Sexo por ciento

El siguiente diálogo bien podría resumir este libro: «¿Sabes? Marta, contigo el 98% de la conversación trata de sexo». «¿Y de qué trata el 2% restante?», diría ella». «No me acuerdo»... Y en esas distintas cuotas porcentuales seguiremos a esta pareja nada romántica por Madrid y Londres a través de bares, librerías, tiendas «de satisfacciones sexuales para lesbianas», trayectos en coche, la casa de ella, museos, pubs, tabernas, autobuses... Tantos por cientos que a su vez se subdividirán, para trazar así el mapa de esta relación (o Long Play) a través de sucesivas pistas (o tracks) en las que escucharemos al protagonista que, como es habitual en el autor, se trata de un personaje lamentable que no apetece nada. Se le agradece este punto de vista, cuando en literatura abunda lo contrario. Estamos, pues, ante un obsesivo compulsivo verbal, mental y sexual, que piensa y se piensa; narra y nos narra cómo ve su entorno mediante la repetición de conceptos, lugares, situaciones, libros leídos y por leer, emociones... Todo a través de un diálogo especular de él con el mundo y el mundo para con él, a merced de sus merodeos mentales. Olmos recurre a un yo (meta)literario plagado de acotaciones. Cada vez es mejor este segoviano. En cada entrega maneja mejor la prosa sincopada, aséptica, nutrida siempre de la paradoja, el contrasentido y la provocación.