Eco nos ayuda a encontrar el norte

Este divertido libro póstumo reúne sus artículos en Prensa de los últimos quince años

A principios de año nos dejaba Umberto Eco (Alessandria, Italia, 1932-Milán, 2016), figura señera de la semiología contemporánea, ensayista, crítico literario y novelista de éxito que, con «El nombre de la rosa» fabulaba en clave de misteriosa historia medieval sobre la secular influencia de la comunicación intelectual, mientras que «Apocalípticos e integrados» nos mostraba el creciente protagonismo de la cultura popular, «La estructura ausente» apuntaba a la secreta narrativa simbólica que fluye bajo el explícito discurso realista y «Obra abierta» señalaba las inmensas posibilidades del relato no conclusivo. Pero, aparte de su rigurosa actividad académica e investigadora, el padre de la semiótica moderna cultivó una desinhibida faceta como irónico opinante, ácido fustigador de su entorno social y de su contexto histórico. Fruto de esta dedicación nos llega un lúcido, certero y divertido libro póstumo, «De la estupidez a la locura», un recopilatorio para, como reza el subtítulo, «Cómo vivir en un mundo sin rumbo», artículos aparecidos en la prensa diaria a lo largo de quince años, seleccionados por el mismo autor y reflejo de un crítico compromiso con la época que le tocó vivir.

Desde aquel niño que jugaba en un refugio antiaéreo de la pasada Guerra Mundial al respetado catedrático inmerso en la avanzada sociedad tecnológica, se proyecta aquí la mirada del agudo observador de nuestro desorientado mundo en crisis. Participando de la literatura, la política, el periodismo o la filosofía, se fustigan absurdas modas esnobistas, claras desigualdades sociales, la opresiva dictadura internáutica, el desprecio de las humanidades o la pedantería erudita de los mandarinatos intelectuales, entre otras enjundiosas cuestiones. Destacan así artículos como «Tuiteo, luego existo», sobre la brevísima y tecnificada comunicación social; «Sobre el régimen de populismo mediático», un ataque directo al poder de Berlusconi; «Cómo enriquecerse con el dolor ajeno», acerca de las actuales supercherías paranormales y adivinatorias; «Ser testimonio de sí mismo», jocosa reflexión sobre la engañosa publicidad; «Un no compañero que se equivoca», certera disección del fenómeno terrorista, «¿Cerramos el bachillerato clásico?», frontal rechazo a la desaparición del latín y el griego de los planes docentes; o «Proust y los boches», un modélico texto decididamente europeísta.

Con humorística socarronería y sabia independencia, estas páginas recogen temas como la vertiginosa pérdida de las buenas maneras sociales, la nueva narrativa de las series televisivas, el retorno de los prejuicios raciales, la supremacía objetual del libro tradicional, la tiranía de la telefonía movil, la obsesiva búsqueda de la felicidad material, el engaño del aparatoso diseño postmoderno o la interesada instrumentalización política de la Historia. Este inteligente libro, de incisiva coherencia, radiografía admirablemente las luces y sombras de la galopante transformación social de las dos últimas décadas. Obra, sin duda, de un intelectual seriamente comprometido con su tiempo.