¿Saben los adolescentes quién es Meryl Streep?
La actriz, que ha reconocido que iba a ser abogada medioambiental y que no ha podido desvelar sus proyectos debido a la huelga de Hollywood, mantuvo un encuentro con estudiantes durante las actividades del Premio Princesa de Asturias en el que defendió la importancia "y la responsabilidad de elegir un papel" y que a la hora de elegir un papel tiene en cuenta "si estoy inoculando veneno a la sociedad"
Oviedo Creada:
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¿Hasta qué punto los chavales jóvenes conocen a Meryl Streep, una actriz que ha desarrollado una extensa y cuidada filmografía de gran relieve y calidad, pero tan distante de los estándares que manejan los chavales de hoy en día? En la sociedad actual, marcada por los hábitos de las redes sociales, que educan en la brevedad, lo inmediato y el consumo rápido, y en la que cada vez acude menos público joven a las salas de cine y el consumo audiovisual preferente son las series que emiten las plataformas en streaming, ¿cuál es el bagaje que ellos tienen de su obra y de ella misma?
La intérprete norteamericana, con una filmografía a sus espaldas que contempla películas como "La mujer del teniente francés", "La decisión de Sophie", "Memorias de África" o "Los papeles del Pentágono", ha mantenido un dilatado encuentro con estudiantes que durante estos últimos meses desarrollaron actividades escolares alrededor de su obra, y que en un encuentro público le plantearon diferentes cuestiones y aspectos sobre su carrera.
Muchos de ellos, aunque no todos, por supuesto, cuando les preguntabas, reconocían que su nombre les resultaba conocido sobre todo por el entorno familiar. Los padres y las madres que mencionaban a la actriz y sus filmes. Antes de los trabajos de aula, admitían, aunque no se puede generalizar tampoco, faltaría, el único filme que de manera general habían visto de ella era "¡Mamma Mia!". Algunos también admitían conocer "El diablo viste de Prada". La proyección y los trabajos desarrollados clase ha sido pedagógico, desde luego, y les ha ayudado a descubrir cintas como "Los puentes de Madison", aquí también tiene su importancia Clint Eastwood, y "Memorias de África". Solo uno recordaba "El cazador" (se reconocía a sí mismo como un cinéfilo, lo que le debe convertir en una verdadera excepción en un mundo adueñado por TikTok) y una alumna aplicada que apuntaba un par de títulos inesperados: "La decisión de Sophie" y "Mujercitas".
A la cita con Meryl Streep, Premio Princesa de Asturias de las Artes, acudieron bien preparados todos estos alumnos. Ella no descuidó las dudas y curiosidades que ese público estudiantil albergaba y rindió durante la charla algunas respuestas reveladoras. Admitió que "desde los tres años de edad supe que me quería dedicar al mundo del espectáculo", pero que, durante su paso por la universidad, llegó a plantearse convertirse en "abogada medioambiental, porque ya me preocupaba el ecologismo". Esa profesión circunstancial la abandonó debido a que la mañana del examen de ingreso, según dijo, "me quedé dormida". Se ve que el inconsciente, en ocasiones, es muy sabio.
La mítica protagonista de "Kramer contra Kramer", "el filme que despertó mi amor por el cine", llegó muy tarde a la interpretación, sobre todo si se compara con otros colegas de su profesión: "A los veintisiete años". Pudo entregarse de una manera decidida, apasionada y firme debido al apoyo que "siempre recibí de mi madre, una mujer fuerte y optimista que me dijo que podía ser cualquier cosa que me propusiera. Tú puedes, solía repetirme, y yo me lo creí. Esto me dio una enorme confianza. Todos necesitamos a alguien que nos dé luz y también cierto optimismo. Recuerdo un pensamiento que rezaba: no es ingenuo ser optimista".
Meryl Streep reconoció que ha firmado participar en una nueva temporada de "Solo asesinatos en el edificio", pero, a pesar de que estuvo a punto de hacerlo (casi se el escapa), no pudo desvelar qué más trabajos tiene entre manos debido a la huelga de actores que todavía prosigue en Hollywood (la de guionistas ha terminado). Lo que sí pudo es revelar su punto de vista sobre el feminismo, uno de los temas candentes: "Cuando era adolescente, el mundo era diferente para nosotras. Yo no conocí entonces a mujeres que fueran empresarias o ingenieras o abogadas. Las mujeres tenían unas carreras determinadas: enfermera, profesora, madre o, como máximo, secretaria de alguien poderoso. No tenían otras profesiones en el horizonte. Fue en mi casa donde encontré el respaldo para enfrentarme con mi sueño de ser actriz".
Streep admitió que la tecnología en el cine, sobre todo en filmes que requieran efectos especiales, no le atraen y que, de hecho, le aleja de lo que a ella le gusta a la hora meterse en un papel: "La emoción del cine es perderte en un personaje, abandonarte en la ficción, entrar en una historia". Explicó diferentes aspectos que tiene presentes al elegir un personaje: "Cuanto más verdadero sea para mí ese protagonista, más me puedo identificar con él y transmitir lo que deseo a través de él. A la hora de meterte en un rol, tienes que ser tú mismo, tienes que ser honesto". Pero aquí asoma un lado peligroso: qué hacer con los malvados. "Me ayuda saber si estoy inoculando veneno o no a la cultura. Yo elegí Río salvaje porque me permitía mostrar a mis hijos a una heroína. Los personajes públicos tienen un significado. Es una responsabilidad darles vida, porque representan algo para la gente. Cuando me he metido en la piel de uno es porque, en el fondo, puedo decir algo a través de él".
La lectura del guion -"hay muchos malos porque no se piensa lo que se pone y, ahora, además uno espera que algunos se desarrollen con inteligencia artificial", subrayó- es un proceso esencial para Meryl Streep. "En un momento, y no tiene que ser una escena álgida, algo me hace palpitar el corazón. Entonces sé que puedo aportar algo a la interpretación de ese papel".
La actriz, que remarcó que "existen diversas maneras de ser feminista", disintió de aquellos colegas que se meten a fondo en un rol y explicó el motivo de ello: "Hay quienes se llevan el personaje a casa. Si es malvado o pernicioso alteran el equilibro del hogar con sus emociones. A esta clase de personajes siempre hay que dejarlos en el estudio. No te los puedes llevar contigo. Pero es que yo además soy madre de cuatro hijos y siempre he tenido que atenderlos. Esta es la razón crucial de que nunca me llevara el papel conmigo, pero es que además existe un motivo importante y es que la fuente del amor y de la vida que recibimos está en la realidad, no en la ficción. Por eso nunca me he perdido en ningún personaje".
Cuando se le dijo qué espera de un personaje, la actriz sonrió y afirmó: "que sea auténtico. Me interesan las contradicciones en ellos, que no sean lineales, que sorprendan, que digan una cosa y hagan otra, que no sean conformistas, que den juego, sean espinosos y complejos. ¿Por qué? Porque los hombres somos así".