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La Polla Records, vuelve la eterna incorrección

El grupo, reconciliado tras recuperar los derechos digitales de sus canciones, se embarca en una gira de despedida con sus clásicos y su actitud sin concesiones.
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El grupo, reconciliado tras recuperar los derechos digitales de sus canciones, se embarca en una gira de despedida con sus clásicos y su actitud sin concesiones.
Vuelve La Polla Records. Y lo hace en el 40º aniversario de su fundación y después de 16 años de renuncia. Dijeron que nunca regresarían, que todo había terminado, pero quién puede sostener una afirmación así en el mundo de la música, tan afecto a los retornos. Ni siquiera el punk. Hablar de La Polla Records es referirse a un tipo de «rock radical» que nació en el pueblo vitoriano de Salvatierra cuando en España se miraba con desconfianza a aquel movimiento surgido en las islas británicas y que generaba rechazo por las pintas, los gritos y los mensajes. Pero el grupo de Evaristo Páramos desafió a las propias leyes del punk, a aquello del «muere joven y deja un bonito cadáver».
Ahora la banda regresa para exponer, entre otras muchas cosas, todas las contradicciones que históricamente siempre ha tenido el punk. O, en todo caso, los punks más recalcitrantes. Ofrecerán conciertos casi masivos en grandes pabellones. Ya están cerrados los bolos de Valencia (21 de septiembre), Madrid (12 de octubre), Bilbao (19 de octubre) y Barcelona (26 de octubre). Y contará con Enrique Villarreal, más conocido como «El Drogas», para la apertura de los «shows». Y más: la gira incluirá otros ocho conciertos en diferentes ciudades de Latinoamérica, desde México hasta Chile. Bastante monstruoso para una banda que nunca fue masiva, ni mucho menos, más allá del reconocimiento de su influencia, y que se adhirió a un estilo de vida y obra voluntariamente minimalista. «Empecé poniéndome muy nervioso, pero lo peor me lo quité con el rollo fotográfico tipo Ladi Di. Me he acordado de la pobre difunta», explica a LA RAZÓN su carismático líder, Evaristo Páramos. «Lo cogemos con mucho cuidado. Vamos a ensayar lo máximo posible no para hacerlo sólo decente, sino más que potente. Si no nos sale, vaya cagadón», añade. Vuelven tras muchos años: «Todo acabó por una discusión tonta. Tuve que pedir hasta los teléfonos. Hablamos sobre cómo recuperar los derechos, un mundo nuevo. Pasaron meses. Y hasta aquí, con todo esto en lo que nos hemos metido», bromea.
En los tribunales
Detrás de la reunión hay un cúmulo de azares y sucesos inesperados. Resulta que al cantante y compositor del grupo le hablaron sobre los derechos digitales de sus canciones, algo que le sonó a chino. Se puso a indagar y entró en la siempre desagradable espiral de los tribunales. Todo acabó en la idea de regrabar canciones de sus tres primeros discos («Salve», «Revolución» y «No somos nada») y así salieron hasta 19 de los temas más significativos de la banda. Uno más, «Ni descanso, ni paz», completa la veintena de temas del nuevo disco, homónimo. «Crecimos en un pueblo de 3.000 habitantes y formamos el grupo para matar el aburrimiento. Y mira ahora, hablando para LA RAZÓN», resume Evaristo Páramos. Un aspecto muy significativo es ver cómo La Polla Records regresa con los cinco miembros que en 2003 dieron los últimos conciertos. Pero entre todos limaron asperezas y entonaron el «por qué no», tan cotidiano en la música contemporánea.
«Vive despacio»
El proceso fue una bola de nieve hasta situar a la banda al borde del «mainstream», algo que Páramos ve con ironía. «Esto es como montar en bicicleta. Las costumbres se mantienen. Y hay buen rollo. Tontamente empezó y tontamente acabó. En medio todo estuvo muy bien. En su momento nos vendieron que el punk era para jóvenes, que con 20 años ya eres viejo. Pero mira, si eres joven te da más tiempo a pensar en las cosas. Yo soy del ''vive despacio y muere viejo''. Y el que tenga que llevarte al cementerio, que arree. Hay que llevar la contraria a todo. No me gusta que me obliguen. ¿Qué es eso de escribir con ''k'' si es con ''c''?». De la misma forma, Evaristo sostiene que «los últimos ocho meses de La Polla ya fueron de lo mejor a nivel musical» y que se puede hacer punk en grandes auditorios. «Me hace gracia todo este rollo porque yo he visto a Los Ramones tocar en sitios grandes. No tengo problema en tocar en su sitio supergordo. De hecho, no me hubiera gustado morirme sin hacerlo», destaca. Más de 100.000 espectadores verán lo que se anuncia como «la última gira de la Polla Records». Serán unas 60 canciones por bolo de un repertorio de bastante más de 250 temas. Y anuncia Evaristo es que todas mantendrán sus textos originales: «Lo de ''la polla'' ya era muy machista, ¿no? Bueno, pues ahora que no me prohíba la izquierda lo mismo que me prohibía la Guardia Civil. Porque conmigo ya llegan tarde. Me molesta que me ordenen que cambie mi lenguaje, eso ya es lo último. A cuenta del rollo religioso, del franquismo y del pueblo, me costó tanto decir ''hijo de puta'' que ahora no pienso quitarme».

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