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La verdad histórica en “Rise of the Ronin”: viaje al fin del Japón feudal

El nuevo juego de Team Ninja, lanzado en exclusiva para PlayStation 5, nos lleva hasta los últimos días del shogunato Tokugawa
“Rise of the Ronin” comienza a contar cómo el shogunato Tokugawa se ve afectado por la incesante llegada de barcos negros
“Rise of the Ronin” comienza a contar cómo el shogunato Tokugawa se ve afectado por la incesante llegada de barcos negrosTeam Ninja
La Razón
  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

Madrid Creada:

Última actualización:

Entre sangre, sudor y samuráis, a puro código de honor, este fin de semana ha debutado por fin “Rise of the Ronin” en PlayStation 5. El nuevo exclusivo de Team Ninja (creadores de la saga “Nioh”) para la consola de Sony, un portento épico ambientado en los estertores del Japón feudal es, además de una epopeya sobre la venganza, un complejo estudio de una de las etapas históricas menos exploradas del país del sol naciente. De hecho, cuando ha ocurrido siempre ha sido desangrando a la historia, como en la infame “El último samurái” (2003). Y es que antes de que ruede la primera cabeza, el juego nos transporta hasta el año 1863. Justo ahí, en un ejercicio de verdad histórica pocas veces visto en el medio, el videojuego nos comienza a contar cómo el shogunato Tokugawa se ve afectado por la incesante llegada de barcos negros, es decir, los enormes navíos de madera que provenían de costas estadounidenses para comerciar... y de paso establecerse como potencia colonial en la zona.
Esta época nunca se ha explicado bien. Y, de hecho, el videojuego es muy exigente en ese sentido, porque está hecho en Japón y cuenta con que tengas una información básica que se da en el equivalente a Bachillerato y que todo el mundo tiene clarísima. ¿Qué pasaba? En esos años, se produjo un cisma muy grande porque la figura del shogun, que era el dictador militar que acaparaba parte del poder, cae en desgracia. Se dice que eran linajes muy endogámicos, lo cual propició que en la época de los viajes marítimos, se vieran como líderes débiles tanto dentro como fuera de Japón”, explica meridiano el historiador y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Daniel Martínez, mejor conocido por sus seguidores en Youtube como Dani Sensei. Y sigue: “Se trata de un período de gran estabilidad, en el que se juntaron las tensiones internas tras la unificación con las externas de las potencias extranjeras. Pero esto último fue una excusa para diferenciar a los bandos”, añade.
Y es que la fidelidad histórica de “Rise of the Ronin”, más allá del filo de las espadas y lo potente de los mosquetes, pasa por los personajes de los que se sirve para contar su historia de venganza. Por el juego desfilan Matthew C. Perry, el primer estadounidense que consiguió negociar con el archipiélago, o el mucho más polémico Shoin Yoshida, al que bien podríamos equiparar con Garibaldi o Von Bismarck como caudillos de la nueva idea nacionalista en ciernes. El problema, más allá de su extraordinario uso en el juego, pasa porque el director del proyecto, Fumuhiko Yasuda, comparó a Yoshida con Sócrates, algo que no sentó muy bien Corea del Sur por ser el ideólogo de las sangrientas invasiones a la península a finales del siglo XIX. En un hecho oficialmente no correlativo, PlayStation ha decidido no publicar el juego en Corea, lo cual no ha hecho más que alimentar la polémica.
Más allá de polvaredas y fantasmas del pasado, lo cierto es que el nuevo juego del estudio Team Ninja brilla también por su desempeño arquitectónico, dotando de realismo a los ambientes recreando ciudades como Yokohama, con un puerto en el que pasamos de los templos tradicionales a los edificios de ladrillo más coloniales en apenas una manzana. “Una cosa en la que el juego se nota trabajado es en los templos budistas. Hay cinco tipologías dentro de la religión, y el juego lo deja claro con pequeños detalles y diferencias arquitectónicas. También es interesante cómo muestra las ruinas de los castillos. Es un período en el que se tiraron muchos castillos abajo, porque el shogun Tokugawa ordenó que cada señor solo podía tener un castillo. Esto ha provocado que hoy en día se hagan rutas turísticas de cientos de castillos que, en realidad, solo son ruinas”, apunta el historiador.
Dani Sensei, que fue adoptado de joven por padres japoneses y estudió en aquel país en su etapa de instituto, ha ido construyendo una pequeña comunidad de seguidores desde el más estricto respeto por la cultura nipona sin esa capa de fascinación infantiloide que muchas veces la rodea, bajando la pelota al piso y hablando con franqueza y desde la sinceridad más absoluta. “Más allá del juego, y de cómo mezcla realidad y ficción, hay que tener claro que aquella época estuvo fuertemente marcada por intereses comerciales. Al shogunato, más que la apertura o no al mundo, le interesaba comerciar con Estados Unidos para aliarse con una de esas potencias extranjeras aún en ciernes. Hay que pensar que es el Estados Unidos previo a la Guerra de Secesión, por lo que no es comparable al imperio británico o al francés, que ya habían ido ganando terreno en el sur de Asia”, añade.
Con un presupuesto todavía secreto, como suele ser norma en la opaca industria del mando, los 5 millones de copias vendidas que se ha propuesto su matriz como objetivo inmediato nos revelan que “Rise of the Ronin” bien podría estar entre los 15 y los 30 millones de euros de coste. Esto situaría a Team Ninja en una nueva liga presupuestaria, elevando sus perspectivas a futuro y, quién sabe, dando pie a una nueva adaptación de PlayStation Studios, que ya trabaja en una película de “Ghost of Tsushima”. Sea como sea, y como hito en la recreación histórica a la altura de grandes logros del medio como “Assassin's Creed: Syndicate” (2015), “Rise of the Ronin” es, además de una gran aventura épica, una excelente forma de adentrarse en uno de los períodos históricos menos conocidos de la historia moderna.