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Cine

Los Premios Feroz le rezan a "La mesías" y hacen colmena de "20.000 especies de abejas"

La película de Estíbaliz Urresola, poema infantil sobre la identidad, se impuso a "La sociedad de la nieve" incluso en mitad de su ascenso hacia el Oscar

Hay una voluntad en el audiovisual español, ese mismo que ha cultivado la cultura del silencio en cuanto a abusos se refiere, a no cejar en su empeño superviviente. Es una cosa gregaria, que se destila como té caliente dándonos a la vez lo más dulce y lo más amargo. Como si fuera un equipo estrellado y perdido en los Andes, como si fuera una niña buscando su identidad y encontrando tan solo comprensión en una colmena. Es negarse a dejar de existir. Así se volvió a traducir anoche en los Premios Feroz, los que entregan los periodistas y críticos que acompañan a nuestras producciones todo el año, y los mismos que abrieron el fuego este año de cara a la temporada de premios.

Partidos en dos, igual que la adaptación cañí de los Globos de Oro como la que nacieron, en el apartado cinematográfico, los Feroz se desmarcaron -un poco- del dramático ascenso hollywoodiense de Juan Antonio Bayona y "La sociedad de la nieve", premiándole solo como Mejor Director, y dejaron tirados a sus muchachos en la nieve. Parte del elenco de los Parrado, Numa y compañía, eso sí, recogieron el Feroz al Mejor Tráiler, aprovechando la oportunidad para recordar la «amenaza cultural» -en sus palabras- a la que se enfrenta Argentina bajo el mandato de Javier Milei. Y así, con Bayona igualmente en la foto, los premios de la Prensa acabaron decantándose por «20.000 especies de abejas», como Mejor Película Dramática, y «Robot Dreams», como la triunfadora en comedia. El justo reparto, que volvió a reivindicar al poema trans de Estíbaliz Urresola como ya hicieran los Forqué, es pura miel para una producción que, esperemos, vuelva pronto a las carteleras, pero es difícil que se traduzca en una victoria en los Goya, donde Bayona recibirá la gran mayoría de los votos de las ramas técnicas de la Academia.

Fotograma de "20.000 especies de abejas"
Fotograma de "20.000 especies de abejas"Imdb

Pidiendo la hora

El filme animado de Pablo Berger, sacando pecho por su reciente nominación al Oscar como Mejor Película de Animación, también se llevó los premios a la Mejor Música Original y al Mejor Cartel, destacándose como la producción más premiada de la noche. Y no es para menos. Un ausente David Verdaguer, por el melancólico Eugenio de «Saben Aquell», y una pletórica Malena Alterio, por «Que nadie duerma», se allanaron el camino al Goya como los mejores intérpretes protagonistas. Más inesperado fue lo de La Dani («Te estoy amando locamente»), que bien puede afirmar en femenino que cuenta con el Goya como Mejor Actor Revelación en camino; lo de Patricia López Arnaiz, madre universal en «20.000 especies de abejas» y también mejor secundaria; y lo de «Upon Entry (La llegada)». fenómento ultra-independiente que consiguió ganar el premio al Mejor Guion y cuyos directores fueron los únicos en acordarse de Gaza.

Pero si el cine español es supervivencia, y los Feroz querían elevar lo nuestro a lo esencial, no hay una historia de supervivencia más especial que la de «La Mesías». La epopeya religiosa de Movistar+, creada por Javier Calvo y Javier Ambrossi, se llevó los premios a Mejor Serie Dramática, Mejor Guion de Serie, Mejor Actriz para Lola Dueñas, Mejor Actor para Roger Casamajor, Mejor Actor de reparto para Albert Pla y Mejor Actriz de reparto para la joven Irene Balmes. Un total de seis premios, todos los que podía ganar, que ya la colocan en lo más alto del palmarés histórico de estos premios y que puede (o no) volver a abrir el debate sobre si las series (o algunas series) pudieran competir en los Goya. La victoria de la desternillante «Poquita Fe», Mejor Serie de Comedia, se sintió anecdótica pero merecida, a una de las joyas ocultas del año seriéfilo español, con un Raúl Cimas en estado de gracia.

«Recordadme con cariño, y gracias por vuestro respeto», pronunció en su discurso una emocionada Mónica Randall, Feroz de Honor de este año y, en realidad, uno de los pocos momentos en los que la gala se detuvo para mirarse a sí misma. Pese al esfuerzo de Brais Efe y Coria Castillo, excelentes como presentadores pero poco útiles frente a un tipo de formato al que siempre le «sobran» premios, los galardones de la Prensa se fueron hundiendo con el paso del tiempo. Ni siquiera una «show-woman» y cómica ya consagrada en el «mainstream» como Eva Soriano fue capaz de levantar el ánimo, que acercándose ya a la media noche estaba ya pidiéndole la hora al árbitro.