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Premios Goya 2024

Matías Recalt: "Estuve a nada de no hacer "La sociedad de la nieve" por el fallecimiento de mi padre"

Hablamos con el intérprete argentino de 22 años, nominado a mejor actor revelación en los Premios Goya por su papel de Roberto Canessa en la cinta de Bayona

Matías Recalt da vida a Roberto Canessa en "La sociedad de la nieve"
Matías Recalt da vida a Roberto Canessa en "La sociedad de la nieve"Netflix

Con apenas quince años, Matías Recalt, oriundo de la localidad bonaerense de Maschwitz, destinaba gran parte de su tiempo extraescolar a algo que en Argentina trasciende el sentido de lo puramente deportivo para acercarse a la simbología de la devoción religiosa: el fútbol. Al sentir que ni los estudios ni la pelota terminaban de llenarle, pasó por el clásico periodo de ternura desubicada adolescente lleno de dudas y búsquedas hasta que, alentado por su madre y por los que le dijeron que era gracioso -siendo esta la más positiva de las connotaciones-, se apuntó a clases de teatro. Tras la primera toma de contacto, descubrió que eso podía ser lo suyo.

Después vinieron los castings, las obras, una serie para Netflix sobre el jugador Carlos Tévez cuyo papel de Danilo le otorgó reconocimiento en territorio albiceleste, un primer largometraje dirigido por Fernando Zuber, "Ciegos", más obras de teatro, más series y de repente aparece la mano demiúrgica de Bayona para tocarle la frente con "La sociedad de la nieve". Pese a que es consciente de las dificultades que entraña el arte y siente que "el oficio me encontró a mí, más que al revés", tiene hambre de seguir formándose y aprendiendo y se muestra determinante a la hora de perfilar su futuro en la industria: "me encanta actuar". Ahora está nominado al Goya a Mejor Actor Revelación por su solvente interpretación de uno de los 16 supervivientes del accidente aéreo de los Andes, Roberto Canessa, y mañana tiene bastantes posibilidades de subirse al escenario para recoger el "cabezón". Por un momento la vida parece ir casi tan rápido como sus sueños. Charlamos con Recalt, mate en mano, para comprobar la velocidad de ambos.

¿Has tenido tiempo de aterrizar emocionalmente del viaje que está suponiendo "La sociedad de la nieve"?

La verdad que creo que lo vengo llevando bastante bien porque hay que separar dos cosas: por un lado están las redes y por otro está la vida real, salir a la calle, hacer lo de siempre. Quizás en ese cotidiano recibo bastante reconocimiento por parte de gente de todas las edades, eso es lo loco para mí, pero en redes es verdad que el impacto fue y sigue siendo muy fuerte. La película ha sido un boom internacional sin duda pero lo estoy llevando bastante bien, estoy contento, con muchas ganas de los Goya, pensando en ello constantemente y por momentos más nervioso que en otros. Igual ya no falta nada así que estoy tratando de disfrutar la previa porque después todo lo bueno pasa volando. Ansioso y con ganas de eso. La verdad es que no me esperaba tanto el boom que se armó dentro de las nuevas generaciones, ese fandom por parte del público joven me sorprendió bastante. Pero sí me esperaba que iba a ser una peli muy vista, una peli que iba gustar. Obviamente siempre es una incertidumbre cuando te metes en cualquier proyecto pero me siento muy agradecido con todo lo que está pasando.

Generacionalmente entiendo que el impacto social que tuvo el accidente de los Andes en su momento y concretamente en Argentina (siempre enfrentada a Uruguay históricamente) te pillaba bastante lejos, ¿pero qué conocías de aquello antes de embarcarte en el proyecto?

Como vos decís, tenemos una historia interesante con los uruguayos, estamos al lado, yo como argentino he ido mil veces a vacacionar allí. Digo, en Uruguay la cultura ríoplatense está muy presente y en ese sentido la de los Andes era una historia que me contaron en mi familia cuando era chico, pero en verdad no sabía mucho más que el título principal de "los uruguayos que se cayeron en los Andes". Había visto algún documental y poquito más. Casualmente un año antes del casting de la película, surgió no me preguntes por qué y decidí ver la película "Viven", me dio intriga. Al tiempo me llega justo el casting para hacer de Canessa. Estaba viviendo entonces en la casa de mi profesor de teatro y él tenía dos libros, uno era el de Carlitos Páez –otro de los supervivientes– y el otro era "Tenía que sobrevivir", del propio Canessa. Fue muy fuerte, porque claro, no son libros que una persona promedio suela tener acá, es más común que tengan "La sociedad de la nieve" o "Viven" y casualmente tenía el de este hombre al que iba a tener que interpretar poco después. Pero como te digo, no conocía mucho a los protagonistas de la historia y no tenía demasiados detalles.

