Crítica de teatro

"Romeo y Julieta despiertan...": La vejez mal defendida ★☆☆☆☆

Sorprende mucho que los responsables de aquella formidable adaptación de la novela "Tiempo de silencio" que programó La Abadía hayan firmado ahora este desaguisado

José Luis Gómez y Ana Belén, en la piel de Romeo y Julieta
José Luis Gómez y Ana Belén, en la piel de Romeo y JulietaJavier NavalJavier Naval

Autor: E. L. Petschinka. Director: Rafael Sánchez. Intérpretes: Ana Belén, José Luis Gómez, José Luis Torrijo, Irene Rouco y David San José. Teatro Español, Madrid. Hasta el 4 de junio.

Por más que la sinopsis del programa de mano intente aclarar que esta función “imagina qué habría sido de Romeo y Julieta, los célebres amantes creados por Shakespeare, si, en lugar de morir envenenados, despertaran tras un largo sueño de 50 años”, lo cierto es que el único que tiene que imaginarlo todo aquí es el espectador, porque no entiende nada de lo que pasa en el escenario.

Ya casi al finalizar de la obra, Julieta, a quien da vida Ana Belén, le pregunta a Romeo, interpretado por José Luis Gómez: “¿Qué habríamos hecho si no hubiésemos tomado el veneno?”. Y uno siente, después de aguantar perplejo en su butaca durante más de hora y media, el irrefrenable deseo de decirle a Julieta, que es tanto como decirle al autor: “Y esto... ¿¿por qué no se lo has preguntado al principio??”. Porque ese sí podría haber sido un buen punto de partida dramático y argumental, y no el que ha usado el autor E. L. Petschinka, que en verdad no se sabe siquiera cuál es. O, al menos, no se sabe en esta versión que vemos aquí representada, y que tiene uno la sospecha de que puede estar bastante mutilada con respecto al texto original. Desde luego, sorprende mucho que Petschinka y el director Rafael Sánchez, responsables de aquella formidable adaptación de la novela "Tiempo de silencio" que programó La Abadía hace un lustro, hayan firmado ahora este desaguisado.

Obviamente, uno de los grandes problemas está en el reparto. De Ana Belén no cabe sino alabar sus esfuerzos, propios de una actriz con oficio y trabajadora, y no de una estrella, para dar cierto sentido a la trama, aunque vuelva a estar dirigida –igual que en el último montaje en el que la vimos- como si fuera una actriz adolescente y desconocida, lo cual, francamente, no le ayuda nada en absoluto. En cuanto a José Luis Gómez, solo voy a decir, por respeto a todo lo que ha hecho por el teatro, que da mucho apuro verlo en esas condiciones sobre un escenario, perdido en el curso de la acción y pendiente de que alguien le sople el texto por el pinganillo. ¿Realmente era esto necesario? Creo que tenía ganado, ya desde hace muchísimo tiempo, un retiro más digno.

  • Lo mejor: José Luis Torrijo, tratando de infundir un poco de nervio a una función que está caída nada más empezar.
  • Lo peor: La introducción recordando los Estudio 1 en los que participaron Gómez y Ana Belén provoca cierto sonrojo.