Lince

Ni albinismo ni una rara enfermedad: la verdadera y alarmante causa que ha vuelto blanco al lince visto en España

La imagen de un lince fantasma ha desatado la fascinación, pero su pelaje blanco no se debe a una extraña mutación genética, sino a una causa mucho más terrenal y completamente reversible

Fotografían al primer lince ibérico blanco documentado en España
Fotografían al primer lince ibérico blanco documentado en EspañaMontaje propio | Instagram (angeliyo_o)

La aparición de un lince de un blanco casi fantasmal en los montes de Jaén ha despertado una enorme expectación entre la comunidad científica y los aficionados a la naturaleza. La imagen, insólita y de una belleza singular, muestra a un ejemplar que ha perdido por completo el característico pelaje pardo y moteado de su especie, una seña de identidad inconfundible del felino más amenazado del planeta. La fotografía, de una nitidez asombrosa, desató de inmediato las especulaciones sobre el origen de esta extraña coloración.

De inmediato, las primeras hipótesis apuntaban a una rara condición genética. Los expertos barajaron la posibilidad de que se tratara de un caso de albinismo, que implica una ausencia total de pigmentación, o de leucismo, una particularidad que reduce el color del pelaje pero mantiene el de los ojos. Ambas opciones habrían supuesto un hallazgo de gran interés biológico, pero también un posible motivo de preocupación por la vulnerabilidad del animal en su entorno natural.

Sin embargo, los biólogos del Proyecto Lince han resuelto el misterio con celeridad, descartando las mutaciones genéticas permanentes. La explicación real es un fenómeno mucho más curioso y, afortunadamente, pasajero: una alteración cromática pasajera y reversible. Los análisis preliminares sugieren que este llamativo cambio de color se debe a factores ambientales, siendo el estrés la causa más probable de esta respuesta fisiológica tan particular.

Un precedente familiar y un estado de salud óptimo

De hecho, este episodio no es completamente nuevo para el equipo de seguimiento. Los responsables del proyecto ya habían documentado un caso idéntico en el pasado, protagonizado por una hembra que, curiosamente, está emparentada con este mismo ejemplar. Aquel animal también experimentó una transformación similar en su manto y, con el paso del tiempo y la mejora de sus condiciones, recuperó por completo su coloración habitual sin ningún tipo de secuela.

Asimismo, los técnicos que vigilan al lince han querido recalcar que el animal se encuentra en perfecto estado de salud. Su conducta es coherente con los hábitos típicos de la especie, sin manifestar señales de enfermedad o fragilidad., lo que refuerza la tesis del blanqueamiento como una reacción puntual. Las previsiones, por tanto, son muy optimistas y se espera que recupere su pelaje pardo en los próximos meses sin mayores complicaciones.

Finalmente, este valioso testimonio gráfico ha sido posible gracias al trabajo del fotógrafo Ángel Hidalgo. Mediante la técnica del fototrampeo, que consiste en instalar cámaras automáticas que se activan con el movimiento, ha logrado captar estas imágenes únicas sin perturbar al animal en su hábitat. Este método no invasivo resulta fundamental para el estudio y la conservación de especies tan sensibles como el lince ibérico.

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