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Premios Oscar 2024

It's just Oppenheimer!

Puede que en la taquilla ganara “Barbie”, pero Hollywood decidió ponerse seria, y era la noche de “Oppenheimer”

Robert Downey Jr., winner of the Oscar for Best Supporting Actor for 'Oppenheimer,' poses in the press room during the 96th annual Academy Awards ceremony at the Dolby Theatre in the Hollywood neighborhood of Los Angeles, California, USA, 10 March 2024.
Robert Downey Jr. sostiene su primer Oscar en la mano como Mejor Actor de Reparto por su interpretación del contralmirante Lewis Strauss en «Oppenheimer»ALLISON DINNERAgencia EFE

Tal vez bromeaba Emma Stone cuando, al recoger su merecidísimo Oscar a la mejor actriz por “Pobres criaturas”, decía que se le había roto el vestido mientras Ryan Gosling cantó el tema estrella de “Barbie”, “I’m just Ken”. Lo cierto es que, en una ceremonia quizás más ágil de lo habitual, la actuación de Gosling fue lo más destacable, y cristalizó en directo la ironía y el sentido del espectáculo de una película que partía como perdedora. Puede que en la taquilla ganara “Barbie”, pero Hollywood decidió ponerse seria, y era la noche de “Oppenheimer”. Su triunfo, no por previsible fue menos significativo: otra vez, y van muchas, la Academia demostraba, con el ninguneo a “Los asesinos de la luna” (diez nominaciones y ningún premio), que los tiempos del New Hollywood han sido superados, y que Scorsese nunca ha sido santo de su devoción.

Christopher Nolan representa el relevo definitivo de esa generación de cineastas que representa el director de “Taxi Driver”, y “Oppenheimer”, con siete Oscar, su ‘opus magnum’. Había llegado la hora de que Hollywood defendiera el cine épico, sólido, con ‘tema’ y relevancia histórica; un cine que, en definitiva, ha encontrado esa fórmula mágica que pone de acuerdo al público y a la crítica sin renunciar al gran espectáculo del celuloide en 70 mm. A Nolan había mucho que agradecerle: indemnizarle por haberle negado una merecida nominación por “El caballero oscuro”, recompensarle por el titánico y testarudo esfuerzo de estrenar una superproducción, “Tenet”, en plena pandemia, cuando la mayoría de las salas estaban cerradas; y admitir que, por mucho que discutamos su tendencia a la solemnidad y a la sobreexplicación, es un cineasta que cree ciegamente en lo que hace.

Cillian Murphyhizo un llamamiento a la paz en el mundo en su discurso de agradecimiento. Fue una gota de aceite político en un océano de silencio, solo roto por las pertinentes palabras de Jonathan Glazer al recoger su Oscar a la mejor película internacional por la extraordinaria “La zona de interés”. “Todas nuestras elecciones se hicieron para reflejarnos y confrontarnos en el presente. No para decir “mira lo que hicieron entonces” sino “mira lo que hacemos ahora””, decía, aludiendo directamente a la catástrofe humanitaria en Gaza. A pesar de que los manifestantes pro palestinos dificultaron la llegada a tiempo de algunas estrellas a la alfombra roja, la gala lidió con el elefante en su enorme habitación ignorándolo, mirando hacia Ucrania (el Oscar al mejor documental para “20 días en Mariupol”) y permitiendo que algunos actores vistieran un pin de protesta en sus trajes de diseñador.

No es un buen momento para que Estados Unidos busque polémicas en una industria, la del entretenimiento, donde hay mucha simpatía por el pueblo judío. Hubo sorpresas, sí, que se salieron del guion de las previsiones. Por desgracia, no incluyeron a “La sociedad de la nieve” ni a “Robot Dreams”, que se fueron de vacío, pero el Oscar a la mejor película de animación para “El chico y la garza” (ausente Miyazaki), al de mejor cortometraje para “La maravillosa historia de Henry Sugar” (primero para Wes Anderson, también ausente), al de mejores efectos especiales para “Godzilla: Minus One” y al de mejor guion original para “Anatomía de una caída” demuestran que los votantes internacionales están cobrando importancia en la terna de ganadores. Solo faltó que John Cena, desnudo presentando el Oscar al mejor vestuario, se soltara cantando una versión de “I’m Just Ken” titulada “I’m Just Oppenheimer”. La fiesta habría salido redonda.