La parodia que hace reír a Pablo Iglesias llega al teatro en Madrid

Los humoristas del programa televisivo "La Tuerka News"Facu Díaz (Paraguay, 1993) y Miguel Maldonado (Murcia, 1986) se independizan y llevan su parodia al madrileño Teatro del Barrio.

Los humoristas del programa televisivo "La Tuerka News"Facu Díaz (Paraguay, 1993) y Miguel Maldonado (Murcia, 1986) se independizan y llevan su parodia al madrileño Teatro del Barrio, donde el próximo jueves estrenan "No te metas en Política", en el que cada semana harán humor a cuenta de la política.

Aunque son amigos de los líderes de la izquierda -no en vano Díaz fue el acompañante de Pablo Iglesias en la última gala de los Premios Goya y los botellines tanto de él como de Maldonado adornaron la foto del pacto entre el líder de Podemos y Alberto Garzón (IU)-, no se guardan de burlarse de nadie.

Tras dos años con un formato en Youtube como parte de La Tuerka, el canal online en el que tanto Iglesias como Juan Carlos Monedero tienen un programa, se separan para llevar su espectáculo al teatro; actuar frente a una cámara "para quien hace comedia inevitablemente resulta frío", explica a Efe Díaz.

Hasta ahora de sus parodias no se ha librado nadie, ni el senador autonómico de Unidos Podemos Ramón Espinar, del que hacían chistes a cuenta de sus mensajes en redes sociales, ni Garzón o Iglesias, imitados en el "entierro del 'sorpasso'".

Entre sus vídeos más virales destaca, con más de 385.000 visitas en Youtube, la parodia del anuncio electoral de Ciudadanos para las elecciones generales del 26 de junio, un anuncio muy criticado en las redes sociales.

Ahora, ambos humoristas se enfrentan al reto de llenar el Teatro del Barrio, que ha colgado el cartel de completo para el estreno del jueves en el que contarán con el periodista Quique Peinado como invitado. La temporada abarcará treinta y cinco actuaciones que se emitirán de forma fragmentada en el diario Público, un "tremendo reto"que afrontan con ganas.

La fórmula será un "clásico"programa de noche donde combinaran sus acostumbrados vídeos cortos con invitados y nuevas temáticas.

Un espectáculo pegado a la realidad, la circunstancia que más lo complica, "es complejo ser original", indica Maldonado a Efe, debido a que la actualidad política lleva en pausa meses con la repetición de elecciones y la falta de Gobierno.

La perspectiva de nuevas elecciones se les presenta más como "un castigo"que como una oportunidad, "que se pongan de acuerdo y nos den un buen Gobierno ridículo, como de costumbre, para que podamos seguir haciendo algún chascarrillo", demanda Maldonado.

Pero aún tienen oportunidades, como la del debate abierto en Podemos Comunidad de Madrid, un "batalla"de las que le gusta hacer parodia porque todo parece "bastante ridículo"y funciona y con los cercanos gracias a La Tuerka siempre buscan "dar un toque de atención".

Díaz subraya a Efe que no todo el mundo se toma igual de bien sus bromas, y que se han ganado las simpatías de unos y las querellas de otros; "hay quien se las ha tomado mejor y le ha gustado, y le ha parecido incluso positivo que se haga humor con su actividad política y hay quien se lo ha tomado radicalmente de manera contraria", explica.

Con apenas 23 años, Díaz ha tenido que declarar en sede judicial en dos ocasiones acusado de enaltecer el terrorismo y de incitar al odio; sobre las denuncias explica que "empezó siendo un proceso gracioso y ya es bastante engorroso".

"Es una estrategia de promoción fantástica que parece que la hayamos buscado pero no es lo que más nos gusta"añade al tiempo que critica las acusaciones que recibió y causas como la del concejal madrileño Guillermo Zapata, que el 7 de noviembre irá a juicio por unos tuits en los que hacía humor negro con víctimas de ETA.

"Alguien ha descubierto que el humor se puede hacer pasar por la opinión de alguien y eso es una herramienta política muy rentable", un recurso "nuevo"pero "de lo más efectivo"porque consiguen "etiquetar a un montón de gentes"igualando su burla con su visión en la realidad.

Burlas y chascarrillos con los que esperan no tener más conflictos pero sí convencer al público madrileño para que pase de la pantalla del ordenador o el teléfono al patio de butacas.