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Cine

Los Premios Platino Xcaret se derriten por "La sociedad de la nieve", que termina un año triunfal

La 11ª Edición de los Premios Platino Xcaret fue el fin de fiesta perfecto para "La sociedad de la nieve", de J. A. Bayona, que se llevó 6 estatuillas

Desde la servicial espectacularidad de una escoba, como un empleado más del parque temático, el actor Gerónimo Rauch nos daba la bienvenida a Xcaret, paraíso terrenal mexicano, para dar comienzo a la 11ª. Edición de los Premios Platino. En el corazón del Estado de Quintana Roo, mojada de Caribe, la flor y nata del cine y las series iberoamericanas se dio cita para celebrarse como una sola, unida por la lengua y la cultura comunes. Como no podía ser de otra manera, y como viene ocurriendo en la temporada de premios latinos desde hace medio año, "La sociedad de la nieve" de J. A. Bayona partía como la gran favorita en unos galardones que se regaron de música para intentar combatir la humedad ambiental.

La avalancha de los Enzo Vogrincic, Matías Recalt y demás pibes del avión, eso sí, tuvo que esperar para enfriar el ambiente. El argentino Andy Chango fue el primero en subirse al escenario (con el permiso de las presentadoras Esmeralda Pimental y Majida Issa) para recoger el Platino a la Mejor Interpretación Masculina de reparto en categoría televisiva, por darle vida a Charly García en la serie que él mismo ha creado, "El amor después del amor". "Están asesinando la cultura", dijo el intérprete, en referencia a la situación provocada por el Presidente Javier Milei en Argentina, cortando de facto las subvenciones al cine a nivel estatal. Justo después, le tocó el turno al primer premio español de la noche, que no recogió Carmen Machi por "La mesías" (Mejor Interpretación de Reparto en televisión) pero sí legó en responsabilidad a Lola Dueñas, presente en México y que también se llevó el Platino, en su caso a la Mejor Interpretación Femenina en Miniserie o Teleserie.

Valérie Delpièrre y Estíbaliz Urresola (dcha.) en los Premios Platino
Valérie Delpièrre y Estíbaliz Urresola (dcha.) en los Premios PlatinoEGEDA / PREMIOS PLATINO

Sobre cosificar y sobre narrativas

Como viene siendo habitual desde su creación, los Platino sobrerrepresentaron a nuestro país también en sus galardones, otorgándole a José Coronado un reconocimiento como actor de reparto por "Cerrar los ojos" y, también, premiando a la incontestable "20.000 especies de abejas", de Estíbaliz Urresola, con los Platino a Mejor Guion, el Premio al Cine y Educación en valores y la Mejor Actriz de Reparto, para Ane Gabarain. Por si fuera poco, la película también se alzó con el premio a la Mejor Ópera prima: "Necesitamos que la industria se renueve. (...) Basta de cosificar y cambiemos la narrativa", dijo Urresola en referencia al productor y director Gerardo Herrero, que había celebrado tener la oportunidad besar a Blanca Suárez unos minutos antes (ganó el Platino a Mejor Comedia por "Bajo Terapia"). La estatuilla al Mejor Documental, cerrando otro de esos ciclos triunfales de la temporada de premios, fue para "La memoria infinita", de la chilena Maite Alberdi y que ya estuvo nominada en los Oscar.

Tras una impresionante actuación de Ana Mena, que rindió homenaje a Rocío Durcal interpretando "La gata bajo la lluvia" y que subió el nivel respecto a las anteriores interrupciones de la ceremonia, los Platino llegaron todavía frescos a su segunda hora, donde se entregaron rápidamente los premios técnicos y donde "La sociedad de la nieve", como ya ocurriera en los últimos Premios Goya, se dejó sentir como una avalancha en Xcaret. Sonido, Fotografía o Montaje fueron a parar al equipo de Bayona, que celebró a puro abanico una victoria que ya se estaba antojando aplastante.

"Nuestro cine siempre está en peligro. El cine en mi país, en Argentina, en Latinoamérica y en España es el mismo. Y siempre está en peligro", dijo Cecilia Roth, a medio camino de matizar sus palabras de la semana sobre las medidas de Milei, al recoger el Premio Platino de Honor de manos de Enrique Cerezo. La icónica actriz, de verde bambú, recibió una ovación del auditorio en Xcaret, que interrumpió el movimiento de aire para rendirse ante la intéprete de "Arrebato" y "Todo sobre mi madre". Fue el último respiro de la gala antes de que Bayona terminase de derretir su temporada de premios, ahora sí, significándose de manera política en lo que definitivamente terminó siendo el eje argumental de la ceremonia: la muerte en vida del cine argentino.

"Este premio es el resultado de una carrera. Mis papás vienen de un lugar muy humilde. Y ellos no tuvieron la libertad de elegir si estudiar o trabajar. Como ellos no tuvieron acceso a la escuela, para ellos fue muy importante el acceso a la cultura de sus hijos. Este premio va para ellos", comenzó su discurso el realizador catalán, al recoger el galardón a dirección. Y continuó: "Las primeras imágenes que recuerdo de Argentina son películas de Alfonso Aristarain (...). El cine es una herramienta de expresión poderosísima y fundamental de un país. Estar en contra del cine es estar en contra de tu propio país. Argentina, aquí estamos. No están solos. Arriba el cine unido argentino, aquí estamos para apoyar", dijo vehemente el responsable de "La sociedad de la nieve", justo antes de Enzo Vogrincic, su actor protagonista, fuera declarado el mejor del año en el cine iberoamericano. A casa de Laia Costa llegará el Platino a la Mejor Interpretación Femenina, que recogió su compañera de nominación, Carolina Yuste.

Los seis Premios Platino Xcaret de "La sociedad de la nieve", en este limbo temporal y oasis terrenal que ha encontrado EGEDA para celebrar lo iberoamericano, hablan de Bayona como uno de esos pocos directores capaces de ser abrazado por crítica, público y academia, un clásico instantáneo no solo de nuestro cine, sino también de todo el que encierra la lengua de Cervantes. El final del camino, uno quizá tan extenuante como el de sus pibes perdidos en la montaña, es también una demostración de músculo no solo cinematográfico, también industrial. Queda mucho por hacer, pero tampoco hace daño mirar atrás y vernos, a un lado y al otro del charco, como una cinematografía unida y capaz.