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Música

Loquillo en Madrid, agarrado al rompeolas

El artista llenó el Movistar Arena en un concierto Frankenstein que tuvo su momento estelar en el dúo con Alaska para cantar ‘Rey del glam’

El cantante Loquillo durante su concierto en el Movistar Arena, a 23 de octubre de 2025, en Madrid (España). Loquillo ofrece en su gira "Corazones Legendarios: Grandes Clásicos en Vivo" lo mejor de su repertorio, con sus grandes éxitos y los clásicos del rock español. 24 OCTUBRE 2025 Ricardo Rubio / Europa Press 24/10/2025
Loquillo actúa en el Movistar ArenaRicardo RubioEuropa Press

Avanzado el concierto, Loquillo proclamó: “Sois lo que veis, soy un Frankenstein”. Es el perfecto resumen de lo que ha sido su carrera y también de lo que fue su concierto de este viernes en un Movistar Arena abarrotado que vivió de todo: desde la atonía a la emoción, desde el realismo al surrealismo, desde el conflicto a la pasión. Son tiempos extraños y revueltos, también para el rock and roll.

Efectivamente, Loquillo es una suerte de Frankenstein. Tiene el nervio de la barriada de El Clot, la pasión de la movida, el corazón de rock and roll y el cerebro del superviviente. Y muchas otras cosas más. Probablemente tenga más talento el personaje que la persona, pero de esto ha hecho virtud y carrera, que sigue siendo triunfal hasta estos días, cosa que casi nadie de su generación ha logrado. Es un hecho objetivo e inobjetable. Para durar no solo hace falta ser bueno, sino también despiadadamente inteligente, y Loquillo lo es.

Loquillo actúa en el Movistar Arena
Loquillo actúa en el Movistar ArenaRicardo RubioEuropa Press

El concierto de Madrid, tan Frankenstein él, fue en realidad dos. Duraron lo mismo más o menos. Hubo uno primero en el que el artista mostró esa especie de Rock FM al uso, de ritmo machacón y guitarras saturadas, de mensajes efectistas con desigual calado. Todo comenzó con Loquillo interpretando con gafas negras temas como "En las calles de Madrid", "Línea clara", "Sol" o "El mundo necesita hombres objeto". Entre todas, "Los buscadores" y "Cruzando el paraíso" fueron las mejores en este estilo. Todo fue diferente cuando llegó ‘El rompeolas’. Es cierto que tan extraordinaria canción –y todas las de este rango- quedan claramente un escalón por debajo si se compara con cómo sonaban aquellos Trogloditas. Uno a uno, los músicos que lleva ahora son mejores, pero en los otros la suma total era inmensamente más grande que la de las partes. Se llama química.

Loquillo actúa en el Movistar Arena
Loquillo actúa en el Movistar ArenaRicardo RubioEuropa Press

Pero sí, Loquillo se agarra fuerte a canciones como "El rompeolas", y lo hace interpretándolas con convicción después de tantos años, todavía saboreando aquellos versos maestros de Sabino Méndez, un hombre que supo mostrar cómo lo concreto puede ser increíblemente hermoso. Tanto en letras como en música. Es impresionante comprobar cómo aquellas canciones de hace 40 años siguen sonando igual de bien ahora. Es así como una composición –y una época- se convierte en clásica.

Pocos dominan la escena en este país como Loquillo, quien se bajó al público para cantar "Carne para Linda". Y después pidió que el personal pusiera a grabar los móviles para captar un momento histórico, la primera vez en 40 años que él y Alaska compartían escenario. Lo hicieron para cantar con simpatía "Rey del glam", que Loquillo ha incorporado –con ese espíritu Frankenstein mencionado- en cada concierto de su gira.

Loquillo actúa en el Movistar Arena
Loquillo actúa en el Movistar ArenaRicardo RubioEuropa Press

El largo bis fue la colección de éxitos esperada, de nuevo interpretada con convicción. El recuerdo de la maravillosa "Baba O’Riley" de The Who dio la entrada a "Rock & roll actitud" y siguieron "La mataré", "Besos robados" y "El ritmo de garaje". Para el final llegó el momento surrealista de la noche. Loquillo inició un discurso para recordar la dureza de la pandemia y el dolor que trajo a la profesión de músico. Fue entonces, y ante el propio desconcierto del cantante, cuando comenzaron a escucharse en el pabellón gritos de “hijo de puta, Pedro Sánchez”. Después otros respondieron con abucheos. Y Loquillo salió de ahí como pudo. Hay un aire nauseabundo que todo lo ha contaminado y ha llegado hasta los conciertos. Es así de triste. Así de feo quedó el comienzo de ‘Rock and roll star” porque ni una noche tranquila de música de puede tener ya en estos tiempos de absurdo.

Así terminó una noche en la que Loquillo demostró que se puede sobrevivir agarrado al rompeolas. Muy pocos, contadísimos, son capaces de durar en esta jungla del rock and roll durante cuatro décadas. Este hombre lo consigue porque siempre va un paso por delante de la bestia que devora, aquella que ha atrapado y engullido a tantos. Para qué dar ejemplos. Como decía aquel, el óxido nunca duerme, y él siempre ha sabido encontrar aire que respirar, ya sea propio o ajeno. Por eso es capaz de llenar el Movistar Arena sin problema haciendo música Frankenstein.

Loquillo actúa en el Movistar Arena
Loquillo actúa en el Movistar ArenaRicardo RubioEuropa Press