica

Elon Musk ha justificado su IA para detener la «wokización» de Wikipedia EUROPAPRESS

El mundo se está acelerando y parece que empieza a dar miedo. Hace pocos días, el magnate tecnológico Elon Musk anunciaba el lanzamiento de su propia enciclopedia en línea para acabar, según sus propias palabras, con el sesgo ideológico de Wikipedia. No obstante, esta empresa se sustenta, en todas sus publicaciones, en el uso de la IA desarrollada por el magnate, Grok, sin participación humana más allá de la de los informáticos y técnicos que la sostienen.

Este anuncio ha resultado muy polémico, tanto por el contenido como por el fondo. Si bien miles de usuarios han aplaudido el anuncio, pensando en construir una alternativa a Wikipedia con un enfoque puramente conservador, existen bastantes riesgos. Y es que los especialistas que han rastreado todas las publicaciones–que a fecha de estreno eran unas 800.000– han encontrado aspectos verdaderamente preocupantes. Por un lado, la web contaba con un fuerte sesgo ideológico hacia los postulados personales de Musk, muchas veces ni siquiera siendo posturas particularmente destacadas en ningún espectro ideológico, sino simplemente la verbalización de opiniones del magnate. Así,como recogían medios como la CNN o el «New York Times», Grok tiende a utilizar como fuente científica tuits de Musk o asociaciones sin ningún tipo de relevancia a las que el surafricano ha dado su apoyo en algún momento. Lo más destacado puede ser que, en su propia página, afirma con orgullo que fue capaz de adelgazar y de lograr una forma física «envidiable» en muy poco tiempo. Todo muy delirante.

No obstante, esto es la punta del iceberg. Y es que la mayoría de los artículos presentes responden a los criterios propios de una IA, es decir, sin filtro. En muchas de las publicaciones –consultadas por decenas de medios de comunicación– la mayoría de los enlaces presentes como fuentes no llevan a ningún lugar o, como pasaría al consultar a un chatbot, malinterpreta la información para crear un relato coherente pero erróneo.

Musk ha justificado la necesidad de esta IA en base a la «wokización» de Wikipedia. En este sentido no es nada nuevo, pues ya existen enciclopedias alternativas de carácter, por así decirlo, contrario a esta web. Ahí están los casos de Conservapedia –para la derecha tradicional– o la muy vetada por sus inclinaciones nazis, Metapedia, que reproduce contenido negacionista y nacionalsocialista. Estas son únicamente dos, existiendo en realidad una pléyade, pero que, por motivos bastante obvios y una imposibilidad de ocultar intencionalidad política, no han tenido nada de éxito entre los usuarios. Tampoco se puede negar lo evidente. La información de Wikipedia se escribe a través de aportaciones de colaboradores y, al estar hechas por personas, presentan sesgo; a veces a un lado y a veces al otro. Esto se puede ver en especial en el caso español, debido a que muchos de nuestros artículos son calcos literales de los de la versión americana, por lo que los postulados ideológicos de allí, habitualmente más sesgados hacia el wokismo, tienen especial atención.

Cómodo filtrado

El problema de la politización de la Wikipedia es mucho más serio de lo que pueda parecer. El 45 % de las personas de entre 16 y 74 años en la Unión Europea utiliza Wikipedia como base principal de su información, según avisaba la Comisión. De la misma manera, cuanto más joven es la audiencia, más prioriza el uso de este tipo de «wikis» para informarse de forma principal, habitualmente no viendo necesario profundizar más que la información allí recogida. El problema existe, y la afirmación de Musk de que la Wikipedia está «controlada por activistas de extrema izquierda», si bien exagerada, no es del todo equivocada, sobre todo en ciertos temas, como la identidad de género o los estudios culturales.

Ahora bien, la opción que plantea Musk, de una IA manejando todo, tampoco resulta especialmente atractiva. Esta idea no puede sino recordarnos a ciertas distopías que, por su propia definición, no son buenas. Cosas como Neuromante y Cyberpunk 2077 o, por irnos a algo más común, películas como «Ghost in the Shell» o «Blade Runner 2049», donde la humanidad vive en comunión con la IA. Un escenario donde la gente no es capaz de pensar sin ella y, tanto la información de la que dispone, como aquella que es capaz de consumir, proviene siempre del cómodo filtrado de las inteligencias artificiales.

El conocimiento y la cultura han estado, naturalmente, en manos de las personas siempre. Aunque esta afirmación resulte casi absurda, un poco una tautología, pues el desarrollo de la informática es tremendamente reciente, la realidad es que los flujos de información están cambiando muy rápido. Los chatbot y diferentes aplicaciones de IA han invadido todos los campos, desde los profesionales a los académicos. Ahora, parece que darán el paso a los propios centros de información, con el riesgo de manipulación voluntaria o involuntaria que eso supone y que ya se está comprobando. Al final, cosas como Wikipedia pueden tener sesgos, pero al menos son humanos. Centrémonos en corregirlos y tener acceso a información neutral. Por curarnos en salud, evitemos caer en Matrix, por lo menos unos años más.