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Maggie O'Farrell: "El hogar puede ser el lugar más peligroso para una mujer"

Después del éxito de "Hamnet", recupera la historia de Lucrezia, tercera hija de Cosimo de Medici, que falleció antes de cumplir un año de matrimonio, según algunas hipótesis, asesinada por su marido, Alfonso II d' Este

Maggie O´Farrell, escritora. © Jesús G. Feria.
Maggie O´Farrell, escritora.© Jesús G. Feria.Jesús G. FeriaFotógrafos

Maggie O`Farrell ha encontrado una voz narrativa novedosa que le permite descender hasta los recodos más apartados del intimismo y desplazarse a continuación hasta las descripciones que forman el telón de fondo de una época de una manera natural y sin caer en tránsitos bruscos. Una versatilidad que le ha ayudado a renovar el género de la novela histórica (en la línea de Hilary Mantel, a la que ella se ha referido en alguna ocasión) y ahondar en los aspectos no solo coyunturales, sino también psicológicos de los personajes. La escritora lo hizo ya con enorme éxito en «Hamnet», donde describía la muerte del hijo de Shakespeare, y repite ahora con idéntica brillantez en «El retrato de casada» (Libros del Asteroide), donde cuenta el breve y trágico tránsito por la vida de Lucrezia Di Cosimo de Medici, que fallecería antes de que cumpliera un año de matrimonio con Alfonso II d' Este. La causa oficial de su muerte fueron unas «fiebres pútridas», pero existen indicios que apuntan a que fue asesinada por su marido.

"Sin la brutalidad de sus gobernantes no existiría el Renacimiento"

Maggie O'Farrell

El Renacimiento no es como nos lo contaron.

El Renacimiento está idealizado. Es un pasado de belleza y cultura, pero esta belleza y cultura no existiría sin estos gobernantes y su forma de mandar tan brutal. Son los que daban estabilidad y hacían posible que pudiera existir esta riqueza cultural. Los Medici estaban a punto de desaparecer y Cosimo lo hizo tan bien, gracias al apoyo de su mujer, Leonor, que sobrevivieron. Recordamos siempre la belleza de estos siglos y nos olvidamos en demasiadas ocasiones que la política tiene siempre un lado oscuro. Cuando ves los retratos de boda de estas mujeres del Renacimiento reparas en esa belleza, en los trajes, la riqueza, pero a veces no percibimos, o no nos damos cuenta, de que estamos viendo niñas, que no son mujeres. Estas chicas no tenían opción de elegir nada. No podemos perder de vista la barbaridad que es que se case una niña de 14 años por un tema político. Y que lo hagan con hombres que les doblan la edad.

"En el siglo XVI, las hijas eran una herramienta política para adquirir poder"

Maggie O'Farrell

El poder es el trasfondo del libro y lo que determina la historia de Lucrezia.

El poder es la mayor influencia que existe en la historia. En los Medici y otras familias del siglo XVI, los varones podían ser condes, duques, soldados o monjes. Las mujeres solo eran herramientas para unir territorios, afianzar las relaciones, como entre la Toscana y Ferrara. Es cierto que Cosimo y Leonor, los padres de Lucrezia, formaron una pareja que se llevaba bien. Él, incluso, dejó que Leonor gobernara durante breves periodos de tiempo, algo extravagante en ese momento, sobre todo porque no hablaba el dialecto, solo sabía español. Ella fue la madre de todos los hijos que tuvieron y desarrollaron juntos una gran política. Pero eso fue una excepción. Entonces, las hijas eran una herramienta política para adquirir poder. Consulté con un economista la dote de Lucrezia. Lo que pagó Cosimo a Alfonso es el equivalente actual a un millón y medio de dólares.

Y los uxoricidios eran frecuentes.

