Braithwaite pasaba por allí

Se suponía que Martin Braithwaite era el protagonista de su presentación, pero se convirtió en un simple espectador al lado del presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y del director deportivo, Eric Abidal. Sólo dos preguntas recibió el danés en su estreno como jugador del Barcelona de las doce que pudieron hacer los medios en su primera conferencia de prensa.

Braithwaite miraba a Bartomeu responder una y otra vez a cuestiones que nada tenían que ver con su fichaje. El presidente del Barcelona intentaba referirse sólo al danés, del que dejó claro que tiene «carácter y talento» para ayudar al equipo. «Estoy ilusionado, nos trae ganas, fuerza, ambición y mucho talento», insistía el mandatario azulgrana.

«Tiene mucha experiencia. Es diferente a los que tenemos en la delantera, es positivo, ganador, fuerte. Nos aportará mucha fuerza. Contra equipos grandes hemos visto que su potencial», asegura Abidal. «Confiamos mucho en su talento y en su carácter. Es un jugador que será decisivo para nosotros», añade.

Las palabras de los directivos azulgrana están muy por encima del interés generado por el juego del nuevo fichaje azulgrana. La actualidad vive al margen de los escándalos que han golpeado al Barcelona durante las últimas semanas.

La experiencia, al menos, ha servido a Abidal para aprender que no debe criticar a sus jugadores en público. «Han ocurrido muchas cosas en pocos días y si hay una cosa que sé es que los temas internos se tienen que arreglar internamente», reconoce.

Braithwaite intenta centrarse sólo en el fútbol, centrado como está en aprovechar la oportunidad de su vida. «Llevo muchos años visualizando en mi cabeza, en mi mente, jugar a este nivel. Siempre me he esforzado y he creído. Cuando crees y eres positivo, pasan cosas. He conseguido llegar hasta aquí, es algo que tenía que pasar y estoy muy contento», asegura.

Para acortar sus plazos de adaptación, Braithwaite ha estudiado más allá de lo evidente a sus nuevos compañeros desde que supo que iba a fichar por el Barcelona. Algo que ya hizo cuando lo contrató el Leganés procedente de la Premier. «Tengo muchas ganas de jugar porque el Barcelona juega el mejor fútbol del mundo. Los he estudiado para saber cómo piensa cada jugador, cómo pasa y seguiré estudiándolos como he hecho los dos últimos días para estar en la zona que toca en el momento adecuado», explica.

El danés llevará el número 19 y ha firmado por cuatro años y medio, hasta el 30 de junio de 2024. Tiene una cláusula de rescisión de 300 millones, muy alejada de los 18 que el club azulgrana ha pagado al Leganés por su traspaso. Un movimiento que hace sentir al club madrileño como una víctima de la legislación. «Robado no, pero hay una normativa que no es justa y el Barça se ha beneficiado y el perjudicado es el Leganés», explicaba por la mañana Martín Ortega, el director general del Leganés.

«No entendemos que un equipo, porque se le lesione un jugador de larga duración, de forma unilateral, pueda trasladar ese problema al cien por cien al CD Leganés», asegura. «El contrato es del jugador y es él quien habilita que eso sea posible, pero es el club quien le da el dinero», añade.