De la lucha cipotuda por la libertad... o la tiranía

Por las páginas del libro del filólogo Jorge Bustos, “Vidas Cipotudas. Momentos estelares del empecinamiento español” (La Esfera de los Libros), desfilan 35 hombres y mujeres cipotudos: de Viriato a Amancio Ortega, pasando por María Moliner ó Juan Martín El Empecinado.

Por las páginas del libro del filólogo y jefe de la sección de opinión del diario ‘El Mundo’ Jorge Bustos, “Vidas Cipotudas. Momentos estelares del empecinamiento español” (La Esfera de los Libros), desfilan 35 personajes de nuestra historia. Vayamos por el principio: ¿Qué es el cipotudismo? Se trata de una variante del cojonudismo formulado por Unamuno: «El español tiene la mente cojonuda». Ni más, ni menos.

De su libro, Jorge Bustos destaca no solo los textos, sino también la portada: “me encanta la sombra que proyecta el Último de Filipinas con la bandera de España con el Quijote al fondo”. Y es que el quijotismo es otra forma de cipotudismo: “es el empeño en sacar adelante una vocación en contra los consejos de tus contemporáneos, contra el ambiente de la época hasta el final y si se fracasa, se fracasa a lo grande”. Como el Caballero de la Triste figura.

Un empecinamiento por la libertad... pero también por la tiranía. De ahí que aparezcan por las páginas del libro personajes como Sabino Arana o Lope de Aguirre, “empeñados en una ideología antiliberal, enemiga de la libertad”. Pero a los que no regatea el valor. “Me gustan los personajes singulares que cambian la historia”, afirma.

Empero, el cipotudismo a lo largo de la historia de España no ha sido solo cuestión de hombres. También de mujeres, “que fueron heroicas en sus empeños personales”. Juana La Loca, Santa Teresa de Jesús, María Moliner son algunas de ellas. También, por supuesto, Clara Campoamor, la política a quien se debe el sufragio femenino en España y que renegaba de la etiqueta de “feminista”. Una humanista que fue odiada por la izquierda de su época, que no era partidaria del derecho a voto de la mujer, pero que tampoco gustaba a la derecha. “Ahora Campoamor es víctima de un intento de apropiación ideológica por parte de los neomarxistas de Podemos”, denuncia Bustos. La realidad es que “Campoamor consideraba que el comunismo era la nueva tiranía y pedía que las mujeres no se dejaran encandilar por las propuestas de emancipación de estos”.

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