Cuando descubrí que Alfonso d' Este había matado al jefe de su guardia y que lo mato delante de su hermana porque era su amante, me di cuenta de que este hombre también podría haber quitado la vida a Lucrezia. Pero ocurrieron muchos otros crímenes. Sin ir más lejos, la hermana de lucrezia, Isabella, también fue asesinada, justo después de que Cosimo muriera. Su hermano, Francesco, ordenó que la mataran porque tenía amantes y estaba desprestigiando a la familia. Su otro hermano estranguló a la mujer, también. Esto ocurría a menudo. Era una forma de cómo ejercer el poder. Lo vemos también en Enrique VIII y lo que le hizo a sus esposas. Esta posición de poder y lo que el poder hacía con las mujeres no era un asunto aislado de Italia. Sucedía constantemente. Los que ejercen el poder, ya se sabe, son los que marcan las reglas. Esto, lamentablemente, todavía pasa en demasiadas culturas y países hoy en día. Desgraciadamente, el hogar es el lugar más peligroso para una mujer. No es la calle, sino su casa, porque la mayoría de los feminicidios suceden ahí. Hoy está ocurriendo. Según las estadísticas, de las 148 mujeres que mueren al día, la mayoría son asesinadas por hombres de su familia y su entorno. Realmente, los hogares son peligrosos para las mujeres.

Los sentimientos, los afectos, el amor, en esa época, eran muy distintos a los de hoy. ¿Eso ha supuesto un esfuerzo?

Es el tiempo histórico lo que afecta a este asunto. En este momento de la historia, las clases privilegiadas estaban más condicionadas. Los humildes tenían más posibilidades de elegir. Lucrezia es una historia triste, pero su hermana Isabella lo pasó muy bien y tuvo amantes hasta que la mataron y dejó de tenerlos, claro. Leonor, su madre, fue un caso diferente. Amó a su marido y su marido a ella. Los dos se fueron fieles. Esto resultó crucial para este gobierno y la zona de la Toscana, aunque también era una situación muy poco frecuente. Cosimo educó a sus hijas de igual manera que a sus hijos. Leían griego, pintaban... pero yo creo que el amor y el sentimiento del amor no cambia. Lo que cambia es todo lo que le rodea, la parte social y política.

Introduce cierta justicia poética.

Ser escritora me permite darle una metavida a mis personajes. Lo que hice fue investigar en el arte del Renacimiento y, de manera especial, lo que hay detrás. Ser escritor es como aplicar rayos X: ves qué existe debajo de obras célebres. Reconoces lo que hay atrás: retratos con expresiones diferentes. Muchos de estos lienzos tienen otras versiones. Lucrezia es una de esas caras que estaban debajo de la historia de los Medici.

"Los huecos de la historia son una oportunidad narrativa para el novelista"

Maggie O'Farrell

Se ha centrado en personajes desconocidos

Lo que más me interesa es la historia que existe detrás de las historias. De Shakespeare se sabe bastante. Si fuera historiadora buscaría los hechos, pero con la escritura puedes detenerte en los huecos, en aquello que no se sabe, y rellenarlos, aunque siempre con cuidado de ser fiel con el periodo histórico. Los huecos de la historia son una oportunidad narrativa para el novelista. Suponen una ventaja. Puedo jugar con lo que no se conoce. Un ejemplo. La primera escena del libro que escribí es cuando Lucrezia se encuentra con una tigresa. En aquel momento, estaba en el confinamiento y, aunque quería ir al zoo, no pude. Me conformé con el tigre de juguete que tenía mi hija (risas). Pero esta historia que relato sucedió. Fue real. Ocurrió en la Torre de Londres y me sirvió porque era una prefiguración de lo que sobrevendría luego en la novela. Es una metáfora. Hay que saber que los poderosos del siglo XVI, solían tener zoos en los bajos de sus palacios. Era un símbolo de su poder, como tener hoy un Ferrari.

Muchos han destacado su original voz narradora.

Nunca pienso en que estoy escribiendo una novela histórica. No quiero que resulte falso, artificial o amanerado. Lo importante es que los personajes han existido y que tienes que intentar recrear la época, y también equilibrar la investigación con la narrativa. Es una cuestión personal: conectar con los personajes. Existe una parte que proviene de la investigación. Si vas a hablar de un salón renacentista, necesitas saber cómo es y cómo van vestidos las personas... pero solo una mínima parte de eso tiene que verse.