Beyoncé, cuerpo de estudio en Yale

Últimamente vemos el trasero de Beyoncé por todas partes. Vas a reproducir en Youtube una entrevista con tal escritor y ahí te salta la diosa de ébano echando los jeans a la lavadora. Vas a escuchar el último disco de Carolina Durante en Spotify y entre un tema y otro se te aparece el glorioso pompis de la cantante en una lavandería, tan americana. Estás viendo un partido de tu equipo contra el Mirandés o el Eldense y al descanso te cascan tres veces el bendito anuncio de Levi’s protagonizado por Beyoncé Knowles. 

Y entre nalga y nalga, con perdón, uno se distrae de su música y no se entera de que la artista texana estuvo en el cierre de campaña de Kamala Harris, quien por lo visto uso su canción «Freedom» como himno de la misma –Sánchez en España escogió el «Pedro» de Rafaella Carrá–. Tampoco, embobado por su striptease de vaqueros, se ha enterado uno de que Beyoncé se ha convertido recientemente en la artista con más nominaciones (99) a la historia de los Grammy, al sumar 11 el pasado 8 de noviembre por su flamante disco «Cowboy Carter», donde reivindica las raíces negras de la música country.

No sólo el pompis de Beyoncé ha hecho sombra a sí misma, a la propia artista, también la figura de Taylor Swift, el fenómeno de la bella Blancanieves pensilvana, ha monopolizado, ha eclipsado a cualquier otra figura de la música. Pero tal es la fuerza y la influencia de la autora de «Single ladies» que acabamos de saber que hasta le van a dedicar un semestre de estudios universitarios, un curso superior, en la prestigiosa Universidad de Yale (Connecticut), en 2025. Cierto es que la artista ya había sido objeto de estudio en otras facultades como las de Arizona, Texas o Michigan, pero nunca su figura fue abordada desde la perspectiva que propone Daphne Brooks, profesora de estudios afroamericanos en Yale, quien plantea «utilizar el extenso repertorio de la artista para aprender sobre intelectuales negras: de Frederik Douglas a la premio Nobel Toni Morrison.

El curso sobre el patrimonio cultural de Beyoncé se llama concretamente «Beyoncé hace historia: historia, cultura, teoría y política de la tradición radical negra a través de la música», y pone el foco según Brooks «en la relación entre el genio artístico de Beyoncé y la práctica de la intelectualidad negra». Dicho máster abarca el estudio o la influencia desde su álbum homónimo, «Beyoncé» en 2013 – «el verdadero punto de inflexión en su carrera, cuando expresó sus creencias sobre el feminismo negro»– hasta su más reciente trabajo, «Cowboy Carter». En estas lecciones analizarán su música, su vestimenta y sus actuaciones escénicas.

En su disco homónimo se incluye, por cierto, la canción «Fawless», donde se recogen extractos de la charla TED de la escritora feminista Chimamanda Ngozie Adichie, cuyas palabras fueron transcritas en el ensayito superventas «Todos deberíamos ser feministas», editado en España por Random House. Dicho lo cual, que el maravilloso trasero de Beyonce no te impida ver el feminismo negro que hay detrás de él. Es una cuestión de perspectiva.