Las mujeres españolas decisivas en la historia bélica
En España han existido figuras femeninas importantes con una gran relevancia histórica
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La historia de la humanidad esta llena de figuras realmente importantes. Acciones llevadas a cabo por alguno de estos personajes han conseguido cambiar el curso de la historia gracias a distintos eventos ocurridos tras su intervención.
Sabotajes, sacrificios o asesinatos son algunas de las acciones más conocidas. En España, por ejemplo, hay distintos casos que han conseguido ser determinantes en distintos puntos de la historia. Héroes nacionales como El Cid han conseguido pasar a la posteridad gracias a las acciones o leyendas que han rellenado miles de páginas en los libros.
La historia de España, así, cuenta con muchos personajes importantes. La gran presencia española en distintos territorios del mundo tras la llegada a Sudamérica han conllevado que en distintas partes del planeta se conozca la historia de nuestro país aunque hay algunos detalles que en ocasiones pasan desapercibidas.
La mujer es la mitad de la población mundial. Su presencia en todas las sociedades ha sido primordial desde los primeros humanos que habitaron el planeta y en España no iba a ser una excepción. Nuestro país cuenta con grandes personajes femeninos a lo largo de la historia aunque en muchas ocasiones los hombres han conseguido ser más reconocidos.
En el campo de batalla la presencia de la mujer ha sido testimonial a lo largo de la historia. La guerra solía estar reservada para los hombres aunque en España han existido mujeres capaces de cambiar el curso de la historia con sus acciones trascendentales en los conflictos bélicos y el transcurso del país.
Las grandes mujeres en la guerra
La primera de estas grandes mujeres es Agustina Raimunda María Zaragoza Doménech, conocida como Agustina de Aragón. Su gran hazaña bélica se produjo durante la Guerra de la Independencia Española, en concreto en el sitio a la ciudad de Zaragoza. Agustina, mujer de Juan Roca Vilaseca, cabo de la artillería española, se encontraba en el campo de batalla donde acciono un cañón sobre las tropas francesas que temiendo una emboscada escaparon y dieron aire a la ciudad.
Este heroico acto de defensa consiguió que el general Palafox la felicitase e, incluso, admitiera dentro del cuerpo de artillería como rasa. Con el paso de los días durante el sitio y con Agustina en las filas esta defendió la ciudad hasta su caída en febrero de 1809. Aun así, esta no fue la única batalla a la que Agustina hizo frente, también participó en el asedio francés de Tarragona o la Batalla de Vitoria.
Otra mujer española que destacó durante la invasión napoleónica fue Manuela Malasaña. Ella fue una de las víctimas del famoso Levantamiento del 2 de mayo de 1808 cuando las tropas asediaran la ciudad de Madrid tras participar Manuela en la defensa de la capital.
Desde los balcones de Madrid, Manuela y otros jóvenes se dedicaron a defender la ciudad ofreciendo provisiones a los españoles contra las tropas invasoras. Existen distintas teorías acerca de su muerte donde las más aceptadas hablan de que Malasaña recibió un disparo en plena contienda mientras que la segunda argumenta que fue apresada y ejecutada por las tropas napoleónicas.
Aun así, Manuela Malasaña ha pasado a los anales de la historia como una gran defensora de la capital de España ante la invasión napoleónica gracias a las distintas teorías que han sido escritas.
Años antes de los acontecimientos anteriores otra mujer también tendría una gran historia en batallas. María Mayor Fernández de Cámara y Pita, conocida como María Pita, fue una de las heroínas en la defensa de La Coruña en el siglo XVI contra Inglaterra.
Cuando las tropas inglesas llegaron a la ciudad comandadas por el cosario sir Francis Drake atacaron sin cuartel consiguiendo abrir un hueco importante en la muralla. Según la leyenda más conocida, tras matar a su marido María Pita llena de rabia mató, con una bandera inglesa, al alférez que dirigía el ataque provocando la retirada de las tropas.
Además, la tradición exalta su gran valentía y honor debido a que María Pita ayudó a recoger los cadáveres tras haber asustado a las tropas inglesas al grito de “quien tenga honor que me siga”.
Durante la época contemporánea también han existido mujeres españolas con gran relevancia en los conflictos bélicos. Marina Vega de la Iglesia es uno de los dos ejemplos de espías nacida en nuestro país con acciones determinantes para el transcurso del conflicto.
Enviada a Francia para ocultarse de las tropas franquistas al inicio de la Segunda Guerra Mundial entró en el servicio secreto francés con tan solo 17 años. Durante su servicio se dedicó a introducir documentos, dinero y personas que huían de la ocupación nazi que hacia pasar por sordomudos.
Su labor consiguió ayudar a un gran número de personas del horror provocado por los seguidores de Adolf Hitler hasta 1950. Una vez finalizada la guerra ayudó a encontrar distintos activos nazis repartidos por Francia y el resto de Europa para poder juzgarlos.
La última mujer de esta lista también fue una espía española. Araceli González Carballo fue la esposa de uno de los espías más famosos de todos los tiempos, Joan Pujol García, conocido como Garbo. Ambos se encargaron de engañar a las tropas alemanas de la llegada de los americanos durante el desembarco de Normandia, una acción que cambiaría el curso de la Segunda Guerra Mundial.
Araceli fue la encargada de que existiera Garbo debido a su intervención en la embajada americana en Londres. Esto se produjo cuando los servicios de inteligencia ingleses interceptaron un informe a los servicios alemanes que Pujol entregaba de forma falsa aunque creyendo que eran reales. Así, gracias al espíritu de Araceli nació el espía que junto a su mujer realizaría varias acciones trascendentales para el curso de la historia de la humanidad.