Champions League
Champions: el gol de Griezmann da un buen empate al Barça en Nápoles (1-1)
Fue en el único remate a portería del equipo de Setién, que dominó, pero con poca profundidad
Empató el Barcelona contra el Nápoles y se dio por satisfecho en un partido con varias lecturas. Sí fue reconocible y dominó y tuvo la pelota, pero la realidad es que sólo remató una vez a portería: Griezmann no lo desaprovechó. Con Messi muy vigilado y en una versión más gris que brillante, le costó generarse oportunidades al equipo de Setién ante un oponente muy bien replegado. Leo no pudo ser Maradona en casa del «Pelusa». Era una oportunidad para que el equipo diera un golpe en la mesa y se reivindicara, pero eso no sucedió, fue lento y previsible, atascado. Le costó un mundo, aunque con el empate la vuelta se le pone de cara. Quedan tres semanas y el accidentado final pone más picante, pues Busquets y Vidal se la pierden por sanción y Piqué se lesionó en el tobillo y a ver si llega al Clásico del domingo.
Contar las ocasiones que tuvo el Barcelona en la primera parte en San Paolo es fácil: ninguna. Ni una ni nada parecido, pese a que tuvo la pelota e intentó buscar los huecos. Pero los extremos no eran profundos para jugar por las bandas y los pasillos interiores estaban muy bien cubiertos. Y Messi, también, siempre vigilado por varios rivales, sin poder ni respirar cada vez que tocaba la pelota, encajado entre oponentes por el centro. El Nápoles tenía claro el plan. No iba a pelear de tú a tú con el Barcelona, quería defenderse, no perder el orden y aprovechar la oportunidad que tuviera. Porque tampoco fue difícil contar sus oportunidades: una y media. Pero la primera, bingo. Le llegó un balón comprometido a Júnior Firpo y su control se le fue largo. Después se resbaló y el Nápoles pudo salir con claridad hasta que la pelota le llegó a Mertens en la frontal del área, para que resolviera de maravilla con un tiro colocado al que Ter Stegen sólo respondió con la mirada. 1-0 para reforzar la idea que tenían. La media oportunidad fue un balón colgado al área que Manolas mandó fuera. Hubiera sido morboso su tanto, porque el griego fue el verdugo de los azulgrana en la debacle de Roma, hace dos temporadas, que tan presente sigue todavía, como la de Liverpool.
No encontró ni una vía de escape el Barcelona de los cuatro centrocampistas. Esta vez Arturo Vidal estaba en el costado derecho (contra el Eibar jugó en la izquierda) y De Jong más por la izquierda, pero ninguno de los dos aportó apenas nada. Busquets era el que distribuía la pelota, pero nada. Griezmann se movía, pero no había agujeros, y Messi tenía que dar demasiados toques y apenas un par de veces logró ir de cara a la portería.
Setién, en su primer partido en la Champions, no tardó en mover algo las piezas y la primera solución que encontró fue Arthur. En realidad, no tiene mucho más donde elegir con la plantilla tan raquítica que le ha quedado. El brasileño es uno de los futbolistas que ha agradecido la llegada de Setién, y también, claro, le ha dado un empujón olvidar las lesiones. Su fútbol casa con la idea clásica del equipo y con lo que piensa el técnico que tiene que ser el Barcelona. Imitaba de pequeño a Xavi e Iniesta y se nota en sus movimientos. Aporta mucho toque y cuando lo hace rápido da sentido a la cadena de pases. Aunque el que encontró el hueco por fin fue Busquets, con la entrada de Semedo por la derecha. El lateral vio perfecto la posición de Griezmann y el remate era claro: fue a la red. El francés encontró premio en un partido desagradable para él porque fue el futbolista azulgrana que menos pelotas tocó y de los que más desmarques tiró. Se le ha fichado como estrella y en partidos apretados es donde tiene que aparecer.
Cerca estuvo el Nápoles de volver a ponerse por delante en una oportunidad clarísima de Callejón que paró Ter Stegen con una salida espectacular y veloz, para tapar el mayor hueco posible.
A partir de ahí pareció ir a más el Barcelona y aumentó la intensidad en la presión, pero siguió sin lograr tener oportunidades claras. Lo probó Messi de las pocas veces que escapó, Arthur desde lejos... Las peores noticias llegaron por las sanciones y las lesiones. Busquets vio una amarilla que le impide disputar la vuelta, donde tampoco estará Vidal, que fue expulsado con merecimiento. Y Piqué se dobló el tobillo. Setién tiene a los jugadores que tiene, que son pocos, y al Barça, como dijo Messi, con lo que ofreció no parece que le dé para ganar la Champions.
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