Matías Recalt en "La sociedad de la nieve"
Matías Recalt en "La sociedad de la nieve"Netflix

Hubo un revuelo en la moral de la época con el asunto de la antropofagia bastante importante, ¿hasta qué punto crees que la religión condicionó, alteró o influyó en la supervivencia de estos 16 héroes corrientes?

Mirá por palabras de ellos, te diría que en un cien por cien. Creo que en la montaña cambió la idea de Dios. Porque era un dios en la montaña quizás más permisivo, un dios alejado del pecado (con respecto a lo que tuvieron que hacer con los cuerpos de los compañeros), del castigo. La fe, la esperanza, la necesidad de entender que hay un ser superior que va a estar ahí acompañandoté estuvieron muy presentes para todos ellos a la hora de intentar sobrevivir. Todos eran católicos, muchos de ellos rezaban al principio y por eso es muy interesante ese cambio que se produce de la idea de Dios.

¿Entiendes esa necesidad de rebajar la heroicidad del relato por parte de uno de los hermanos Strauch, que en alguna ocasión ha comentado que es importante relativizar lo que pasó en la montaña? Como dando a entender, en resumidas cuentas, que no fue para tanto todo aquello.

Si uno se pone a pensar en lo que puede ser estadística, bueno, realmente murieron más personas de las que sobrevivieron, entonces uno podría decir "la tragedia de los Andes", más que "el milagro". Pero por otro lado sobrevivieron 16 personas después de 72 días que es algo muy difícil de entender. Me cuesta mucho imaginarme a mí sobreviviendo dos meses en esas condiciones por una cuestión, aparte de la emocional, física. Bajaron un montón de quilos, perdieron mucho peso. Cuando te paras en eso es inevitable pensar que fue un milagro que les rescataran. Puedo entender que ellos, habiendo vivido la historia, no quieran que se romantice, porque tal vez hay algo de romántico en la película, pero la historia real es mucho más cruda y oscura y fuerte de lo que mostramos. El propio Canessa lo dice: "la película está buenísima pero no deja de ser una película. Si fuese tan cruda como fue en la montaña la gente se levantaría de la sala y se iría del cine porque no aguantaría todo eso". Realmente cuando te pones a pensar en los detalles y en la cantidad de cosas tremendas y fuertes que pasaron, decís "uf, no sé qué tan milagro fue para el que lo vivió y qué tan tragedia supuso". Pero literalmente es algo increíble, épico, sin duda.

"Me cuesta mucho imaginarme a mí sobreviviendo dos meses en esas condiciones por una cuestión, además de la emocional, física"

Matías Recalt

¿Para ti implicaba un plus de responsabilidad el hecho de interpretar a alguien que está vivo? ¿Sentías que debías honrar de alguna manera su recuerdo de lo sucedido?

Diría que sí. También como actor me propuse que en algún lado, hasta que después obviamente te importa, no me importase tanto lo que podría pensar la persona de lo que estaba haciendo. Soy actor, me encargan este trabajo y mi tarea siento que es hacerlo de la mejor manera. Después no va a depender tanto de mí si gusta o no gusta pero muchísimas veces que puse a pensar después "uf, le gustará a Roberto o no le gustará", pero me propuse justamente entre comillas que no me importara lo que pensara él (aunque estuviera cagado de ganas de que le gustara finalmente). Tenía claro que no quería hacer una imitación, sino una interpretación ¿entendés? Seguramente este personaje tenga mucho de Canessa, mucho de Matías. El que interpreta por ejemplo al que falleció también tiene una presión, porque bueno, no te está viendo pero es fácil perdirles permiso inconscientemente para poder interpretarlos con respeto y de la mejor manera. Además a mi me pasaba una cosa también y es que Roberto es una persona que tiene su carácter y mucha personalidad, dice las cosas como las piensa y eso me hacía tener miedito de su sinceridad pero fue maravillosa la energía final. Me volví loco cuando me dijo que le gustó. Los supervivientes son los únicos que tienen guardados los colores, los olores y la textura de lo que pasó así que que ellos estén contentos y puedan verla y creérsela es un gran logro.

