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J. K. Rowling retoma la lupa

J. K. Rowling retoma la lupa
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Es innecesario insistir en que Robert Galbraith es el seudónimo de la famosa escritora J.K. Rowling, con el que escribe novelas policiacas protagonizadas por el detective privado Cormoran Strike. «El gusano de seda» es su segunda incursión en la que podríamos denominar novela policiaca inglesa, heredera de autores clásicos como Agatha Christie, la reina del «whodunit» o relato de enigma. Apenas ha pasado un año desde que Galbraith publicara su primer título, «El canto de cuco». Si en el primer título centraba la acción entre la jet set, los roqueros, los pijos londinenses y las modelos de moda, ahora se adentra de forma sardónica en una subcultura de sobra conocida por la autora de «Harry Potter»: el mundo editorial y las rencillas entre editores, novelistas, agentes literarios, y blogueras que editan en internet.
Es indudable que J.K. Rowling se burla de forma elíptica pero no exenta de crueldad de ese mundillo, incluyéndolo además como epicentro de un espeluznante crimen que sigue las pautas de una escandalosa novela que describe de forma ofensiva y en clave porno a esos mismos que protagonizan «Bombix Mori», nombre en latín del título de su propia novela: «El gusano de seda». Se diría que es un «roman à clef» inscrito en una novela de crímenes en abismo en la que el asesino es uno de esos ilustres protagonistas de la vida literaria y social del Londres más a la moda, investigado por un personaje cuyos estilemas recuerdan a esas viejas glorias del pasado imperial de la Gran Bretaña, asimilable a un Sherlock Holmes, grande y mutilado en la guerra de Afganistán. Le acompaña un fiel Watson, Robin Ellacott, una secretaria aprendiz de detective que en cada novela va adquiriendo mayor protagonismo.
Rowling se divierte escribiendo estas novelas policiacas. No busca innovar el género sino entretener con una aventura a todas luces convencional pero que se lee con creciente interés, pues está escrita con la seguridad que da el saber componer una ficción con una sólida estructura y una intriga que engancha; con ese oficio de los escritores con una larga y consolidada carrera a sus espaldas. Lo mejor, la composición de los personajes, tanto el detective privado, con sus achaques y carácter adusto, un rebelde intransigente con la rigidez de las convenciones sociales inglesas, como su fiel secretaria. J.K. Rowling es una experta en definir personajes en pocas líneas y sobresalir en la creación de atmósferas urbanas, si exceptuamos cierta indigestión del callejero londinense. Sobran repeticiones y algunas páginas en la parte central de la novela, pero, definitivamente, es una excelente aventura del detective Cormoran Strike, que hace honor a la gran pericia narrativa de la escritora inglesa.