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Teatro

Zaratustra, o el baile de Dios

Los hermanos Bazo y la compañía 10&10 colaboran en el complejo reto de trasladar a la danza el universo filosófico de Nietzsche

Una escena de «Así habló Zaratustra» en la Sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía
Una escena de «Así habló Zaratustra» en la Sala Juan de la Cruz del Teatro de la AbadíaSergio Parra

Sin dejar de buscar nuevas formas de expresión, y evolucionando siempre en sus inquietudes artísticas, la compañía 10 &10, codirigida desde 2018 por Elisa Sanz, Inés Narváez y Mónica Runde, cumple ya 35 años; y lo hace volviendo la vista a la filosofía vitalista que Friedrich Nietzsche desarrolló en su obra maestra "Así habló Zaratustra". A partir de ella han levantado un espectáculo que mezcla, como no podía ser de otra manera, la danza, el teatro y la performance. El mencionado vitalismo nietzscheano está ya expresado en la variante del título que las polifacéticas directoras proponen para su espectáculo, en el cual remarcan gráficamente la afirmación "sí" dentro del adverbio "así", dando a la función el nombre de "aSÍ habló Zarathustra".

Para una compañía que tiene la danza como bandera, como es el caso de 10&10 (Premio Nacional de Danza en el año 2000), la obra original de Nietzsche presenta un particular atractivo, y es que el filósofo alemán relaciona en ella una y otra vez el baile con los aspectos más positivos y poéticos de la existencia. Y llega incluso a escribir: “Yo no creería más que en un dios que supiese bailar”.

No obstante, "Así habló Zaratustra" es una obra densa, compleja, que consta de cuatro partes y cada una de ellas de una veintena de disertaciones de naturaleza metafórica. Para aproximarse a un asunto de base tan discursiva, la compañía ha contado esta vez con la colaboración en la dramaturgia de los hermanos Quique y Yeray Bazo. "Fueron ellos durante un taller en Cuarta Pared en 2017 quienes se acercaron a mí para exponerme la idea de este espectáculo", aclara Mónica Runde. Y esa idea pasaba necesariamente, según Inés Narváez, por trasladar "el texto filosófico al cuerpo, al espacio y a las texturas".

Pero no son pocos los conceptos que Nietzsche aborda: el superhombre, la muerte de Dios, la voluntad de poder, el eterno retorno… Fue este último concepto el que más quebraderos de cabeza dio al dramaturgo Quique Bazo: "El mayor reto fue encontrar el contendedor dramatúrgico para llevarlo a escena y lo conseguimos con esa estructura repetitiva y circular gracias a la cual pasamos varias veces por algunos leitmotivs que nunca son iguales. Así es como ellas (Runde, Narváez y Sanz) han construido una trasposición muy efectiva y estética de lo que reflexiona Nietzsche". Interpretada por las propias directoras junto a Alberto Almazán, Carlos A. Alonso, Luiscar Cuevas, José Luis Sendarrubias y Simon Wiersma, la inclusión de esta propuesta en la programación de La Abadía viene a refrendar, según Juan Mayorga, "el firme compromiso con la danza” que tiene el teatro que dirige.