Las condiciones del rodaje fueron bastante duras y Matías Recalt pasó, igual que sus compañeros, por diversos cambios físicos
Las condiciones del rodaje fueron bastante duras y Matías Recalt pasó, igual que sus compañeros, por diversos cambios físicosNetflix

¿Dirías que esa solidaridad y ese compañerismo que se forjó en la montaña se trasladó a vuestra situación grupal fuera del rodaje?

Totalmente. Se armó una pequeña sociedad de la nieve entre nosotros con cosas muy parecidas. Nos llevamos muy bien, nos acompañamos mucho, hablábamos entre nosotros todo el tiempo de qué íbamos a comer cuando llegáramos a casa (admite entre risas). De alguna forma siento que formamos esa sociedad entre nosotros para poder afrontar el rodaje de la mejor manera y tuvimos una convivencia realmente hermosa y sana. Una convivencia en la que cada uno estaba trabajando en lo suyo pero al mismo tiempo para el resto, dándole importancia al trabajo colectivo, al amor, al acompañamiento, en el sentido de que si uno deja actuar al otro bien, también uno actúa bien, medio como si fuese el tenis ¿viste? que cuando uno te juega mejor vos jugás mejor también y eso reinó en todo el rodaje y la verdad que estuvo buenísimo.

"Entre nosotros se formó una pequeña sociedad de la nieve"

Matías Recalt

En la montaña no hubo ego.

No, ellos lo dicen de hecho, que sacaron las mejores versiones de sí mismos. En la montaña hubo algo muy puro, muy humano, muy transparente, porque claro, era lo único que tenían. Estaban en un lugar en el que la vida se la tenían que marcar ellos y traerla al espacio en el que estaban.

He leído que viviste tu particular tragedia personal tres meses antes de empezar el rodaje. ¿Cómo conseguiste incorporar la pérdida, el duelo o el dolor al ejercicio interpretativo?

Bueno fue complicado. Mi padre fallece tres meses antes de que viajemos a España y estuve te diría a nada de no hacer la película. Casi no la hago, porque no estaba emocionalmente preparado ni con la energía necesaria, no podía priorizar un trabajo antes que la emoción. Yo tenía que hacer un duelo y después de dos meses hablando mucho con mi entorno, con mis amigos, mi familia, mi pareja, decidí seguir adelante con ello. Para yo poder hacer la película tuve que ponerme un escudo con el que conseguí afrontar un viaje largo, un trabajo agotador y todo lo que implicaba el rodaje. Sentí que no era el momento de darle lugar a mis emociones porque tenía que estar centrado y ya cuando acabara me permitiría hacer un duelo más tranquilo. Yo no podía estar velando en una película para la que tenía que empezar a engordar, a entrenar, a ensayar todos los días, a proponer guiones, a leer, a actuar básicamente. A la hora de empezar a conectarme con el personaje me di cuenta de que el actor debe tener sus emociones a disposición y me di cuenta de que muchas de ellas las tenía reprimidas, había algo de ese escudo que me había servido para viajar que no me dejaba romper. La bala no entraba. Los primeros días de rodaje no terminaba de entrar hasta que hice un clic. Y ahora te hago la analogía con Canessa: cuando terminamos la película, durante bastante tiempo, pensé que mi papel estaba fatal, que no había dejado que las emociones entraran en mí por mi circunstancia previa y que no estaba bien en la película, pero entonces Canessa, que quedó muy contento con la interpretación, me dijo: "yo en la montaña nunca me quebré y nunca dejé entrar mis emociones". Porque si él se debilitaba, perdía. Y lo mismo me pasaba a mí.

¿Cómo te imaginas los Goya?

(Se le ilumina el rostro). Me imagino gente muy guapa, muy bien vestida aunque no vaya a ser yo, no, mentira -bromea-. Me imagino un evento divertido, lindo y hasta que no abran el sobrecito y me digan si soy el ganador o no voy a estar muy nervioso. No sé que diré si lo gano, pero estoy confiado. Aunque igual si no lo gano está todo bien, lo importante es disfrutarlo.