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Al-Khelaifi, presidente del PSG, se libra de las acusaciones de corrupción

Era acusado de sobornar a Jerome Valcke, ex secretario general de la FIFA, para conseguir los derechos televisivos de varias ediciones del Mundial de fútbol

Nasser bin Ghanim Al-Khelaifi
Nasser Al-Khelaifi, presidente del PSGDave ThompsonAP

Nasser Al-Khelaifi es presidente del PSG, pero además es presidente de BeIN, el mayor conglomerado televisivo de Qatar. Es por la televisión y no por el club por donde le ha llegado la acusación de la fiscalía suiza de «instigar a la gestión desleal» del antiguo secretario general de la FIFA, Jerome Valcke.

En principio estaba acusado de corrupción, pero la FIFA retiró esos cargos después de llegar a un acuerdo con Al-Khelaifi. Se mantiene la de «instigación a la gestión desleal» por haber efectuado maniobras irregulares para que su empresa se convirtiera en la adjudicataria de los derechos televisivos de varias ediciones de la Copa del Mundo y de la Copa Confederaciones.

El anterior secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, es acusado de «corrupción pasiva, gestión desleal múltiple y falsificación de documentos». Valcke es un veterano en los juzgados. Cuando se hizo pública la trama de corrupción de la FIFA durante el mandato de Blatter, que acabó con varios de sus directivos en prisión, fue inhabilitado por diez años.

A Valcke se le acusa de haber utilizado su influencia como secretario general de la FIFA para que los derechos audiovisuales para Italia y Grecia de importantes eventos futbolísticos previstos en el periodo 2018-2030 recayeran en sus socios televisivos preferenciales a cambio de de 1,25 millones de euros que recibió repartidos en tres pagos.

Además, recibió la devolución de un depósito de medio millón de euros que había efectuado para la compra de una villa en Cerdeña después de que una Al-Khelaifi la adquiriera a través de una sociedad. Valcke disfrutó durante año y medio de esa villa sin pagar el alquiler, estimado para ese periodo entre 900.000 y un millón ochocientos mil euros.

El acuerdo privado de la FIFA con Al-Khelaifi impide a la fiscalía suiza seguir investigando esos «favores». «La corrupción entre personas privadas es un delito que se persigue en base a una denuncia, por lo que su retiro implica que no se cumple una de las condiciones para que el procedimiento penal continúe», reconoce la fiscalía suiza.

«Tras una investigación exhaustiva de tres años, en la que he cooperado plena y abiertamente con el fiscal suizo, me alegro de que todas las acusaciones de corrupción en el marco de los Mundiales de 2026 y 2030 hayan sido abandonadas», dice Al-Khelaifi en un comunicado.

«Nuestro cliente sólo está acusado ahora de una única infracción: haber incitado a Jérôme Valcke a no devolver a la FIFA presuntas ventajas. Nuestro cliente no ha podido expresarse sobre la misma», expresan sus abogados.