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William Boyd: "Cuando el amor te ciega, todo se pone patas arriba"

El escritor acaba de publicar "El amor es ciego", una novela en la que, cuando la locura aparece, el raciocinio y el sentido de la lógica se desvanecen

William Boyd: "Cuando el amor te ciega, todo se pone patas arriba"
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El escritor acaba de publicar "El amor es ciego", una novela en la que, cuando la locura aparece, el raciocinio y el sentido de la lógica se desvanecen

París. La ciudad del amor. Qué gran tópico para algunos y qué gran verdad para otros. Que se lo comenten a Brodie, un joven músico de origen escocés que encuentra la oportunidad de su vida: trasladarse a la capital francesa para trabajar en una compañía de pianos. Todo parecía evocar al éxito para él hasta que, en el momento menos esperado, se enamora de Lika. No tiene por qué ser malo enamorarse, pero sí de la persona equivocada: ella es soprano y mujer del pianista que le da trabajo a Brodie. A grandes rasgos, esta es la historia de "El amor es ciego"(Alfaguara), una nueva novela de William Boyd en la que retrata la vida de una persona que lo da todo por amor y que ello le hace desembocar en la locura. Y es que cuando el amor te ciega, "todo se pone patas arriba, tu raciocinio y sentido de la lógica ya no funciona", explica el escritor, "lo único que te mueve es una obsesión, un arrebato".

Boyd nació en Ghana, en 1952, y, tras pasar una temporada viviendo en el oeste de África, decidió irse a ver mundo. En cierto sentido, en eso se parece al protagonista de su novela: "Soy escocés, pero nací y crecí en África, tengo una conexión personal con Brodie", apunta. Con esto, le interesó realizar una investigación "de cómo alguien con las raíces tan profundas en Escocia decide escapar de todo", explica Boyd. Y esto lo retrata en una frase del libro: "El hogar es el lugar que abandonas". Aunque la obra está ambientada en el paso del siglo XIX al XX, esta situación no se diferencia a la actualidad. Ocurre también en España, donde mucha gente se va al extranjero por una razón de la que Boyd no está seguro: "Es una cuestión económica, pero también espiritual, tienes que marcharte para encontrarte aunque haya gente que lo haga quedándose".

Pero volvamos al amor. Hay personas para quienes ni siquiera existe y otras para las que puede llegar a ser destructivo. En el caso del escritor, piensa que hay que pagar un precio para que el amor sea libre y que no hay que olvidar que "los beneficios son mayores de dicho precio". Y, en esto, la suerte y el destino juegan un tremendo papel. "Podría haber sido fácil no conocer a la persona que amas", explica, "si sale bien la cosa, es todo fantástico y fabuloso, pero también es fácil que no salga bien".

Supremacía del papel

El discurso de "El amor es ciego"es universal, en el sentido de que, aunque cuando Brodie se sumió en esta locura por amor estaba apenas comenzando el siglo XX y emergiendo el mundo moderno, esto podría ocurrir a cualquiera en todo momento de la historia. "Como novelista me interesa abordar en mis libros estos temas universales", afirma Boyd, "ese es el poder que tiene una novela, porque es la mejor forma de manifestación artística para explicarnos los unos a los otros la condición humana". Estas páginas podrían verse, además de como una historia desgarradora, como un retrato del ser humano: "Leemos novelas para tratar de comprender a otras personas, para descubrir qué pasa por sus cabezas", apunta el autor.

Boyd ha escrito otras novelas como "Las aventuras de un hombre cualquiera", "Como nieve al sol"o "Sin respiro", entre otras. Algunas de ellas se han convertido en películas o pequeñas series, lo cual para el escritor "es interesante, pues te muestra cómo lo que haces en un libro no lo puedes hacer en un filme". Añade que "son formas distintas de arte: mientras la novela es una forma de libertad absoluta, en el cine o la televisión tienes que cumplir unos parámetros". Con esto, confiesa que no le importaría ver una adaptación de su nueva novela en la gran pantalla, aunque "veo las versiones cinematográficas como un extra, algo adicional, siempre está la supremacía de la novela, del papel, de las palabras sobre la página".