Copa del Rey

Miranda de Ebro

Pablo Infante: «No es casual, Anduva puede con Goliat»

El Mirandés juega mañana su segunda semifinal de Copa, ante la Real Sociedad y a doble partido. El burgalés fue el héroe de aquella gesta de 2012

Pablo Infante celebra la victoria ante el RCD Espanyol, durante el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey de 2012
Pablo Infante celebra la victoria ante el RCD Espanyol, durante el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey de 2012I. LopezEFE

Ocho años después la historia se repetía. La Copa del Rey ponía en jaque la jerarquía del fútbol, o lo que es lo mismo, el Mirandés alcanzaba las semifinales del torneo nacional. Pero esta vez en la «Copa de los modestos», en la que los de Anduva han sido los últimos supervivientes de las categorías inferiores a la poderosa Liga Santander. A pesar de la caída de los grandes favoritos como Real Madrid o Barça, un hueco en la final sigue antojándose muy complicado para los burgaleses, y más jugando a doble partido. Por si fuera poco, el sorteo les cruzaría con la Real Sociedad, verdugo de los de Zidane y con su delantero de referencia, Isak, en plena forma. Willian José sigue en entredicho por su interés en marcharse.

Como toda gesta, la del Mirandés en 2012 tiene a su propio héroe, Pablo Infante. A hombros salía de Anduva tras eliminar, junto a sus compañeros, a su tercera víctima de Primera División. Aquella plantilla de Segunda División B, cambiaría la historia del Mirandés, alcanzando también ese mismo año y por primera vez en su historia el ascenso a Segunda, categoría que recuperaban la pasada temporada tras sufrir un descenso. «Aunque las dos plantillas son totalmente distintas, no creo en las casualidades. Está demostrado que Anduva puede contra cualquier Goliat», dice Pablo.

En poco más de un lustro la situación ha cambiado bastante en el fútbol de Miranda de Ebro, y la generación de Pablo tiene mucho que ver: «Cuando yo jugaba casi todos veníamos de Tercera, el club todavía no tenía una estructura de élite y todos vivíamos de un segundo empleo. El ascenso a Segunda fue clave para el crecimiento del club en infraestructuras y jugadores». «Aún así, siempre me sentí profesional allí», añade Pablo.

Estos días tiene los recuerdos más vivos que nunca: «Estoy sintiendo mucha nostalgia, pero de la buena. Tengo la ilusión de poder vivir la final que se nos escapó a nosotros». Precisamente los recuerdos es de lo poco que queda en el club de aquellos tiempos: «De mi época ya no queda ningún jugador, el único que sigue es el delegado de campo. Deberíamos hacer un grupo de Whatsapp para mantener más el contacto (se ríe)». Aunque sólo es un forofo más del club, ya que no sigue vinculado a él, desde fuera aprecia una de las claves para tener posibilidades en la eliminatoria. «Llegar vivos a Anduva es fundamental, en nuestro campo somos capaces de todo», asegura Pablo siendo consciente de que Anoeta será un obstáculo muy complicado. A pesar de lo que se traslada fuera del vestuario, este exjugador no tiene dudas de que los de Iraola ya solo piensan en la final: «Al principio lo vas viviendo como un sueño, pero estando tan cerca de hacer historia ya no hay humildad que valga, hay que ir a ganar».

Pablo, retirado hace ya cuatro años y que compaginaba el fútbol con la banca, ha seguido desarrollándose fuera de los terrenos de juego. «Mi última temporada en la Ponferradina fue muy dura, tuvimos muchos cambios de entrenador y sufrí con las lesiones. La verdad es que ya estaba deseando volver al mercado laboral». Y lo hizo a través de una oposición del Ayuntamiento de Burgos, donde trabaja desde 2018.

El capricho de los bombos cruzaba a la Real Sociedad con el conjunto que dirige un icono del Athletic de Bilbao, Andoni Iraola. Los blanquiazules llegan impulsados por sus dos últimas victorias, en Copa ante el Real Madrid y en Liga en el derbi ante el Athletic. Además, el conjunto vasco dio descanso en el derbi a tres de sus titulares, Odegaard, Monreal y Elustondo, que podrían estar en el once de mañana. Por su parte, el «matagigantes» que ya ha eliminado, a partido único, a Villarreal, Sevilla y Celta, se aferrará a su once de confianza para intentar emular al Real Madrid Castilla, último equipo de Segunda División en alcanzar la final.