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Libros

El regreso de la detective más encantadoramente insoportable

Vuelve la saga cozy crime más vendida con «Agatha Raisin y el crimen de la mansión»

MC Beaton (Marion Chesney Gibbons)
MC Beaton (Marion Chesney Gibbons)Ereads

A estas alturas, nadie debería sorprenderse de que M. C. Beaton escriba con el entretenimiento por castigo. En «Agatha Raisin y el crimen de la mansión» –décima entrega de la saga «cozy crime» más vendida en todo el mundo–, nuestra detective aficionada favorita vuelve a lanzarse de cabeza a un lío monumental, esta vez en el pintoresco y ligeramente sospechoso pueblo de Fryfam. Empujada por los vaticinios de una adivina, deja su pueblo, sus rutinas y, con suerte, sus desastres románticos atrás para buscar el amor verdadero en Norfolk. Lo que encuentra, sin embargo, es un cóctel absurdo y delicioso: luces misteriosas que muchos achacan a hadas, gatos desaparecidos, robos de arte y un asesinato que copia punto por punto el crimen imaginado en la novela que Agatha finge estar escribiendo.

Este es uno de esos libros en los que la autora parece disfrutar poniendo a su heroína al borde del colapso… y del ridículo. Pero justo ahí es donde Beaton brilla. Su prosa respira humor y adicción, y convierte incluso los momentos más absurdos en pequeñas joyas de sarcasmo y ligereza. Beaton no escribe para los que buscan misterio neuronal o giros de guion magistrales, sino para quienes aman a los personajes excéntricos, las interacciones chispeantes y el encanto decadente de los pueblos británicos. Fryfam, con su club de mujeres indignadas, esposos celosos que creen en hadas, parece diseñado a medida para que nuestra antiehorína saque lo peor de sí misma.

Lo mejor del libro es la dinámica con Sir Charles Fraith, ese aristócrata desaliñado y socarrón que sirve de contrapunto perfecto a la intensidad emocional de Agatha. Lo peor, una vez más, es el eterno vaivén con James Lacey, que sigue siendo un personaje plano, frío e inexplicablemente idolatrado por la protagonista.

Fórmula dominada

En definitiva, estas páginas no descubren la penicilina, pero lo que hacen lo hacen gracias la eficiencia de una autora que domina su fórmula y que ha convertido su serie en un refugio para millones de lectores. Ideal para quienes buscan misterio ligero, personajes con aristas y una protagonista que, por muy torpe o insoportable que sea, siempre termina cayendo bien.