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Polémica histórica

El perdón de España dispara la venta de libros contra la leyenda negra

Son de muy dudosa necesidad las palabras de perdón del ministro Albares hacia México, que más allá del interés político, han beneficiado a autores como Iván Vélez o Javier Santamarta

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España, José Manuel Albares (i), y el embajador de México en España, Quirino Ordaz (c), durante el acto de inauguración de la exposición 'La mitad del mundo. La mujer en el México indígena' este viernes en Madrid.
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Gobierno de España, José Manuel Albares (i), y el embajador de México en España, Quirino Ordaz (c), durante el acto de inauguración de la exposición 'La mitad del mundo. La mujer en el México indígena' este viernes en Madrid. David JarLa Razón

José Manuel Albares, ministro de Exteriores, dijo el pasado viernes, durante la presentación de la exposición «La mitad del mundo. La mujer en el México indígena», que hubo «dolor e injusticia hacia los pueblos originarios» de México y que «justo es reconocerlo y lamentarlo». Unas palabras que, más allá de sublevar a cualquier español con un mínimo conocimiento histórico, fueron bien acogidas por la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien, en la estela indigenista de su antecesor en el cargo, Andrés Manuel López Obrador, felicitó al diplomático español: «Enhorabuena por este primer paso», expresó.

Nos preguntamos y le preguntamos a una terna de expertos en la materia si este perdón sirve para algo, si tiene sentido, y lo único que concluimos –que no es poco– es que, aparte de la estupidez del pronunciamiento y de los intereses políticos que subyacen tras las palabras de Albares, se ha producido paradójicamente un repunte importante en las ventas de libros contra la leyenda negra. Algo comprobable, por ejemplo, en las listas de los más vendidos de Amazon. Tal es el caso del último ensayo del periodista Javier Santamarta, quien expresaba en X: «Gracias al ministro Albares y a la presidenta de México por hacer que mi libro #FakeNewsImperioEspañol se haya vendido de nuevo, tras años de su publicación y seis ediciones, como churros una mañana de domingo. ¡A ver si hay suerte y les llega alguno!». También se ha beneficiado del repunte Iván Vélez, autor de «Sobre la leyenda negra» (Encuentro) y «La conquista de México» (La Esfera de los Libros), quien ofrecía, también vía X, con intenciones pedagógicas un ejemplar de este último al ministro de Exteriores: «¿Dónde te lo mando, @jmalbares?», escribió. Asimismo, «Al día siguiente de la conquista», del historiador mexicano Juan Miguel Zunzunegui, ya es el más vendido en la categoría de «Historia de las Américas».

La senda de Urtasun

Pero, libros aparte, le preguntamos al propio Iván Vélez por el sentido de las palabras del diplomático español. Las interpreta este arquitecto e investigador como «el primer paso para acabar pidiendo perdón». «Queda por saber quién va a seguir la senda abierta por Albares, no descartemos que la recorra alguien más», amplía. Mientras que Javier Santamarta, por su parte, sostiene que es «una declaración política que nada tiene que ver con aspectos históricos». Unas intenciones políticas, asegura el autor de «Fake news del Imperio español», «que ya vimos con el ministro Urtasun, que llegó al puesto hablando en tono revisionista. Y el revisionismo nada más que viene a acrecentar la leyenda negra, pero no a ponderar los valores que tuvo esa unión de la que nace México». Así, el propio Santamarta coincide con Rafael Rodríguez-Ponga, quien fuera secretario general del Instituto Cervantes, en señalar lo redundante de estas excusas de Albares, refiriéndose ambos a la visita del Rey Juan Carlos en 1990 a Oaxaca, donde el monarca español condenó los abusos ante representantes de pueblos indígenas. «Toda la polémica está ya superada porque hace muchos años que esto quedó resuelto», afirma.

«España no puede pedir perdón porque, entre otras cosas, en cuanto se implantan las instituciones españolas en México aquellos individuos indígenas eran españoles todos: con lo cual, ¿a quién se pide perdón?», expresa Iván Vélez. «¿Quién le pide perdón a quién? ¿Y para restituir qué? ¿Se va a restituir el mundo prehispánico, con los sacrificios humanos también, con los dioses zoomorfos? Eso es absolutamente inviable», abunda este investigador. «Una de las naciones étnicas en las que se apoyó Hernán Cortés en la conquista de México era la de los tlaxcaltecas, entonces, ¿tienen que pedir perdón los mexicas a los taxaclatecas? ¿Y cómo distinguimos en el México actual a un mexica de un taxaclateca?», se pregunta Vélez poniendo en evidencia lo absurdo de la cuestión.

Allí estaban las leyes

«¿Cómo vamos a pedir perdón a los taxaclatecas, a los tepehuanes o a los zapotecos cuando fueron aliados de los españoles en la conquista?»,añade Javier Santamarta. «De esa lucha y ese mestizajes va a surgir lo que es ahora México. No me digan que tenemos que pedir perdón cuando se llevó allá la imprenta en tiempos de Cortés, el Hospital más antiguo de América sigue en funcionamiento 500 años más tarde, y ahí están las universidades. Por supuesto que hubo atrocidades, pero para eso se hicieron las leyes».

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