Conciertos

091, volver no es una maniobra

El grupo de Granada regresa 20 años después y llena tres noches seguidas en Madrid, antes de actuar en Mad Cool, el Azkena, Cruïlla, Low Festival, y Sonorama, entre otros

091, volver no es una maniobra
091, volver no es una maniobralarazon

El grupo de Granada regresa 20 años después y llena tres noches seguidas en Madrid, antes de actuar en Mad Cool, el Azkena, Cruïlla, Low Festival, y Sonorama, entre otros

Con los grupos de música pasa como con (algunas) novias, que no las valoras hasta que las pierdes. 091 era una de esas bandas que llevaba 14 años de carrera y porfiaba por llenar salas de medio aforo pocos meses antes de retirarse. Y se acabó. Pero no nos pongamos nihilistas, todos esos años no fueron en vano. La banda de Granada dejó una buena masa crítica de seguidores bastante persistentes. «Nos hemos pasado 20 años negando nuestra vuelta y la idea inicial y prácticamente definitiva era que nuestra maniobra de resurrección sólo durara un año», reconoce José Ignacio Lapido sobre el regreso. Ya está. Ni disco ni canciones nuevas. Una gira de aniversario y salud. Aunque lo mismo decían Los Enemigos y llevan dos años sin parar de tocar en la que es la mejor etapa musical de su carrera, sin duda. «Me da cierto reparo ser demasiado radical en las negativas, pero un año entero tocando está bien, ¿no crees?». Mi opinión es lo de menos, pero 091 ha agotado las entradas de tres noches seguidas en la Sala Joy Eslava de Madrid, y también las dos de Sevilla. En una cosa tiene razón Lapido: oportunidades para ver a los Cero, que es como se les conoce mejor, no van a faltar. Su gira «Maniobra de resurrección» pasará por Mad Cool (Madrid), Azkena Rock (Vitoria), Weekendbeach (Torre Del Mar), Cruïlla (Barcelona), Low Festival (Benidorm), Sonorama (Aranda de Duero) y Festival Interestelar (Sevilla).

La idea surgió «hace un año. Empezaron a llegarnos propuestas para una reunión con vistas al vigésimo aniversario de nuestra despedida. Las valoramos y pensamos que no era tan mala idea: les dábamos una alegría a nuestros sufridos seguidores que han estado tantos años reclamando nuestra vuelta».

La vida de un perro

Los Cero cumplieron con la esperanza de vida de un perro. «14 años es el tiempo suficiente para que un grupo de rock crezca, se desarrolle y muera. La diferencia es que un perro no resucita y nosotros, sí». Para Lapido, ya bastaba. «Cuando lo dejamos, tenía 34 años, edad para saber lo que se hace. Queríamos dejar un buen recuerdo y no permitir que la cosa se pudriera, no fue una cuestión de ambición, más bien al contrario. hay que saber estar a la altura en los buenos y malos momentos». Los discos que los Cero grabaron (y que milagrosamente, después de un tiempo en el limbo, acaban de ser reeditados en varios formatos por varias compañías) hicieron su trabajo convenciendo a oyentes más jóvenes que les consideran un mito. «Si tuviera que compararme con algún personaje mitológico, sería con Sísifo. Eso es aplicable a los Cero y a su historia. Nunca fuimos superventas, estuvimos en un segundo plano comercial. Pusimos por delante nuestros principios artísticos», explica Lapido. «El que ahora, 20 años después, se haya generado este revuelo, no deja de ser paradójico. Nos ha causado un razonable asombro». El guitarrista y compositor rechaza las etiquetas de «maldito» o «de culto» que se les aplican a menudo. «Ni las hemos buscado ni alimentado, simplemente las hemos llevado sobre nuestros hombros con resignación. Como la piedra que acarreaba Sísifo», bromea. Sí es cierto que tenían un pedigrí rockero. «Nos definía, y nos define, nuestra actitud y nuestras canciones, que vienen de una tradición de rock muy antigua y de la que nos sentimos como un eslabón más de la cadena».