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Crítica de clásica

Valiente recital pucciniano de Roberto Alagna en el Liceo de Barcelona

Alagna se recreó al final de la velada con desparpajo por todo el escenario hablando con naturalidad con el público

Imagen de archivo de una de las visitas de Roberto Alagna a España larazon

Arias de Puccini. Tenor: Roberto Alagna. Piano: Jeff Cohen. Gran Teatro del Liceo, Barcelona, 30-X-2025.

Con el título Roberto Alagna canta Puccini, el tenor franco-siciliano ofreció un verdadero ‘tour de force’ cantando diferentes arias de su cuerda de todos los títulos del compositor italiano, excepto el dedicado a las voces femeninas, Suor Angelica. Un artista que se encuentra, a sus 62 años, en la madurez de su carrera artística, pero que todavía es capaz de conectar y de sorprender a un público, con su canto viril y expansivo, que le ha visto durante cuatro décadas en los más importantes escenarios del mundo.

El recital empezó con dos arias de las óperas de juventud de Puccini Le Villi y Edgar, destacando la muy bella aria “Torna ai felici di” de la primera y su intermezzo sinfónico conocido como “La tregenda” ofrecido en una lectura pianística de Jeff Cohen de mucho interés, también en el intermezzo de Manon Lescaut y en el excelente y emotivo acompañamiento pianístico de todoas las piezas del recital.

Una primera parte que estuvo dedicada en gran parte a Manon Lescaut y en donde Alagna ofreció un poco de todo, unos recitativos de perfecta dicción pero con una emisión por momentos ya gastada y con un trémolo algo amplio, agudos que pueden aparecer algo apretados y con un ataque no siempre afinado, pero también especialmente bien proyectados y de una gran efecto canoro. Se trata de un artista valiente, que no esconde su ímpetu y una técnica forjada durante años en una carrera bastante heterodoxa, pero nunca, a medias tintas, que sigue sorprendiendo a sus años, especialmente en “Donna non vidi mai” en la que una multitud de emocionados aficionados y seguidores le aplaudieron y vitorearon con profusión.

Tras el descanso se notó la dificultad del repertorio escogido con las arias más famosas para tenor de La Bohème y Tosca, dos muy interesantes intervenciones recordando que fue con la primera con la que debutó en el Liceu junto a Mirella Freni (1991) y ofreciendo dos versiones de la misma primero con el agudo final no escrito por Puccini de “Che gélida manina” y una segunda sin el mismo, antes de atacar “E lucevan le stelle” y “Addio Fiorito asil” de Butterfly con gran interés.

Alagna se recreó al final de la velada con desparpajo por todo el escenario hablando con naturalidad con el público, haciendo saludar a la pasa páginas o reiniciando una de las arias al haberse distraído con las peticiones del público y haber olvidado el texto. Pero redondeó la velada con una muy intensa “Ch’ella mi creda libero e lontano” de La fanciulla del West y un “Nessun dorma” bastante impactante a pesar de dejar el agudo final algo corto. El artista que cerró el recital con grandes aplausos ofreció hasta cuatro propinas, culminando el catálogo pucciniano con el aria de Rinuccio de Gianni Schicchi, como si de un joven treintañero se tratase, haciendo las delicias de un público que los despidió puesto en pie.